Cancún: zona de obras

Así, a partir de 1970, en aquella porción de tierra, y arena, junto a la península de Yucatán, con apenas algunos plantíos de coco y ruinas mayas, comenzó un vertiginoso proceso de transformación hasta llegar a tener hoy unos 140 hoteles y poco menos de 400 restaurantes listos para recibir a turistas de todo el mundo. Ahí, donde antes no había casi nada, si por nada se entiende un puñado de playas paradisíacas sin un alma a la vista.

Pero en octubre de 2005 se abrió otro capítulo en la breve historia de Cancún, cuando Wilma, uno de los huracanes más intensos que hayan afectado a México, golpeó sus costas causando estragos, especialmente en la zona hotelera.

Las pérdidas fueron millonarias. Pero las obras de reconstrucción comenzaron a los tres días. Así, las autoridades en turismo del estado de Quintana Roo, al que pertenece Cancún, pudieron anunciar a mediados de 2006 en el Tianguis Turístico de México, en Acapulco, que sus playas ya se habían recuperado.

A fines de marzo, durante una nueva edición de la feria anual del turismo mexicano, Martín Ruiz, subsecretario de promoción turística de Quintana Roo, decía orgulloso: "El año último vinimos aquí a decir que ya nos habíamos recuperado. Este año podemos afirmar que el asunto del huracán Wilma ha quedado totalmente atrás".

A esta altura, el año último Cancún contaba con once mil cuartos de hotel, mientras que varias playas no estaban habilitadas. Hoy hay 24 mil cuartos y están por sumarse otros 1500, según Ruiz.

Está claro que Quintana Roo no podía demorar la reconstrucción: de cada tres viajeros extranjeros que llegan a México, uno va a ese estado, y en particular a Cancún, favorito de los argentinos.

Las dificultades de Cancún, por cierto, se convirtieron en oportunidades para la vecina Riviera Maya, que experimentó un fuerte desarrollo en los últimos dos años y ya alcanzó los 31 mil cuartos de hotel. "De todos modos, Riviera Maya no compite con Cancún -aclara Ruiz-: es un destino diferente para el turista que busca una opción más natural."

Aunque resulte contradictorio, algo le agradece Ruiz a Wilma: "De algún modo, gracias a Wilma, nuestra hotelería tuvo que renovarse. Así que no sólo hay emprendimientos nuevos, sino que los viejos están renovados, algo que ya nos hacía falta".

Pero el huracán no hizo blanco precisamente en la hotelería, sino que también afectó a las mismas playas. Se hicieron obras para recuperar la franja de arena, que antes de la visita de Wilma era de un promedio de trece metros. Hoy el promedio es del doble, con máximo de cincuenta, pero todavía queda esperar el trabajo final de la naturaleza, que terminará de asentar el perfil de estas playas.

"Si el año anterior, con tantos problemas, terminamos con números tan positivos, debo ser muy optimista para este año y los que sigan", concluyó Ruiz.

Teniendo en cuenta lo ocurrido con Wilma, es bueno saber que, si uno tiene planeado ir a México entre el 1° de junio y el 30 de noviembre, debe tener en cuenta que viajará durante la temporada de huracanes en el Atlántico Norte. Meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado pronosticaron que los Estados Unidos, el Caribe y México afrontarán este año una "muy activa" temporada con la formación de 17 tormentas tropicales y nueve huracanes, cinco de ellos de gran intensidad. De todos modos, los expertos acotaron que "no será tan activa como las temporadas de 2004 y 2005", cuando en el estado de Florida y la costa del Golfo de México, cuatro huracanes, en cada temporada, castigaron la región (el peor fue Katrina, que destruyó Nueva Orleans y parte de la costa del Golfo de México).