
Capri, en el Mediterráneo rico y famoso
Frente a la costa napolitana, una célebre isla con tiendas de marcas top, casas que valen millones y mucho glamour
26 de noviembre de 2006

CAPRI.- El caos de tránsito, las Vespa que pasan por cualquier lugar, incluso por encima de los peatones y el griterío constante de Nápoles se diluyen como por arte de magia cuando se pone un pie en esta exclusiva isla. Capri está frente a la costa napolitana, a una hora de ferry, pero parece otro mundo. No tiene nada de la ciudad que hizo famosa Maradona. Aquí todo es glamour y distinción.
Destino elegido por los más ricos y famosos del mundo, cultiva un perfil alto, con yates de lujo que van y vienen por la bahía. Muchas personalidades son dueñas de esas inmensas casas pintadas de blanco que cuelgan de los acantilados, valuadas en millones de euros. Dicen que las más chicas, las que pasan inadvertidas, cuestan tres millones de euros.
Otros prefieren alojarse en el Grand Quisisana, uno de los hoteles más importantes, con tarifas desde 1000 euros la noche. "Hace un tiempo me crucé en la puerta del hotel con Brad Pitt y Angelina Jolie", cuenta como lo más natural del mundo Michelle, el guía que viene seguido, a veces por trabajo y otras, sólo por el día para tomar sol en la playa.
Capri es caro, mucho más que las ciudades vecinas de la península. Pero una buena alternativa es visitarla sólo por el día. Los cruceros que hacen escala en Nápoles la ofrecen como excursión.
Marea baja, centro alto
Se llega rápido, el viaje resulta placentero y la isla, encantadora. Llegan alrededor de 30.000 turistas por día y en verano muchos más, pero vale la pena sumarse al malón.
Las Grutta Azzurra, unas cuevas en el agua que por los reflejos del sol se ven completamente azules, son el principal atractivo, pero sólo se ven 100 días al año, cuando la marea está baja.
Más allá de este paseo, una vuelta por el centro de Capri, con aires tan mediterráneos y distinguidos, es imperdible.
Los barcos atracan a pocos pasos del acceso al funicular que lleva, en dos minutos a lo mejor de la isla.
Abajo, por supuesto, están las playas bastante rocosas, algunos puestos con artesanías y bares. El centro de la ciudad de Capri está en lo alto, con vistas panorámicas para los cuatro costados. Más arriba, a Anacapri, la capital, la llaman el Pueblo de los Trabajadores. Allí, lejos del turismo, viven los locales.
La estación del funicular desemboca en la Piazza Umberto I, el corazón de Capri. De allí en más empieza una caminata tentadora por el área peatonal. La tiendas más renombradas del mundo tienen locales en estas cuadras intrincadas y cuidadas hasta el detalle. Prada, Salvatore Ferragamo, Ermenegildo Zegna, Dolce & Gabbana y Valentino, entre otras muchas marcas top que esperan los visitantes adinerados. Y a juzgar por los poseedores de bolsas de esas marcas, parece que el podio queda para los japoneses.
Además de modelos exclusivos, también se puede comprar un perfume típico de la isla, conocido en todo el mundo.
A los que no les alcanza el presupuesto, pero quieren de todos modos probar con el shopping, pueden acercarse a las casas de golosinas. El lemoncello es la estrella del lugar y lo venden en botellas de todos los tamaños y formas a precios accesibles.
El cultivo del cítrico domina todo. Además del licor, todo viene con gusto a limón: chocolate, caramelos, galletitas y tortas exquisitas.
Más allá de las tiendas están los jardines de Augusto, con más de 180 especies de coloridas flores y un perfume arrollador no apto para alérgicos. Desde allí se ven los farallones, dos grandes piedras que emergen del mar, y que en la época del Imperio Romano se usaban como faros, con fuego arriba.
Después de la caminata se puede dar una vuelta en los famosos taxis modelo Capri, que hacen recorridos turísticos. Estos autos blancos, descapotables, con un techo de lona para protegerse del sol y tres filas de asientos, son únicos en el mundo y hay pocos, las licencias se pasan de padres a hijos.
Un poco más de glamour antes de que el atardecer anuncie la hora de tomar el ferry y volver a la realidad.
Datos útiles
Cómo llegar
Desde el puerto de Nápoles, a pasos del centro de la ciudad, parten varios servicios de ferries diarios. El viaje cuesta 25 euros de ida y vuelta.
Alojamiento
Para los que quieran quedarse unas noches, además de los hoteles cargados de estrellas hay opciones más económicas y Bed & Breakfast. Se consiguen habitaciones por 50 euros la noche. Quedarse en Anacapri también es una alternativa más económica.
Excursiones
El paseo en lancha que da la vuelta a la isla e ingresa en la Grutta Azzurra cuesta 22 euros.
Gastronomía
Comer en la isla cuesta más del doble que en Nápoles. Una pizza con una gaseosa en uno de los bares cuesta alrededor de 20 euros.
En Internet
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