Cerro Castor: a la conquista de la nieve en el fin del mundo

Lejos del prejuicio extendido de que hasta aquí sólo llega turismo extranjero, esta montaña sigue sumando visitantes locales. La belleza fueguina, la preciada nieve polvo y los medios de elevación más modernos son apenas algunas de las razones del crecimiento. Pero al tope de esa lista está, por supuesto, el fascinante paisaje isleño, uno de esos pocos paraísos que uno siente la obligación de conocer. Aunque sólo sea por el hecho de respirar el aire del fin del mundo.

Y todo eso sin contar que este cerro garantiza la temporada más larga de América del Sur: se puede esquiar desde la cumbre hasta la base hasta mediados de octubre. Los privilegios de esta tierra aseguran la calidad de la nieve. La estabilidad de la temperatura, siempre por debajo de los 0 grados, garantiza la conservación de la nieve, que sólo recibe luz solar en forma rasante dado que las pistas están sobre la ladera sur.

A 25 kilómetros del centro, Castor espera a sus descubridores con los medios de elevación más nuevos del país: tres aerosillas cuádruples, una con cubiertas; un T-bar y un bambi lift. En total, una capacidad de transporte simultáneo de 3000 personas por hora.

En esta ladera, una muy variada propuesta de pistas ofrece posibilidades para todos: expertos y principiantes, grandes y chicos, esquiadores y snowboardes. Para estos últimos, nada como quedarse toda una tarde haciendo saltos en alguna de las ollas de nieve virgen profunda que se forman entre las pistas superiores.

Para principiantes, el siguiente es un recorrido imperdible. Primero hay que subir por la telesilla de Las Piedras hasta la estación intermedia, entre las pistas El Cóndor y Las Rocas. Allí comienza la travesía; por la senda del Guanaco se llega hasta La Barra, la confitería de la cota 600. Justo ahí, los más osados pueden probar suerte y subir hasta la cumbre para conocer La Brecha, una grieta natural gigante que el concesionario dinamitó para permitir un acceso único a la ladera norte.

Pero si la idea es moderar la adrenalina, conviene descender por la pista Carpintero hasta la cota 480. Ahí, las opciones son continuar por Los Castores y el Camino del Bosque hasta la base, atravesando un puente nevado bajo que cruza la ruta 3.

Los más experimentados pueden encarar recorridos más exigentes en la cumbre, a 1057 metros, o bajar a toda velocidad por alguna de las pistas negras. El Halcón Peregrino, entre ellas, ofrece increíbles vistas de los valles blancos encerrados entre las cadenas montañosas de los Andes fueguinos, hacia el Oeste.

Los mencionados son algunos de los 19 recorridos que, con diferentes grados de exigencia, ofrece Cerro Castor este año. En total, unos 20 km lineales en plena montaña, por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar, o en medio del bosque de lengas. De la cumbre a la base, el desnivel alcanza los 772 metros.

Aproximadamente, el 60 por ciento de las pistas es apto para practicar un nivel intermedio, mientras que el 25 por ciento es para principiantes y el resto, para esquiadores avanzados. Para los que se calzan las tablas por primera vez, el cerro cuenta con una plantilla estable de 45 instructores de esquí y snowboard.

En la montaña hay dos restaurantes y dos confiterías. En la base, a 195 metros, está Morada del Aguila, que incluye platos que caracterizan la gastronomía fueguina, empezando por el cordero asado a la cruz. En la cota 480, el restaurante homónimo espera a los que quieran tomar un descanso para almorzar. Y en la cota 600 está La Barra, con carta de tragos y sándwiches. Otra de las joyas de este centro de montaña es el equipo de secado y desodorización de calzado, el más moderno de la Argentina.

En plena Patagonia Sur, Cerro Castor abrió la puerta al atractivo invierno fueguino, el más largo del país.

Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION

USHUAIA.- El frío es el cómplice ideal. Más allá del mito, las temperaturas del extremo sur del país son más amables de lo que se cree gracias al carácter insular de Tierra del Fuego. Pero sí lo suficientemente bajas como para garantizar las condiciones ideales para la práctica de una amplia gama de actividades invernales.

El snowboard viene creciendo. Se nota mucho en Castor, y también en el glaciar Martial, un pequeño centro de montaña a 4 kilómetros de la ciudad. La tabla lleva la imaginación a creaciones extremas, tanto como la sensación de libertad. Para esta especialidad, Cerro Castor promociona fuera de pistas impresionantes.

Suena aburrido, pero está muy lejos de producir sueño. Caminar con raquetas sobre la nieve, entre lengas y guindos, subiendo y bajando pendientes, puede ser tan divertido como hacer snowboard. Es un auténtico pasaporte para llegar hasta la naturaleza profunda, silenciosa y encantadora.

Quienes quieran aprovechar las ventajas aeróbicas del esquí nórdico o de fondo, los valles nevados son el lugar ideal. Este deporte, concebido para desplazarse por grandes extensiones nevadas más que para descenderlas, se puede practicar en los centros invernales Altos del Valle, Llanos del Castor, Solar del Bosque, Tierra Mayor y Valle Hermoso. Pero la llanura más visitada es la de Las Cotorras, -a 500 metros de la base de Cerro Castor. También hay alternativas interesantes, como el ski joring, que agrega a los esquíes nórdicos, más estrechos y alargados,-la fuerza de los perros.

A pesar de su tenebroso nombre, la Laguna del Diablo, en el barrio Andino, está siempre llena de chicos -y no tanto que van a patinar (el hielo tiene 60 centímetros de espesor). Las actividades son coordinadas por instructores del Club Andino Ushuaia.

También se puede disfrutar de esta disciplina en el Ushuaia Rugby Club, y los valles Tierra Mayor y Haruwen.

Pero nada como el vértigo de aferrarse a un trineo tirado por perros huskies, alaskanos o samoyedos cuando se recorre el bosque a una velocidad sorprendente para un vehículo de tracción animal. Esta experiencia resulta muy intensa en Haruwen, donde los turistas pueden manejar sus propios trineos. En los valles también hay varios criaderos de estas razas de perros. El más conocido es Altos del Valle, cuyo propietario, Gato Curutchet, corrió la carrera más larga del mundo en Alaska.

Las motos de nieve son otra alternativa para recorrer las planicies. Subir o descender pendientes, tomar curvas o enfilar rectas es una delicia. Las motos son el soporte del snowsurf, que consiste en ser tirado con una tabla de snowboard mediante una soga como en el esquí acuático. Dicen que es la mejor manera de aprender snowboard, lograr equilibrio y control sin arriesgarse en una pendiente.

En avión $ 440
Ida y vuelta, con tasas e impuestos.

Las Hayas $ 510
Habitación doble, con desayuno.

Los Yámanas $ 350
Habitación doble, con desayuno.

Ushuaia $ 224
Habitación doble, con desayuno.

Mayor $ 339
Cinco días. El pase diario cuesta 77 pesos.

Menor $ 237
Cinco días. El pase diario cuesta 54 pesos.

Esquí completo $ 135
Cinco días.

Snowboard completo $ 204
Cinco días. Por día, 45 pesos.

Clase particular $ 70
Por hora.

Clase colectiva $ 199
Dos horas, seis días.

La isla grande de Tierra del Fuego tiene propuestas turísticas de todo tipo. En el Norte, como llaman aquí a Río Grande, las estancias en medio de la estepa tienen un magnetismo especial. En verano, la oferta se completa con los cotos de pesca, donde la naturaleza provee las truchas más grandes de América del Sur. Tolhuin, junto al lago Fagnano, es la tercera población de la isla. Paseos por el lago, cabalgatas, caminatas, paseos en bicicleta y trineos tirados por perros completan la oferta.