Hace poco, la encargada de relaciones institucionales de un grupo empresarial italiano comentó en rueda de amigos: "Me gusta Chicago. Es refinada. Es tan maravillosa como Nueva York, pero se conserva en estado puro. No está contaminada por el turismo masivo y al conocerla podés decir tranquilamente: yo no tendría problemas en vivir aquí".
Casi el mismo pensamiento que tiene sobre su ciudad el pianista Herbie Hancock, que en su última visita a Buenos Aires dijo: "Chicago es hermosa. Hay que conocerla en verano. Después, en el otoño, viento; en primavera..., viento, y en invierno, viento... y nieve... y viento".
En invierno, el frío se ensaña con los habitantes de esta ciudad y el viento que azota las aguas del lago Michigan los estremece, se apodera de ellos inmovilizándolos. Entonces se preguntan, entre estertores, por qué viven allí.
Ahora es el momento de las respuestas. Durante toda la semana la temperatura no bajó de los 25 grados. Es el momento en que los enamorados y los solitarios pasean por el parque Grant, los palos de los veleros parecen más blancos cuando se recortan contra el azul de Belmont Harbor y su equipo de basquetbol, los Bulls, y de béisbol, los Cubs, les renuevan las esperanzas y los gritos de júbilo.
Y además, negocios
Mayo es blues y también es jazz o el momento en que la Orquesta Sinfónica de Chicago, una de las mejores del mundo, hace sus presentaciones más importantes. Es cuando las torres parecen más contundentes y cuando la ciudad elegida para las más importantes convenciones se engalana con la organización de la feria de turismo más importante de los Estados Unidos: el Pow Wow ´98.
Pow Wow es la palabra india que significa encuentro y que desde 1969 marca el ritmo de los negocios turísticos en los Estados Unidos.
Durante tres días se desarrollan intensas jornadas de trabajo, con encuentros que duran pocos minutos y generan muchos dólares.
De esto saben demasiado los operadores argentinos, cuya presencia es cada vez más importante en este encuentro anual. Las cifras lo dicen: en 1996 nuestro país estaba en el puesto número 12 en cantidad de visitantes. Según los datos del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, el año último se ubicó en el puesto número 8, con 503.393 turistas provenientes de la Argentina. Se trata del país que más creció (22%) en 1997, respecto del año anterior, en cuanto a afluencia de turistas en los Estados Unidos.
Leslie Dogget, secretaria suplente de Tourism Industries, del mencionado departamento, explicó que se había logrado un crecimiento récord del siete por ciento respecto de 1996 y que los visitantes habían dejado miles de millones de dólares. La actividad del sector también es medida por la cantidad de puestos de trabajo que genera: en este caso, un millón de personas están agradecidas de que el turismo sea tomado como una industria productiva.
Y Chicago espera, ahora, que los operadores de todos los continentes inunden el aeropuerto O´Hare, el de mayor tráfico aéreo del mundo y al que los argentinos podrán acceder a partir de septiembre vía vuelos directos de United Airlines.
Momento ideal para disfrutar de la ciudad que tiene, por norma arquitectónica, no repetir ninguna cúpula. Para ver los atractivos turísticos, lo mejor es anotarse en uno de los paseos guiados que organiza la Chicago Architecture Foundation (922-3432). Se visitan mansiones del 1900 a lo largo de Gold Coast; las torres góticas de la Universidad de Chicago, en Hyde Park, y la gran tienda Carson Pirie Scott (State St. y Madison St.). North Michigan Ave. es un lugar estupendo para caminar y mirar a la gente.
El nuevo complejo Navy Pier (sobre el lago, entre Illinois St. y Grand Ave) atrae a los niños. En uno de sus 15 locales, Oh Yes Chicago, venden viejas señales de estacionamiento y otros souvenirs.
Wendella Sightseeing Boats (337- 1446) ofrece varios paseos de 90 minutos por el río Chicago y el lago, con salidas desde el río a la altura de Michigan Ave.; precios: 11 dólares; mayores, 9 dólares; niños de 2 a 11 años, 5,50 dólares.
Por Marcos Caruso