
Al final, es lo que nunca falla, una noche con tus amigas. Charla, vino y regalos. Tengo dos remeritas nuevas de Zara, una base de Mac a la que le vengo echando el ojo hace tiempo, dos libros y un millón de chucherías para el baño. Nos reímos, hablamos hasta por los codos y nos dimos cuenta de que cada una en su situación tenía algo de qué quejarse y un montón de cosas por las cuales estar feliz, casadas y solteras por igual.
Jugamos al clásico de todos los años: lo mejor y lo peor de tus veintinueve y qué querés para los treinta! Cambiamos el número nomás. Contesté.
- ¿Lo mejor? El ascenso a principio de año, el Turco porque durante un tiempo fue algo bueno, terminar de pagar el depto. y el viaje con Cata. Ah, y haber retomado mi terapia. Apuesta a años mejores. Mmm, ¿lo peor? El Turco también y la inestabilidad emocional de mis 29. Eso me mató. Para los treinta, uf, supongo que quiero enamorarme "sanamente", si es que eso es posible para mí, que lo malo de los 29 cambie y lo bueno se mantenga ¿El balance? Positivo siempre ¿Cómo era el dicho ese, lo que no me mata me fortalece? Algo así creo.
Y brindamos por eso y les dije: gracias por estar acá.
Y se los hago extensivo a ustedes. ¡Chin Chin!
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