

George Clooney en Amor sin escalas , la nueva película de Jason Reitman, que se estrenó el jueves último, es el viajero de negocios perfecto. Ese que conoce todos los tips necesarios para ahorrar tiempo y exprimir al máximo las ventajas de los programas de fidelización de aerolíneas y hoteles. No es para menos, presume de que el último año pasó 322 días de viaje.
De hecho, gran parte de la película transcurre en aeropuertos y en los Hilton de Estados Unidos.
En situaciones que se acercan bastante al absurdo, Ryan Birgham, su personaje, da una clase magistral sobre el mundo de los viajes de negocios a Natalie Keener, una compañera de trabajo a la que debe entrenar.
En una suerte de máximas exprés, algunas claves de las mejores escenas, que no está de más tener en cuenta a la hora de viajar.
- Fidelidad. El personaje de George Clooney tiene un objetivo claro: llegar a los diez millones de millas. "No gasto un dólar si no suma millas", le dice a Natalie. Para lograrlo, sólo viaja en American Airlines y se hospeda en los hoteles Hilton, para sumar en una misma cuenta. También posee la Hilton Honors Diamond VIP, que le permite hacer el check in sin esperar, mientras Natalie es la última de la fila.
- Peso y tamaño. Para Ryan Birgham que la valija se pueda subir a la cabina del avión es fundamental para no perder tiempo en la cinta. "En un año se pierde una semana esperando la valija", le dice a su compañera. Obviamente, tiene que ser una carry on, con el tamaño que las compañías habilitan como equipaje de mano.
Por supuesto, muy inexperta, Natalie llega al aeropuerto con una maleta enorme repleta de cosas no tan indispensables. Y ve cómo sus pertenencias se van rápidamente al tacho después que Clooney la obliga a comprar una valija nueva y a deshacerse de algunas muchas cosas. - Rapidez I . Que los controles en los aeropuertos son cada vez más intensos y tediosos no es novedad. Para sortear rápidamente la instancia del scanner, Clooney aconseja evitar las filas donde hay chicos pequeños ("pierden muchos minutos en cerrar y abrir el cochecito") y personas mayores ("sus cuerpos tienen metal"). Mejor ir detrás de los asiáticos: "Traen poco equipaje y son eficientes para ponerse los zapatos".
- Rapidez II. Una vez que llega el turno de pasar por el scanner despliega su ritual, que hace cada vez más rápido: sacarse el cinturón, los zapatos, el saco y la billetera. La computadora y el celular, en una caja aparte, y el boarding pass, que obtuvo en una máquina, sin hacer fila, a la vista.
- Amenities. Los productos de cortesía de los hoteles se pueden llevar sin inconvenientes. Por eso, cuando abre el ropero de su casa se ven claramente unas mullidas pantuflas con el logo del Hilton.
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