1 Cronuts. Algo de Francia en el Soho
Se puede decir que es la síntesis de Estados Unidos y de Francia; del croissant y la donut (o dona). Se llama cronut y es un híbrido entre ambos, inventado por el pastelero estrella Dominique Ansel en 2013. El éxito fue instantáneo gracias a la repercusión mediática y desde entonces la pequeña pero paqueta Dominique Ansel Bakery está llena de clientes a toda hora. El local es más bien chico: unas pocas mesas y un largo pasillo a lo largo de mostradores donde la gente hace fila continua para llevarse cronuts (máximo dos por persona), pero también sándwiches y pâtisseries de indiscutido sabor francés. El local está en Soho (189 Spring Street). Existen otros en Londres y en Tokio. Ansel fue elegido como Mejor Pastelero del Mundo en abril durante la entrega de los World's 50 Best Restaurants. Y en cuanto al cronut, ¿a qué se parece finalmente? Tiene la forma de una donut -redonda y hueca en el centro- y la consistencia de un croissant parisino. Exquisito.
2 Pizza. Sabores de Italia en el Village
El local es más que chico. Se llama Bleeker Street Pizza. Hay que tener suerte o llegar fuera de horario de almuerzo o cena para poder ocupar unas de las pocas mesas. Están los habitués y los clientes de paso: los primeros saben lo que vienen a buscar; los otros quieren saber si es para tanto? Ese pequeño local que pasa fácilmente inadvertido fue designado por tercer año consecutivo como Mejor Pizzería de Nueva York por The Food Network. La receta de la masa, fina y crocante, fue traída desde la Toscana por la abuela del actual propietario. Sólo es cuestión de probarla, como lo hicieron alguna vez Susan Sarandon, Steven Tyler y Brooke Shields, algunos de los muchos famosos que son -según dicen los dueños- clientes regulares. Se ubica en el Greenwich Village, en la esquina de Bleeker Street y la Séptima Avenida.
3 Pastelería. Peces de crema japoneses
Como en Japón pero en el Chinatown de Nueva York: la moda de los taiyakis (para quienes todavía son ajenos a la niponmanía, son pececitos de masa rellenos con pasta de porotos aduki o crema pastelera) llegó también a la Gran Manzana. Los lectores de mangas y los fans de animé conocen esos pastelitos que se comen al paso, en la calle o durante las ferias en el país del Sol Naciente. Es un emblema kawaii de la gastronomía pop japonesa y son tan populares que se venden moldes para hacerlos en casa. El pequeño local de Taiyaki NYC (119 Baxter Street) abrió sus puertas hace pocos meses y es un furor. Hay que apurarse para llegar antes de que se agoten.
4 Hamburguesas. Bien de América
Todas las comunidades del mundo están en la ciudad y cada una tiene sus locales y sus circuitos gastronómicos. No quita que los verdaderos reyes sean los sándwiches y las hamburguesas. Sobre todo los burgers, que desde hace algunos años protagonizan un revival con nuevas fórmulas y el auge de las hamburgueserías gourmet. Como ocurre con las pizzas, varios restaurantes se jactan de elaborar la mejor hamburguesa de la ciudad. Los críticos disponen pero las modas imponen. Y en este momento una de las cadenas más exitosas es The Counter. Luego de haberse expandido por California llegó a Nueva York (Times Square 7). La idea de base es sencilla y brillante a la vez: cada uno elige los ingredientes para armar su propia hamburguesa: panes, carnes (las hay hasta de bisonte y de pavo), quesos, salsas, adicionales, papas o ensaladas. El lugar ideal para comprobar por fin si la hamburguesa que cada uno sueña es realmente rica? o simplemente rara.
5 Como en Corea. Pero en Manhattan
K-Town es un barrio discreto en el corazón de Manhattan, muy cerca de los flagship stores de la Quinta Avenida, de la manzana de Macy's y del Empire State Building. A lo largo de un par de calles el alfabeto latino deja lugar al coreano en las marquesinas y los afiches. La Calle 32, entre Broadway y la Quinta, pasa a llamarse Korea Way durante un breve tramo. La comunidad coreana de Nueva York es la segunda más importante fuera de Corea y concentra en ese sector sus negocios y restaurantes. El más emblemático es Muk Eun Ji, que fue por años uno de los tantos de la zona hasta que su dueño le dio una vuelta de tuerca y se dedicó a la cocina más tradicional coreana. Allí hay que probar el kimchi, a base de repollo y otras verduras fermentadas en salmuera (amor u odio al primer bocado). Está en el 34 de West 32nd Street.