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Claromecó, preferido por sus aguas tibias

Además: Por la vía a Pinamar




Claromecó -tres arroyos, en una de las acepciones de voz indígena y también nombre del partido- es una villa blanearia casi exclusiva de los veraneantes regionales y que en algo se parece a la creada por don Carlos Gesell: su hermano Ernesto Fridolín Gesell, precisamente, fue quien diseñó y forestó las dunas de un sector de este más sureño paraíso, hoy transformado en un barrio parque frondoso llamado Dunamar.
Dos décadas antes de que comenzara esa forestación, el lugar quedó marcado (en 1922) por un faro de 54 metros que dista quince cuadras del actual centro urbano.
Menos tumultuoso que la Villa Gesell de General Madariaga, convoca a quienes saben de sus aguas más tibias y de la supuesta migración de las medusas que habrían dejado más expedito el área turística.
Las familias que llegan desde el interior, y hasta algunos avisados porteños que aman lo más silvestre -y también cuidan el presupuesto veraniego- se instalan satisfactoriamente.
La gente joven se vuelca por las noches a las discos Monkey y Olé. Los mayores madrugan para tentar la pesca. A falta de puerto, las embarcaciones pesqueras embican en la costa arrastradas por un sistema de tractores y los pescados marchan a las parrillas, pero la salida de la tarde puede ser compartida por veraneantes que paguen 30 pesos y así prueben su suerte en alta mar.
En la costa, las carpas de los cuatro balnearios de Claromecó pueden arrendarse entre 60 y 70 pesos por mes en plena temporada alta o a razón de cuatro pesos por día, a la vez que la hotelería con habitaciones abastecida de tv, de ventiladores de techo y baño privado, cuestan un promedio -base doble- de 25 pesos.Los departamentos se alquilan entre 400 y 700 pesos por mes y las casas de 1000 a 2000 por igual período, mientras que la oferta inmobiliria de la reserva Dunamar, promedia los 9 pesos por día por persona, en caso de permanencias más cortas. Los almuerzos, de ligeros a contudentes, promedian los 6 y 12 pesos y las preferencias convergen en La Barra, parador costero a la altura de la calle 26, en Juanillo, de la calle 9 o peregrinan hasta el club house del Golf Club, junto a la ruta 73.

Campings

Los campamentistas pueden conseguir información previa en la central porteña del Automóvil Club Argentino (ACA) que remite a su predio de la calle 44 (reservas directas al 0982-80130), aunque existen tres camping más cuyas parcelas están tarifadas - promedio- a 5 pesos.
Como se sabe, Claromecó es una villa balnearia de apenas 1500 habitantes a la que se llega por las rutas 3, 228 y 73, totalmente por asfalto. De Tres Arroyos también dependen los aún más silvestres balnearios Orense y Reta. A las casi solitarias playas de Orense (más norteñas) se llega por la ruta 72 -que deriva de la 73-, asfalto que llega al pueblo homónimo, 16 kilómetros antes del mar. El tramo faltante es consolidado, pero la llegada compesa con la visión de la pequeña villa de apenas un centenar de residentes.
Otro tanto sucede con Reta, balneario al sur de Claromecó, al que se accede desde el mojón del kilómetro 531 de la ruta 3, un desvío asfaltado que lleva a la pequeña población de Las Copetonas, desde donde restan 28 kilómetros de camino estoscado, villa balnearia un poco más poblada que Orense y con tres balnearios. Los lugareños se enorgullecen de la gran estación forestal de Claromecó -con fogones- y de su anual y veraniego campeonato de 24 horas de pesca de la corvina negra.

Por la vía a Pinamar

Las experiencias de dos temporadas son suficientes para que el tren a Pinamar, con su casi nueva y coqueta estación -confitería, estacionamiento, servicio de ómnibus combinados, remise y taxi hasta Pinamar y toda la secuencia de balnearios que se escalonan hasta Villa Gesell y asentada junto la ruta provincial 74-, mantenga posiblemente su tarifa.
El 13 de diciembre próximo está previsto suspender por el verano los descuentos vigentes que mantiene para estudiantes y jubilados (50 y 40 por ciento, respectivamente), notable ventaja tarifaria que volverá a ofrecer en la siguiente temporada baja.
El viaje resulta ideal para los que prefieren evitarse el stress del automovilista y usar el servicio de la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (Uepfp), que transporta el auto por 100 pesos, junto con dos pasajes en primera clase sin cargo.
En la pretemporada y hasta el 13 de diciembre, el pasaje en clase turista cuesta 12 pesos; 15, en primera clase, y 20, en pullman. Tarifa que para la temporada alta trepará (según estimación) a 19, 25 y 30 pesos, respectivamente.
La reserva para la partida de Plaza Constitución se hace por el 304-0036/3165. En Pinamar por el 0254-97973.
Las frecuencias actuales desde Plaza Constitución son los lunes, miércoles, viernes y sábados, a las 8.25, y desde Pinamar, los mismos días menos el sábado, que traslada su partida al domingo, los regresos son a las 17.10.

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por Redacción OHLALÁ!

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