La piel del codo y de las rodillas es una de las más afectadas en el invierno. Parece seca, agrietada y a veces da la sensación de que nunca va a estar a tono con el resto del cuerpo.
Esto es porque tienen una piel más gruesa debido a la fricción y al desgaste: el roce con la ropa, con los objetos, cuando te arrodillás e incluso cuando apoyás los codos sobre la mesa.
Para mantenerlos suaves lo mejor es que uses una esponja vegetal cuando te bañes, frotándola de manera circular por las zonas más afectadas, lo que provocará una delicada exfoliación y retirará las células muertas.
Y para después del baño, humectá todo el cuerpo con cremas con vitamina A que facilitan la regeneración y la elasticidad de la piel.
¿Cuáles son tus secretos para cuidar codos y rodillas? ¡Compartilos!
Asesoró: Dra. Mónica Maiolino
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