

COLONIA.- Nada saben de feng shui las callecitas adoquinadas de Colonia, sus portones y rejas, ni la tibia luz de sus faroles. Sin embargo, con armonía oriental -al menos como sinónimo de uruguayo- conviven el acervo histórico de esta ciudad tallada hace tres siglos con los modernos hoteles con spa que se han instalado en los últimos tiempos en las afueras, proponiendo momentos de relax, deportes, bienestar físico y mimos para el alma.
En estos hoteles se nota la mano experta de los asesores orientales -esta vez sí del Lejano Oriente-, ya que cada cosa parece puesta en el lugar justo. Basta ver el efecto que ese ambiente genera en sus huéspedes para entender por qué se acentúa la tendencia de escaparse a Colonia en busca de días de spa y descanso.
La rutina se repite todas las mañanas y tardes: llegan familias, parejas o grupos de amigas. La mayoría cruza el charco desde Buenos Aires, pero ni se da cuenta de que traspasó la frontera, ya que Buquebus facilita los trámites migratorios y nadie -ni el free shop, ni el taxista, ni el quiosco donde se detuvo a comprar pilas para la cámara de fotos- le hizo notar que seguía usando pesos argentinos y que el vuelto le regresaba en la misma moneda.
Los recién llegados a los hoteles averiguan todas las actividades disponibles y comienzan de inmediato una exploración minuciosa de cada rincón de estos complejos hoteleros.
Dos días después, familias, parejas y grupos de amigas, cada quien a su manera, se deslizarán serenamente por el hall, las terrazas o las piletas, con rostros frescos y rejuvenecidos, con ánimos nuevos, pero ya sin estridencias. Casi no parecen las mismas personas.
Pueden haber realizado las caminatas que se proponían en las carteleras, o las clases de baile o gimnasia, nadado en la pileta climatizada, algunas de las propuestas que esperan en el área de spa, que se mantiene abierto todo el día. Pueden haber alternado el relax con los paseos por la Colonia histórica, la que desde 1680 periódicamente cambiaba su bandera de portuguesa a española, dejando las huellas en la arquitectura, y que desde 1995 es Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Recuperar los sentidos
La experiencia de detener el tiempo, bebiendo historia y respirando placer, la vimos de cerca en el Sheraton de Colonia, que está a unos 5 minutos en auto desde el puerto. Los relatos y las descripciones de las otras alternativas -el Kempinski, unos kilómetros antes, y el Four Seasons de Carmelo, a una hora- coincidían en su efecto milagroso sobre las personas. Particularmente, sobre sus vecinos porteños.
¿Cómo se logra eso? Según lo observado, la receta contiene, al menos, estos ingredientes:
-Un spa completo con variedad de baños, tratamientos, masajes e infinidad de posibilidades para reconciliarse con el cuerpo.
-Gimnasio para quienes necesiten transpirar; cancha de golf y driving para quienes precisen practicar; clases de salsa para quienes necesiten tomarse menos en serio.
-Bicicletas disponibles para recorrer la costa. También para burlarse de Buenos Aires, cuya silueta reaparece una y otra vez en el horizonte, pero que, a la distancia, casi parece inofensiva.
-Un Kids Club que, amorosamente, haga desaparecer a los niños durante algunas horas por día sin sentirse culpable: los pequeños estarán haciendo arte, campamento, jugando en la pileta o en el cine dentro del hotel.
-Un buen servicio, donde el huésped se siente bienvenido sin ser invadido. La mayoría de los pasajeros está en plan de descanso absoluto, así que los empleados están atentos para que no haya interrupciones en una tarde de lectura en la chimenea del lobby, una amena charla nocturna entre amigos sumergidos en la pileta climatizada o un desayuno demorado en la contemplación del río.
-Que sea en Uruguay, donde la gente actúa como si no existieran robos ni inseguridad y como si los buenos modales y la cordialidad no fueran ningún esfuerzo.
Opciones y precios
La mayoría de los masajes cuesta 50 dólares y dura una hora, aproximadamente. Hay promociones para tomar varios masajes a menor precio o para parejas o grupos. Hasta los niños tienen la opción de tomar masajes especiales por 30 dólares. Antes de elegir su opción deberá hacer un estudio esmerado de las opciones y las cualidades de cada una, donde, además de los tradicionales, pueden aparecer reflexología, bioenergético, piedras calientes o drenaje linfático.
Datos útiles
Cómo llegar
Buquebus cuesta desde 100 pesos por persona, por tramo.
Alojamiento con spa
Hotel Sheraton Colonia Golf & Spa Resort: incluye también un loteo de casas y una cancha de golf. Desde US$ 150 la habitación doble por noche. www.starwoodhotels.com/sheraton/
Hotel Colony Park Plaza Kempinski: no da a la costa. Desde US$ 150 por habitación doble por noche, los días de semana, con tres comidas incluidas. www.colonyparkplaza.com
Radisson: es el único que está dentro de la ciudad. Desde US$ 109 por habitación doble por noche, sólo días de semana. www.radissoncolonia.com/
Four Seasons Carmelo Resort: está en Carmelo, a una hora. Desde US$ 180 por habitación. www.fourseasons.com/carmelo
Por Encarnación Ezcurra
Para LA NACION
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