
Ayer agendé algunas sugerencias y cuando digo agendé es literal; anoté en las últimas páginas de mi agenda que están destinadas a tal fin: anotaciones de emergencia y datos útiles. Mis amigas (40% de las cuales tienen lolas compradas) me dicen que exageré, que no es tan así. Sigo sosteniendo que no es lo mismo 450 gramos que 95 o 100. No discuto. Mientras tanto, ando con un corpiño en la cartera de una marca que compré hace años y ya no se encuentra. El local diminuto que tenían sobre Santa Fe mutó en una casa de ropa para chicos y a menos que me ponga un jardinerito de jean sobre las lolas, no me sirve.
Hoy, en mi casilla el siguiente mensaje:
Hola Sofi,
Qué sorpresa encontrarnos el otro día. Me quedé con ganas de saber cómo estabas. Si estás, cuando vuelva de mi viaje (me voy esta noche y estoy de vuelta el martes) te llamo y nos encontramos a tomar algo.
Beso
Qué sorpresa encontrarnos el otro día. Me quedé con ganas de saber cómo estabas. Si estás, cuando vuelva de mi viaje (me voy esta noche y estoy de vuelta el martes) te llamo y nos encontramos a tomar algo.
Beso
Y pone su firma MLD, la corporativa, porque se ve me escribe del estudio. Un disparate. Un caradura. ¿Sorpresa? Era la parrillita a dos cuadras de mi casa. ¿Saber cómo estoy? Quedate con la intriga; divina, ¿no me viste? ¿Tomar algo? Dale, unas copitas de cianuro para vos y el último tren a Londres para mí.
Mentira, no estoy TAN enojada ni ofendida ni celosa, simplemente no me dan ganas y ni contesté por el momento. Algunos tipos no entienden nada, eh, nada.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
