
San Ceferino fue, sin duda, una de las estancias pioneras en incursionar en el turismo rural. Pero tras muchos años de trabajo constante y de apostar al crecimiento y al servicio, fue cambiando su estructura hasta convertirse en mucho más que un establecimiento de campo. Hoy, sus dueños, Hebe y Francisco Eleta, muestran orgullosos las cinco estrellas que les otorgó en la categoría Hotel & Spa la Secretaría de Turismo de la provincia de Buenos Aires.
A 70 kilómetros de Buenos Aires, sobre la ruta Nº 6, en Open Door, las 130 hectáreas que conforman el San Ceferino Hotel & Spa se abren al público con muchas novedades; entre ellas, el estreno de 22 habitaciones de categoría Imperial que se suman a las 53 existentes de las clases Junior, Senior y King.
Decoradas personalmente por su propietaria, con detalles de buen gusto, cada una cuenta con jacuzzi, televisión de 32 pulgadas, vista directa a la laguna, decks de madera y galerías, más estacionamiento propio.
El año último se inauguró el Salón Pinares, el último de los 17 espacios para eventos del sitio con capacidad para 100 y 1000 personas, cuya decoración "son sus ventanas", según cuenta Hebe, que se suman a las 20 hectáreas parquizadas, las dos lagunas, las tres piletas, los juegos para niños, el spa y el comedor recientemente ampliado.
"De lunes a viernes, nuestros huéspedes tienen un perfil más corporativo, mientras que los fines de semana es más de familias y parejas, y de celebraciones de casamiento, cumpleaños, bautismos o bar y bat mitzvah", cuenta Hebe.
Agrega que a la propuesta tradicional se le suman las cenas de encanto de los sábados y el llamado té con glamour, que incluye licuados, tartas frutales, budines y cheese cake, servidos con tetera de porcelana y vajilla de plata, como antaño, al cual tienen derecho tanto los huéspedes como quienes estén organizando su fiesta.
Para los más chicos
El día no tiene descanso. Si hace calor están las piletas; si no, el paseo a La Tapera, un puesto viejo del campo reciclado donde se oye chacareras y vidalas, y se ven bailes folklóricos mientras se disfruta de un buen mate con tortas fritas. Ellos, mientras, pueden amasar pan, hacer atrapasueños o confeccionar barriletes, entre otras actividades.
Juegos inflables, cabalgatas y paseos en carruaje -San Ceferino tiene una colección de más de 50 carros de todas las épocas- se suman a la batalla del movimiento pensada para cansarlos mientras los padres reciben un masaje o un tratamiento de belleza en el spa, donde no se permite el ingreso de los pequeños.
Para los grandes, lo primero para destacar de San Ceferino, además del cálido servicio, es su gastronomía. Todo lo que se usa ahí se elabora o produce en el propio establecimiento, como las carnes, los chorizos caseros, la leche o el dulce de leche. "Contamos con un tambo mecánico donde se hace el ordeño dos veces por día. Con la leche extraída elaboramos quesos gouda, sardo, provolettas, mozzarellas, ricota, dulce de leche y yogur natural y saborizado", cuenta con orgullo el chef Pablo César Sosaya.
Todo es generoso hasta el hartazgo: los desayunos con pastelería casera (riquísimas medialunas, panes blancos y negros, facturas), jamón, queso, dulces artesanales, cereales, panceta y huevos revueltos, frutas, yogures, tortas; los almuerzos de asado donde la carne abunda; las pastas caseras como los raviolones y sorrentinos; los corderos criados en la estancia puestos al horno de barro, las carbonadas o los locros.
Claro que los platos emblemáticos de San Ceferino son las carnes a la parrilla, el pollo al disco con papas a las hierbas, la tulipa de queso rellena de humita, la bondiola de cerdo braseada con azúcar rubia y comino cocinada al horno de barro y los tournedos de lomo con salsa de malbec con papas a la crema y compota de cherries, por mencionar sólo algunos. Hay cocina italiana, japonesa (sushi), francesa y autóctona. Para todos los gustos. Por algo en 2002 San Ceferino consiguió certificar las Normas para la Gestión de la Calidad ISO 9001-2000.
Si a esta cocina se le suma el campo que de tan ordenado casi parece urbano -asoman las plantas y flores en las 20 hectáreas parquizadas y las aves domésticas de la laguna como en una pensada postal- más el spa con flamante comedor, la propuesta de San Ceferino es buena para aquellos que quieran descansar con el confort de la ciudad, recibir tratamientos ligados con el placer y la belleza, y deleitarse con una mesa bien servida.
Por Silvina Beccar Varela
También en Open door...
Resort Campo & Polo está ubicado sobre la ruta 6 en Open Door cumplió diez años y para festejarlo sumó un spa que demandó una inversión de 350 mil dólares, con la última tecnología. Cómodas habitaciones en un glamoroso edificio amarillo en 60 hectáreas de parque, el restaurante La Perdiz, las canchas de polo y sus actividades, la piscina climatizada, los juegos para chicos...
El programa Viernes Romántico incluye cena para dos personas en el mencionado restaurante, botella de champagne en la habitación, desayuno y acceso al spa: 2 días, 1 noche, $295 más IVA, es la tarifa hasta diciembre de este año.
Informes: info@poloresort.com; tel: 02323-496669
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