
SAN MARTIN DE LOS ANDES.- Hicimos rentable una pasión!", se felicita Pablo Germann, el responsable de los viajes en trineo tirados por perros que organiza La Cabaña de los Huskies. Las excursiones duran unos 25 minutos y los trineos –hechos con madera de fresno– atraviesan el bosque de lengas, avanzan por serpenteantes canales y cruzan puentes sobre arroyos mientras el guía va instruyendo al visitante sobre la naturaleza de los perros y el entorno. El viaje resulta una experiencia difícil de olvidar.
Pablo es el creador del Andiroad, la carrera de trineos tirados por perros. Los animales recorren trayectos de alrededor de 500 kilómetros pasando por los parajes más inhóspitos y de una inexplicable belleza que posee nuestro sur más austral. Sus anteriores ediciones incluyeron recorridos a través de las provincias de Chubut y Santa Cruz. Ahora proyecta llevar la próxima edición de estas competencias a Tierra del fuego.
Pablo llegó al sur hace tres décadas. Era estudiante de Veterinaria y militante universitario, pero debió emigrar de Buenos Aires por la intolerancia militar. Se instaló en Tierra del Fuego donde vivió 15 años. "Una vez estuve 7 años sin salir de la isla", recuerda. En Ushuaia comenzó con las expediciones tiradas por perros y fue el primero en introducir la disciplina en Sudamérica. Más tarde montó un centro de actividades nórdicas y creó las primeras carreras de trineos.
Su periplo lo llevó aún más al sur cuando, a mediados de la década de los 80, se fue a la Antártida para una campaña de verano. Allí trabajaba con turistas a quienes llevaba a recorrer el continente blanco. "Los crepúsculos eran de ensueño. Lo mismo que las auroras australes. ¡La Antártida fue una experiencia impresionante!", recuerda. Además, Pablo ostenta un curioso hito: protagonizó el primer matrimonio en suelo antártico.
Hace 13 años que se instaló en Chapelco y es un amante de los perros. "Gozan de excelente salud. Necesitan buen descanso y buena alimentación, con un apropiado balance de proteínas, grasas y fibras", considera. Los perros que arrastran los trineos son siberianos y alaskanos, descendientes de los lobos del Artico, traídos de Francia, de la reconocida criadora Monique Bené, miembro de la federación internacional de Sleddog. Un alaskano bien entrenado, muy bien alimentado y preparado puede recorrer 200 kilómetros en un día. Entre los 4 y los 8 años están en la plenitud de su desarrollo físico.
Según Pablo, los animales fueron criados y entrenados para conducir trineos. Aúllan porque no les gusta estar quietos, quieren correr. Son animales de jauría, no para ser domesticados. "Si los encerrás se les cae el pelo, se achanchan y pierden el instinto", explica.
Data
Horario: Todos los días cada media hora.
Dirección: El bosque de los Huskies, en la cota 1600 al costado del bar Antulauken.
Duración: 25 minutos.
Precio: $ 100.
Por Marcelo Rosental
Para LA NACION
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