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Del oro al café, un tour por lo mejor de Bogotá

Una ciudad para caminar desde las coloridas calles de La Candelaria




BOGOTA.- Cuando haga la valija antes de viajar a esta ciudad, tenga en cuenta que está a 2600 metros sobre el nivel del mar. O más cerca de las estrellas, como dicen sus habitantes. Por lo que la temperatura oscila entre los 7 y los 22°C; con pocos cambios de ropa y una campera, por si hace frío, le alcanzará para salir a conocer todo lo que ofrece la capital colombiana.
El vuelo directo desde Buenos Aires lleva entre seis y siete horas. Hacerlo de día tiene una ventaja: al llegar a la sabana se aprecian los cerros que rodean la ciudad y una disposición colorida de los cultivos en las zonas cercanas al aeropuerto.
Al aterrizar, no menos colorida es La Candelaria, el lugar indicado para comenzar a conocer la capital: su centro histórico. Las calles empinadas conservan los nombres de la época de la colonización española y viejas casonas con portones pesados, patios interiores, enormes habitaciones, solares, muros gruesos y fachadas decoradas con balcones y hermosos herrajes. Un ejemplo de estas construcciones es la Casa de Exposiciones de la Biblioteca Luis Angel Arango, donde se encuentran la Casa de la Moneda y el Museo Botero, que reúne la esencial colección de arte donada por el maestro colombiano.

Mirar hacia arriba

En La Candelaria, la historia bogotana se ve a cada paso. Por ejemplo, en las iglesias que muestran la riqueza de la Colonia. Al entrar en la iglesia de Santa Clara, la más antigua, que data de 1619, los retablos y el atrio con láminas de oro son realmente impactantes. Esta iglesia evoca las proporciones de los templos doctrineros localizados en los pueblos indígenas y resguarda el Museo de Arte Colonial con una muestra de piezas virreinales, de platería y obras de la cultura colombiana.
Como en todas las zonas céntricas de las grandes ciudades, aquí hay que mirar hacia arriba. Es decir, apreciar las fachadas de edificios únicos como el del Museo de Arte Moderno, el de Trajes Regionales y el Nacional. Este último es el más antiguo del país, con una colección de 21.000 piezas de arte y objetos representativos de los diversos períodos de la historia nacional y que otrora fuera la cárcel de la ciudad.
Durante el recorrido por el centro y caminando por las calles empinadas aparece la Quinta de Simón Bolívar (de 1800, fue el lugar de descanso del Libertador), la Sala de las Custodias en la Biblioteca Luis Angel Arango y la Plaza de Toros, que cada enero recibe a los adeptos de esta disciplina.
A un costado de la Plaza Santander, lugar de reunión social de los bogotanos a principios del siglo XX y donde aún existe un fotógrafo que saca imágenes de los enamorados rodeados por un corazón de rosas mediante una cámara de fuelle, una curiosidad, se encuentra el Museo del Oro.
Durante el recorrido por este museo, las luces, la música de fondo, las explicaciones del guía y el mismo espacio permiten conocer la majestuosidad de las culturas precolombinas. La colección, que comprende más de 35.000 piezas de oro y 20.000 objetos óseos, líticos, cerámicos y textiles, fue declarada Monumento Nacional y es considerada la más importante del mundo en su género.

Cerro de Monserrate

Ya que está en la zona, aproveche para subir en funicular o teleférico al Cerro de Monserrate (a 3200 metros sobre el nivel del mar), desde donde puede tener una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. En la cima se encuentra el Santuario con la imagen del Señor Caído de Monserrate, una talla del siglo XVI que es venerada por los feligreses y adonde se realizan peregrinaciones a pie o de rodillas desde la base del cerro hasta la cima, principalmente en la época navideña y en Semana Santa.
Al salir hacia el Norte se puede ir a un barrio muy pintoresco, Usaquén (entre las carreras 7 y 2, y las calles 116 a 122). Es una recreación de un pueblito del siglo XIX con sus calles empinadas, una plaza central, la iglesia, la alcaldía y hermosos anticuarios, bares y restaurantes. Allí también está la casa de la Hacienda Santa Bárbara (de 1847), donde funciona un centro comercial sin perder los rasgos arquitectónicos.
Si viaja con chicos, encontrará espacios especialmente para ellos, como Maloka, un centro de recreación y aprendizaje o museo de tercera generación donde los visitantes interactúan con los objetos exhibidos en salas que abordan temas como el universo, la vida y la biodiversidad, entre otros.
Después, necesitará un buen café. Así que, al caer la tarde, puede elegir entre Juan Valdez, Kaldivia, OMA o Crepes & Waffles, donde podrá tomarlo caliente o frío, en helados, postres y hasta en comidas donde es usado como un ingrediente más. Como para recordar a Bogotá también con el paladar.
Si queda tiempo para programas cerca de la ciudad, vale la pena visitar la Catedral de Sal de Zipaquirá, en el interior de una mina de sal, o los pueblos pintorescos como Tenjo, Tabio, Chía o Sopo, con paisajes únicos y comidas típicas.
Por Patricia Osuna Gutiérrez
Para LA NACION

¿Acompaña su sancocho con garullas y yuca?

En Bogotá no falta dónde probar las comidas típicas santafereñas. Entre los más recomendables están La Puerta Falsa (calle 11 con carrera 7), La Florida (carrera 7 con calle 21) o Yanuba (calle 122 con 23).
Allí, casi sería un crimen no pedir algo de lo siguiente:
  • Chocolate, café o agua de panela (bebida caliente hecha con el extracto de caña de azúcar) acompañada con queso y almojábanas o garullas (panes con harina de maíz, huevos y cuajada) y pan de yuca (hecho con almidón de yuca).
  • Ajiaco: sopa hecha con pollo, papa (criolla, sabanera y pastusa), choclo, especias, alcaparras, crema de leche, se acompaña con palta y arroz.
  • Mazamorra chiquita: sopa hecha con costilla de res, cebolla, arveja verde, chaucha, zanahoria, papa (pastusa y criolla), harina de maíz, ajo, sal, pimienta y comino. Se acompaña con arroz blanco.
  • Puchero santafereño: hecho con carne, papa, mandioca, plátano y choclo.
  • Sancocho de gallina: sopa hecha con gallina, papa, yuca y plátano. Se acompaña con arroz blanco.
  • Tamal: la conocida masa de maíz mezclada con carne, pollo, longaniza, costilla de cerdo, garbanzos, cebolla, ajo, sal y condimentos. Aquí la mezcla es envuelta en hojas de plátano atadas y se cocina al vapor. Va acompañado con una taza de chocolate caliente.
  • Obleas: un postre que consiste en dos hojas circulares de harina muy delgadas rellenas con arequipe (dulce de leche).
  • Brevas con arequipe. Cocidas y almibaradas se rellenan con arequipe.
  • Jugos de frutas: las frutas más comunes son la curuba, la mora, la guayaba, el tomate de árbol y la feijoa.
Aguardiente: bebida con alcohol, es elaborado con alcohol de caña de azúcar y esencia de anís.

Datos útiles

Cómo llegar

El pasaje aéreo de Buenos Aires a Bogotá, cuesta desde 600 dólares, con tasas e impuestos.

El tránsito

Bogotá tiene serios problemas de tránsito, aliviados parcialmente con el Transmilenio, el nuevo sistema de transporte público que atraviesa la ciudad. El pasaje cuesta 0,50 centavos de dólar.

Moneda

Un dólar equivale a 2,37 pesos colombianos.

Paseos

Museo del Oro. Carrera 6 Calle 16 Parque de Santander. Abre de martes a sábado, de 9 a 16.30. Domingos, de 10 a 16.30.
Museo Nacional de Colombia. Carrera 7 No. 28-66. www.museonacional.gov.co . Abre: martes, de 10 a 20; miércoles a sábado, de 10 a 18; domingos, de 10 a 16.
Museo Botero. Calle 11 N° 4-21/ 93. Abre de lunes a sábado de 9 a 19. Domingos y feriados, de 10 a 17.

Qué comprar

Esmeraldas: los precios varían según la transparencia, talla y peso en quilates. Su compra debe realizarse únicamente en joyerías acreditadas.
Joyas: se realizan réplicas precolombinas en oro con incrustaciones de piedras preciosas y semi preciosas.
Antigüedades: los locales especializados están en el barrio El Nogal (calles 79B y 80 entre carreras 7 y 9) y en el centro de la ciudad.

En internet

www.bogotaturismo.gov.co

Dónde es la rumba

Hay para elegir a la hora de divertirse o ir de rumba. Para bailar, un lugar muy original es el Parque de la 93, con gran variedad de restaurantes de comida típica, de autor y fusión (mezcla del ingenio criollo con productos nacionales y una suerte de viaje por las recetas del mundo). A pocas cuadras está la Zona Rosa, con locales especializados en cada tipo de música como reggae, salsa, vallenato, retro o la denominada música de planchar, que comprende la balada latina de los años 70 y 80.
La fiesta comienza temprano, hacia las 9 de la noche, porque se extiende sólo hasta las 3, por ley.

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por Redacción OHLALÁ!

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