Dependencias

En el ámbito de nuestro nuevo hogar, hay una sola mujer que es adorada por ambos por igual: Estela. Se trata de la mujer que viene a casa 1 vez por semana y deja todo como nuevo. Yo quisiera que venga 2 veces por semana, pero Silvia se niega por algún motivo que no termino de entender.

Cuando yo vivía solo, quien venía a mi casa era Rosita, la señora que va a la casa de mis padres desde que yo nací. Cuando pasamos a vivir juntos, lógicamente, propuse la continuidad de Rosita al mando, pero Silvia se negó, argumentando que sería una espía directa de mi madre en nuestra casa, y que le contaría con lujo de detalles su "problemita con el orden". Como si no lo supiera ya...

En fin, cedí. Una vez más. Pero no me quejo. Estela es lo más. Entrar a casa después de la visita de Estela es un baño de optimismo y alegría: todo está limpio, todo está ordenado, la casa brilla y reluce, y si tuvo tiempo hasta hizo algo rico de comer. Y después llega Silvia de trabajar, agotada, con una cartera ridículamente desbordante en una mano (la cuelga en una silla), 2 bolsas del super enganchadas en un dedo (las tira en el piso de la cocina), su campera (la deja en otra silla), un "saquito" (otra silla), las llaves del auto (se le caen al piso), se saca los zapatos en el medio del living y tira unos papeles que tiene que leer a la noche en el sillón. Yo la miro anonadado y ya veo cómo todo se desmorona. Pero de eso ya hablé.

El tema es la dependencia que tenemos con Estela. La semana pasada estuvo enferma y, lógicamente, no vino; y la casa está dada vuelta y, sobre todo, no quedan camisas planchadas. Decido intentar planchar. No sé ni cómo empezar. Busco en Youtube, veo el video una y otra vez, decido probar, quemo una camisa (un poco, mínimo, y en la parte de abajo, pero lo suficiente como para alertarme de no seguir). Consulto con Silvia: ni idea. Llamo a mi mamá, trata de explicarme por teléfono, me da buenos consejos realmente, pero no resulta. Me termina diciendo: "traelas a casa que te las plancha Rosita". La vida es bella otra vez.