
Ayer a la tarde, estaba en el súper y me suena el teléfono.
"Hola divina, cómo andás?".
No reconocí la voz y pregunté quién hablaba.
"Tenés que empezar a reconocerme la voz, linda", insistió, pero tampoco.
Era mi nuevo jefe.
Qué mal estamos empezando, Dios!
Cómo "divina"? Cómo "linda"?? No es desubicado? Digo, no somos amigos, nunca lo fuimos. Sólo nos une una relación "alumna-profesor" de lo más normal.
Yo trato de ser lo más educada posible y no colaboro con el tono pero tampoco lo corto en seco.
Qué incomodidad!
Yo sé que debe ser así con cada una de las mujeres con las que habla por teléfono, pero igual me parece muy fuera de lugar y no sé cómo tratarlo.
"Ah, qué tal", le digo, y ya me quedo trabada en toda la conversación.
Voy a tener que trabajar este asunto, porque si no, le veo poco futuro y la "relación".
En otro orden de cosas: el viernes, lo que Nicolás tenía para decirme, era que tenía un regalo de San Valentín. Me había escrito una carta, que me entregó en la comida, pero que no dejó que abriera delante de él.
Lloré cuando la leí.
Nunca lo había hecho, y emocionó muchísimo.
Creo que debe ser la primera vez que un "quiero hablar con vos" no implica algo negativo.
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