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 • HISTORICO

Disney Springs, el nuevo centro mágico

El antiguo Downtown Disney se transformó: el flamante sector, inspirado en un pueblo costero de Florida del siglo XIX, ofrece tiendas, restaurantes y entretenimiento para todos; mientras tanto, la agenda navideña viene con fiestas, desfiles y mucho más




A la noche, Magic Kingdom ofrece La fiesta de Navidad de Mickey, con desfiles galletitas, chocolate caliente y nevadas

A la noche, Magic Kingdom ofrece La fiesta de Navidad de Mickey, con desfiles galletitas, chocolate caliente y nevadas - Créditos: Ryan Wendler/disney

ORLANDO.– A Walt Disney World lo llaman el mundo mágico, y no es una exageración: este gigante de 10.300 hectáreas tiene el tamaño de media ciudad de Buenos Aires. Pero lejos de albergar gente concentrada en sus problemas cotidianos, sus habitantes llegan en busca de fantasía. Desde lanzarse en cohete espacial a Marte hasta llorar de emoción frente al castillo iluminado.
Aquí habitan cuatro parques temáticos (Magic Kingdom, Epcot, Hollywood Studios y Animal Kingdom); dos acuáticos (Typhoon Lagoon y Blizzard Beach); 36 hoteles; cuatro campos de golf; dos canchas de minigolf; y un complejo deportivo para 60 disciplinas, entre otras instalaciones. Y sigue creciendo. Recientemente inauguró su ampliado downtown, ahora llamado Disney Springs, un centro comercial a cielo abierto con propuestas de gastronomía, compras y entretenimiento.
Con nueva estética, dos flamantes y amplios estacionamientos techados, y una vasta oferta gastronómica, comercial y de entretenimiento, Disney Springs reemplazó al Downtown Disney para convertirse casi en otro parque temático. Y lo más lindo… gratis.
“Más que un lugar donde comer y comprar, es como ingresar en una historia que sólo Disney puede contar. Tomamos en cuenta hasta el último detalle, al igual que hacemos en los parques o cruceros”, relata Keith Bradford, vicepresidente de Disney Springs. El lugar está inspirado en un pueblo costero de la Florida del siglo XIX, y fue creado por los imagineers, la fuerza creativa que sueña, diseña y construye cada atracción en la tierra de Mickey.
A la orilla de un lago con cursos de agua cruzados por puentecitos, se reúnen unas 150 tiendas repartidas en cuatro barrios: The Landing y Town Center (comercios y oferta gastronómica); West Side (24 cines, Cirque du Soleil, el complejo de juegos interactivos DisneyQuest); y Marketplace (reúne mayormente los negocios con merchandising de Disney).
Pero lo más novedoso es su alucinante show nocturno, Starbright Holidays, que se presenta hasta el 8 de enero a las 19 y 20.30. Sobre el lago, una estrella parece brillar más que el resto. Segundos después, otras se van encendiendo, formando la constelación. Al compás de la música empiezan a moverse y cambian de color. La emoción y la sorpresa se apodera de nosotros, un grupo de periodistas que miramos al cielo en esta exhibición que incluso, muchos empleados de Disney están viendo por primera vez. Desconocemos esa tecnología. No es láser, ni nada que hayamos visto anteriormente. Se trata de 300 drones que vuelan en simultáneo, formando figuras que crean un balet aéreo. Con un peso de 280 gramos, cada uno de estos artefactos con luces LED puede emitir 4000 millones de colores.
“Combinamos la creatividad de Disney con la tecnología de Intel. Es el primer espectáculo a esta escala en los Estados Unidos. Este preámbulo es solamente un pedacito de lo que pensamos que será un show más amplio”, cuenta Wilma Colón, portavoz de WDW. Sin embargo, aún no hay fecha exacta en la que los visitantes empezarán a disfrutarlo.

Después de hora

La atracción nocturna posiciona y jerarquiza a Disney Springs como un obligado a la hora de visitar Walt Disney World. Además, en un ambiente relajado y familiar, hay 25 propuestas de entretenimiento cada noche, que van desde espectáculos como Cirque du Soleil, conciertos en House of Blues, hasta DJ y músicos callejeros. Hay algunos anfiteatros durante el paseo destinados para tal fin, pero también aparecen las sorpresas al paso, como la mujer que canta y toca un piano itinerante que anda solo, y me sigue unos metros mientras deleita con su música.
La oferta gastronómica ofrece unas 50 opciones que van desde los menús por US$ 10 como armar su propia pizza en Blaze Fast-Fire’d Pizza o la hamburguesa casera –las más ricas de Orlando, según me advierte una periodista local– en D-Luxe Burger. Para paladares más sofisticados, se puede probar sushi o comida asiática en Morimoto (entre US$ 15 y US$ 35); o un bife en STK (de US$ 35 a US$ 60). Y si la idea es apenas picar algo por la tarde, en el cajero automático de Sprinkles en vez de dinero recibirá cupcakes.
El Boat House es un restaurante particular. Mientras saborea mariscos o carne con papas fritas, su vecino de mesa tal vez quiera subirse al auto estacionado en la puerta, que arranca por una rampa en dirección al lago y sigue a flote navegando.
El local de Coca-Cola es otra de las nuevas adquisiciones. Los fanáticos de la marca encontrarán un abanico inmenso de merchandising, e incluso el auténtico oso polar para tomarse una foto. Consejo: subir hasta el tercer piso que tiene una terraza con una hermosa vista y un bar.
Para una visión aún más panorámica, un globo aerostático sobre el lago, ubicado frente al local de Harley Davidson ofrece subir 122 metros para una postal a 360º. El tour dura 10 minutos y cuesta US$ 18 para los adultos y US$ 12 los menores.
A la hora de hacer shopping, además del local con merchandising de Disney más grande del mundo, y otros temáticos del ratón como la tienda de Navidad, de arte o golosinas, también hay marcas de primera línea. Allí radica con dos pisos la japonesa Uniqlo, en su primer local en el sudeste del país. La marca –popular en la Argentina por sus camperas– al igual que muchas otras firmas, hacen diseños exclusivos sobre personajes que sólo se venden en esta locación. Lucky Brand, Zara, Lacoste, Columbia, Anthropologie, Levis o SuperDry son otras de las empresas que recientemente desembarcaron en el complejo.
En su primera Navidad, Disney Springs ya está inmersa en este mundo rojo y verde y con distintas propuestas. En el Marketplace se puede recorrer un sendero de 15 árboles navideños temáticos, donde cada uno representa un personaje o una película de Disney. Además diariamente hay una ceremonia a las 18 para encender el árbol principal. Por último, Papa Noel está en su chalet para tomarse fotos con los chicos hasta el 24 de diciembre. Es gratuito y no hay que hacer cola. Al llegar el interesado recibe un beeper para poder seguir paseando, y suena cuando faltan 10 minutos para su turno. Después del 24 de diciembre, Goofy se pondrá el traje rojo reemplazándolo por unos días.

Felices Fiestas

Es difícil encontrar algo en Disney que no tenga su decoración navideña. Parques, hoteles, comercios… Todo se vuelve rojo y verde. El espíritu de las fiestas aquí late más que en cualquier otra parte.
En Magic Kingdom, la reina Elsa de Frozen usa sus poderes para transformar el castillo de Cenicienta en un resplandeciente palacio de hielo. El show A Frozen Holiday Wish sorprende todas las noches.
Pero después del horario regular del parque, hay una opción adicional a la entrada, llamada La fiesta de Navidad de Mickey, con galletitas, chocolate caliente y nevadas mágicas. A partir de ese momento se celebra un show totalmente nuevo en el castillo, Mickey’s Most Merriest Celebration; y también el desfile de cierre donde una vez más se festeja la Navidad con hombrecitos de jengibre, duendes, renos, soldados de juguete y Papá Noel, junto con Mickey y sus amigos. La fiesta comienza a las 19, pero los visitantes con boleto para este evento pueden ingresar a Magic Kingdom a partir de las 16. Los boletos para este evento comienzan en los US$ 86 (niños de 3 a 9 años) y US$ $91 (adultos).
En Hollywood Studios, Jingle Bell Jingle Bam, usa la última tecnología en proyección sobre el Teatro Chino y cierra la noche con fuegos artificiales.
En Epcot vibra el ya clásico Candlelight Processional, que relata la historia de la Navidad por celebridades acompañados de una magistral orquesta y un coro. Se presenta tres veces por noche hasta el 30 de diciembre, y Whoopi Goldberg está entre sus narradores.

Táctica y estrategia para visitar los parques

Informarse y planificar es la mejor forma de ahorrar dinero, disfrutar la experiencia a pleno y minimizar el margen de error.
Lo primero es saber cuántos días dedicarle a la estadía. Si quiere hacer los cuatro parques, como mínimo hay que pensar en destinar un día a cada uno. Aunque lo mejor es dejar incluso días intermedios libres, porque las jornadas son largas y agotadoras. El costo proporcional diario disminuye a medida que se compran más días, y no hace falta usarlos de corrido. Por ejemplo, un pase por 4 días (dura dos semanas después de su primer uso) cuesta por cada jornada US$ 81,25; el pase por una semana cuesta US$ 53 por cada día.
Al pensar en el alojamiento, la primera decisión es si parar afuera o dentro del resort. Mientras afuera puede resultar algo más económico, dentro, Disney ofrece ciertas ventajas, como horas extra en los parques (llamadas extra magic hours); traslados gratuitos desde el aeropuerto, y desde el hotel a Disney Springs y los parques; la posibilidad de reservar FastPass con mayor anticipación; o el plan de comidas. El resort tiene además hoteles para todos los presupuestos: económico, moderado, Deluxe y Deluxe Villa Resort. La reserva puede hacerse a través de los operadores locales, como All Seasons, Despegar o Al Mundo, entre otros.
Una herramienta imprescindible en la planificación es My Disney Experience. Se puede bajar la aplicación al celular, o ingresar a través de la página web https:/disneyworld.disney.go.com. Lo primero es crearse una cuenta en caso de no tenerla, e ingresar los números de ticket. Una vez logrado esto, se puede desde allí hacer reservaciones en restaurantes o emitir FastPass, pases que evitan colas. Es indispensable tener la aplicación en el teléfono al momento de llegar al destino, ya que entre otros servicios muestra mapas, eventos del día, atracciones y los tiempos de espera en cada una. Hay Wi-Fi de cortesía en todo el resort.
El FastPass es un sistema gratuito de reservas que permite acortar significativamente las colas de los juegos más concurridos y asegura lugares preferenciales en shows y desfiles. Quienes se hospedan en los hoteles de Disney pueden reservarlos con 60 días de anticipación como máximo, el resto hasta 30 días antes de la fecha de visita.
Cada persona puede emitir en un primer momento tres FastPass. Una vez que se usan los tres emitidos o se vence la hora de la última reserva, se puede volver a sacar en el mismo día otro salvoconducto desde el celular.

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