

LONDRES.- Durante el día, los barrios de moda y las novedades de una ciudad sumergida en un mar de cambios; por la noche, un colchón último modelo, salones lujosos y destellos clásicos. Como en un buen cóctel, la mezcla sabe deliciosa. Recientemente inaugurado, el Renaissance London Chancery Court Hotel abrió sus 712 ventanas a la individualidad más pura. Desde que uno ingresa, por una monumental entrada de carruajes, y un joven con galera le da los buenos días mientras lo invita a pasar, hasta que uno llega a la habitación, atravesando larguísimos pasillos con alfombras mullidas, espejos biselados, ramos de tulipanes y lámparas de alabastro, el cliente no sólo tiene razón: es el rey (o la reina). Y como tal tiene un palacio a su disposición, aunque sea por unos días.
El edificio fue construido en 1914 para sus primeros dueños, la compañía aseguradora Pearl, que tuvo sus oficinas centrales allí hasta 1989. La ubicación es privilegiada y con un mapa en la mano queda más que claro: muy cerca de la City, a pasos de Covent Garden y ahí nomás del Soho y la zona de los teatros.
La construcción llevó casi cincuenta años y se hizo por partes. La gran cúpula central, el distintivo del edificio, fue la primera, en 1912. Le siguió una compañera más chica, en la punta este, hacia 1930; la última se concluyó después de la Segunda Guerra Mundial, en 1960.
Convertir una compañía de seguros en un hotel cinco estrellas es una meta ambiciosa. Así, la restauración también necesitó tiempo, dinero y muy buenas ideas.
Se aprovechó la increíble estructura clásica, pero cerca de 600 obreros y varios arquitectos se encargaron de darla vuelta: tiraron 590 kilómetros de cable, abrieron 287 ventanas nuevas, colocaron 8000 lámparas y 200 manijas de bronce.
Cada uno de los 357 cuartos es distinto, pero todos comparten los detalles de diseño y el servicio premium, una marca de los hoteles Renaissance, de la cadena Marriott. Ante la pregunta que se estarán haciendo muchos lectores (Si, ¿pero cuánto sale?), los ingleses responderían: It´s good value. Esta frase, que se escucha bastante por estos días, revaloriza la calidad. Es cierto, tal vez no es de los más baratos (217 dólares la habitación doble), pero lo vale.
Datos útiles
Cómo llegar: el pasaje desde Buenos Aires hasta Londres, ida y vuelta, cuesta desde 1100 dólares por British Airways, con tasas e impuestos hasta el 31 próximo. A partir del 1° de agosto, desde 1000. La empresa tiene seis vuelos semanales.
- En Gatwick, British ofrece a sus pasajeros el servicio REAL (Recepción Especial al Pasajero de América Latina), que asesora sin cargo y en español. Se espera al pasajero a la salida del avión, tanto en Gatwick como en Heathrow.
Traslados: el pasaje en el tren Gatwick Express del aeropuerto a la ciudad cuesta 16 dólares.
Alojamiento: una habitación doble cuesta a partir de 50 dólares. En el Renaissance Chancery Court, en Holborn, 217 dólares con impuestos. Informes por el 0-800-777-6277.
Comidas: uno se las puede arreglar para que comer no salga mucho, haciendo como los mismos habitantes, que durante el almuerzo se compran una vianda en Marks & Spencer y se la comen al sol. Eso, un sándwich triple y un jugo de naranja cuestan desde 5 dólares. Si el picnic es de sushi o el sándwich tiene salmón ahumado, saldrá alrededor de 8. En un restaurante, un menú económico ronda los 16 dólares por persona. Por la noche y a la carta, el tema se pone saladito, 25 por persona como mínimo. En South Bank o el Soho, que están de moda, se les suma, con tranquilidad un 40%.
Gratis: igual que siempre, pero quizá más que nunca Londres está cara. Las entradas a galerías y museos no bajan de los 10 dólares. Pero los principales tienen entrada gratuita para la colección permanente y se paga alrededor de 8 dólares por la exposición del momento.
Más información: Oficina de Turismo de Gran Bretaña (BTA). Córdoba 645, 2° piso; 4314-8955.
En Internet:
Un distrito chapado a la antigua
- Acurrucado entre vecinos más famosos -The City, Soho, Covent Garden y Bloomsbury-, Holborn (se pronuncia hoe bun ) sabe guardar entre sus límites las pinceladas de historia que le dieron forma. La calle principal, donde se encuentra el hotel, es High Holborn. Pero los tesoros del tiempo, como suele suceder, están más escondidos. En distintos rincones del barrio hay cuatro Posadas de Justicia. Se destaca Lincoln´s Inn, con edificios y capillas del siglo XV casi intactos a pesar de los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial. Del otro lado de Lincoln´s Inn Fields, una gran plaza, se encuentra el Sir John Soane´s Museum, según muchos su rincón preferido en Londres.
Carolina Reymúndez
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