El avistaje de pájaros se vuelve tendencia
El bird watchinges un hobbie que genera fanatismo porque ofrece la posibilidad de viajar y conectarte con la naturaleza
2 de julio de 2017 • 00:26
“Why do birds suddenly appear, everytime you are near?”, dice la canción de The Carpenters, como metáfora de la aparición de pajaritos cuando el otro está cerca. Y si bien el amor genera esa sensación, observar aves despierta muchísimas otras, como relajación, bienestar y equilibrio emocional. De hecho, una investigación realizada en conjunto por expertos del Reino Unido y Australia comprobó que mirar aves y escuchar su canto previene distintas patologías como la depresión, la ansiedad y el estrés.
Créditos: OHLALA!
Volá los prejuicios
“¿Avistaje de aves? ¡No seas nerd!”..., es uno de los cuestionamientos que seguramente recibas si querés iniciarte en esto. En nuestro imaginario, asociamos la actividad a gente más grande, pasados los 60, a la que después de jubilarse no le queda otra que buscarse algo para hacer. Sin embargo, en Inglaterra –uno de los países más fanáticos– las encuestas indican que parece ser de las actividades más trendy entre los jóvenes de entre 16 y 32 años.
Por acá, la movida del birdwatching está sumando cada vez más seguidores. A nivel local, sabemos que la cantidad de observadores de aves supera las 30 mil personas. Y Argentina también es uno de los destinos más aclamados entre los que saben. La actividad atrae a 30 de las 78 millones de personas en todo el mundo dedicadas a esto. ¿El atractivo? Más de mil especies habitan nuestro país (10% de las aves del mundo) y tenemos 275 AICAS (Área Importante para la Conservación de las Aves). De hecho, Buenos Aires es una de las capitales del mundo donde mayor cantidad de especies se pueden observar. Solo en la Reserva Ecológica Costanera Sur de la ciudad hay tantas especies como en toda Inglaterra. ¡Nada mal, eh!
Macá tobiano - Créditos: OHLALA!
Bueno para el planeta
Observar aves está catalogada como una actividad de “ecoturismo”, porque el impacto que tiene es realmente mínimo. Pero no solo eso. Mirar aves en su hábitat natural es una forma de educarnos sobre el ambiente y generar conciencia sobre la importancia de su preservación. Y siendo que el 10% de las aves de nuestro país se encuentran amenazadas, practicar esta actividad también nos deja entrever la fragilidad de los ecosistemas y los cambios incesantes a los cuales se enfrentan estos y otros animales y, en definitiva, nosotros mismos.
La fuerte conexión con la naturaleza se convierte en un primer paso para conservarla. Y lo que comienza como una curiosidad después se transforma en hobby. Y lo que se instala como un hobby deviene en una pasión. Y como toda pasión, se sostiene en el amor. Por las aves, por su hábitat, por todo lo que nos rodea. Así que enamorate... y desplegá tus alas para ser una auténtica observadora de aves.
chau compu, hola naturaleza
Este hobby es una excelente forma de conocer gente nueva, hacerse amigos y viajar por lugares nunca antes visitados y fuera del circuito típico y corriente. Ahora, tampoco tenemos que irnos hasta la punta norte o sur del país para hacerlo. También se puede practicar mirando por la ventana o en la plaza del barrio. Solo es cuestión de entregarse a una experiencia, que nos invita a cerrar la compu, dejar atrás las preocupaciones cotidianas y practicar la paciencia..., practicarla muuuucho. Un desafío, ¿no? A veces, podés estar horas en un avistaje y volver con solo una fugaz aparición del ave buscada. Pero así, también ponés en práctica el manejo de la frustración y, además, disfrutás del silencio y el contacto con la naturaleza. Te despejás, ejercitás la memoria y te hacés amigos con tus mismos intereses. Para encontrarlos, podés sumarte a asociaciones específicas, como Aves Argentinas o los Clubes de Observadores de Aves (COA).
Dónde hacer avistaje de aves
En Buenos Aires: parque Lago Lugano, Bosques de Palermo, Reserva Costanera Sur, Reserva de Vicente López y Ribera Norte, Reserva Urbana de Morón y unos kilómetros más afuera: la Reserva Otamendi y Punta Lara.
En el interior: Misiones, los Esteros del Iberá y el sur de Santa Cruz son spots ideales.
Una app para Bird Watching en Argentina
Bajate la app Aves Argentinas, la herramienta perfecta para iniciarte en este mundo. Ahí vas a encontrar fotos, fichas de cada especie, cantos de cada pájaro y un mapa de distribución para saber dónde ubicarlos.
Qué vas a usar
Ropa liviana: priorizá estar cómoda y con colores apagados.
Campera impermeable: que la lluvia no sea un impedimento.
Botas de trekking o zapatillas: ¡prepará esas piernas! Vas a caminar bastante.
Anteojos con protección UV.
Protector solar.
Guía de aves: para las más vintage, una impresa. Si sos más 2.0, bajate la app.
Anotador y birome: llevá registro de las aves que viste, lugar, hora y clima.
Binoculares: se recomiendan tres tipos: 7 x 42, 8 x 30 y 10 x 50.
Cámara o celular.
algunas especies amenazadas
Créditos: ilustraciones de Ariel Escalante
1. Pato de los torrentes
Vive en las aguas correntosas de la Patagonia Andina.
2. Tucán pico verde
Como el 50% de las aves argentinas, vive en Misiones.
3. Yacutinga
Abunda en el Parque Nacional Iguazú. Amenazado por la caza.
Créditos: ilustraciones de Ariel Escalante
4. Cardenal Amarillo
Vive en Iguazú e Iberá.
5. Mirlo de agua
Abunda cerca de los ríos del NOA y el norte de Córdoba. Está amenazado por el tráfico ilegal.
6. Pajonalera
Podés ver muchos en la Reserva Otamendi. Está en peligro de extinción.
Tras los pasos del macá tobiano
Por Vale Boquete, nuestra diseñadora.
Créditos: OHLALA!
"Cuando me invitaron a este viaje, no sabía lo que estaba por vivir. “¡Genial! Lindo paisaje, buena comida y aire fresco...”, pensé, pero me quedé ¡re corta! Porque el objetivo del trip organizado por Toyota Argentina era conocer el proyecto de conservación del macá tobiano, un ave autóctona que vive en Santa Cruz y está en peligro de extinción.
Este proyecto está liderado por la ONG Aves Argentinas que –desde hace 100 años– protege las aves silvestres, generando programas de investigación y conservación.
Lo primero fue una travesía recorriendo el Parque Nacional Patagonia; las camionetas Hilux se volvieron nuestro refugio sobre ruedas en donde pasamos muchas horas de charla y mate. Fuimos por caminos y paisajes únicos, en busca de las lagunas donde habita este pájaro singular, pero antes nos dio la bienvenida el imponente glaciar Perito Moreno. Esa noche me fui a dormir pensando: 'Nada de lo que sigue va a superar esto'.
Créditos: OHLALA!
Por suerte, me equivoqué. Cada día me trajo una historia nueva, un lugar increíble, un personaje especial: desde los dueños de las estancias ubicadas en lo más recóndito de la Patagonia hasta los guardianes de colonia, que están 15 días aislados para cuidar algún grupo de pájaros.
Nunca había observado aves: es impresionante verlas en su hábitat, prestarles atención y quedarte con un recorte de toda esa inmensidad; te genera un clima de intimidad con la naturaleza que es hermoso. ¿Con qué me quedo? Me conmovió la pasión de quienes trabajan a diario para conservar la naturaleza en su estado más puro, que le dedican su tiempo y su energía a la conservación de la biodiversidad y que, además de actuar sobre las problemáticas ambientales, buscan concientizar y contagiar a los demás, como a todos los que fuimos invitados a esta experiencia increíble".
¿Y a vos? ... ¿Te gustan las aves? ¿Las observarías en su hábitat natural? También conocé: Rituales con sal y Boom DIY: talleres de cerámica
Experta consultada: Adela Marcó, Coordinadora del programa Aves y Turismo.
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