

El Camino de Santiago, también conocido como Ruta Jacobea, es posiblemente el itinerario de gran recorrido más conocido de Europa. Desde la Edad Media es utilizado como vía de peregrinación a la ciudad donde se encuentran los restos del apóstol Santiago el Mayor, Santiago de Compostela, vía que discurre por el norte de la Península Ibérica desde la frontera hispano-francesa.
"Si algún día pasa por tu mente ir a Santiago en bici, espanta ese pájaro negro como si fuera un fantasma. Si de nuevo revolotea, de nuevo rechaza la tentación... Pero si por tercera vez surgiera, haz que anide en ti y disfruta de la dura y apasionante aventura de recorrer el Camino de Santiago." (Parte del libro El Camino de Santiago según Roberto Alonso y Begoña Santos)
Seguramente, muchos peregrinos (o bicigrinos) han buscado razones para ponerse en marcha y, aunque el tiempo ha llenado el camino de todo tipo de personas, la Ruta Jacobea sigue teniendo una indudable motivación espiritual. Pocas rutas pueden presumir de tener el bagaje histórico- artístico del Camino de Santiago.
Salimos desde Venado Tuerto el viernes 9 de julio. El sábado por la tarde llegamos a Roncesvalles, al pie de los Pirineos, frontera con Francia. Armamos las bicis y... a descansar. Desde allí, casi 800 kilómetros nos separaban de Santiago de Compostela.
El domingo a la mañana comenzamos el recorrido. Salimos de la posada y nos encontramos con peregrinos a pie y en bicicleta, todos en una misma dirección. ¡Buen camino! ¡Buen camino! Es el saludo que escuchamos, en muchos idiomas, y dijimos infinidad de veces en 10 días.
Comienzo del camino por senderos arbolados, con duras subidas y fuertes bajadas, que se suceden ininterrumpidamente. Piedras sueltas y muchos cauces de río; transcurrían los días... Se sucedían los senderos que llevaban a pueblitos y ciudades, y andábamos por antiguas carreteras romanas empedradas difíciles de recorrer, y las campanas anunciaban la llegada de peregrinos a los pueblos..... El calor es sofocante, pero el agua está siempre en el camino. Majestuosas catedrales, castillos templarios, paisajes naturales, construcciones medievales, bellezas asombrosas.
Las bicis resistieron todos los golpes; sólo una cámara pinchada y un pedal roto, que igual nos dejó llegar a Santiago, para recorrer sus angostas calles. Es una inmensa alegría.
El camino ha sido, desde hace mil años, el eje magnético de Europa; una vez que experimentes su peculiar seducción, formará parte de vos para siempre.
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