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El Catedral se refugia en La Cueva

A la mesa: al abrigo de una cueva natural, en este cerro de Bariloche, esquiadores y turistas hacen un alto en las pistas para probar platos autóctonos.




SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Llovía intensamente y se vieron obligados a buscar un refugio. A pesar del mal tiempo, se empecinaron en abrirse camino. Hacía días que seguían las huellas de los pioneros -en dirección sur-, a pesar de que habían tumbado decenas de lengas pero, al menos, hallaron un sitio que encandilaba. En ese entonces, miles de amancay (flor autóctona) formaban el llamado mar naranja de San Carlos de Bariloche. Hoy son sólo un recuerdo, porque fueron invadidas por cañas de colihue. Más aún, de ese mar sólo queda el nombre que denomina a la pista de esquí situada al sudeste del cerro Catedral.
Medio siglo después, ellos también hicieron su descubrimiento. El camino por el que transitaban había sido hecho gracias a la paciencia de los bueyes que arrearon no sólo el cargamento de esos militares expedicionarios, sino que abrieron un paso aún no explorado.
Aunque el tiempo no mejoró avanzaron igual, atravesaron el bosque y, poco a poco, también fueron despejando el área; había árboles derrumbados u otros crecidos en medio del sendero. Querían mejorar el camino antes de que la lluvia se transformara en nieve y la tarea pasara de difícil a imposible. Pero no era cuestión de hacer camino sólo para andar y no llegar a ningún lugar en particular. Por eso, en un nuevo alto en la ruta coronaron el esfuerzo: encontraron una enorme roca, más grande que una casa, de 10 metros de altura, que los abrigó ante la inclemencia del tiempo.
En homenaje a este gesto de la naturaleza decidieron promover el lugar. De hecho, su intención era hacer conocer el paisaje al sudeste del cerro Catedral que, tanto en invierno como en verano, ofrece alternativas para pasear por allí y encontrar un sitio donde alcanzar un descanso reparador.
La travesía de un grupo de rionegrinos liderados por Ricardo Sternberg -un barilochense por adopción- dio origen a un singular refugio natural que actualmente abriga a diario a decenas de turistas, que generalmente transitan 19 kilómetros del centro de Bariloche o apenas medio kilómetro desde la base del cerro para arribar a La Cueva del Catedral.
Lo que surgió con un objetivo comercial se convirtió en un boom turístico reflejado en la cantidad de gente atraída por la posibilidad de deslizarse en motos para nieve y subir a un desnivel de aproximadamente 600 metros por la ladera del cerro, en invierno; o treparse a jeeps y recorrer una travesía similar, en verano, entre el bosque de lengas y arroyos que surcan esta montaña, para luego subir por una escalera de troncos de 25 metros hasta una cueva donde son satisfechos con canapés, fondue y sabrosas frutas locales.

Un escondite singular

La cueva funciona desde 1995, aunque comenzó a trabajarse en ella un año antes. Esa roca fue tallada artesanalmente, con masas y cortafierros. Un grupo la labraba y otro recorría el bosque en busca de troncos caídos. Hubo casos en que eran tan macizos, de hasta 5000 kilos, que llevarlos a la posición requerida dentro de la cueva demoró cerca de una semana. Esos restos de árboles sirvieron de escalones, mesas y sillas. Hoy se arriba hasta allí en motos para nieve. La ruta que se sigue es desde la base del cerro Catedral hasta el mirador de la pista Amancay. No resulta difícil manejar estos vehículos. Un par de consejos e instrucciones bastan para encender el motor, apenas acelerar y deslizarse por la nieve. En un rato se llega al pie de la cueva. Entre faroles de querosén y antorchas se suben 25 metros por una escalera tallada en madera, a la vera de las mismas lengas en vida.

Pesebre último modelo

La cueva es un moderno pesebre. Con el transcurso de los meses, cada vez se agranda más. Hasta el momento, se lograron 25 metros de profundidad y 12 de ancho, cuando inicialmente -en 1994- tenía tres metros por dos.
Asimismo, a los tres tronquitos del principio se sumaron otros en los que hoy se instalaron cinco mesas. La capacidad actual de es de 25 comensales. En tanto, se prevé preparar otro hogar más, que se añadirá a la actual cocina y estar.
Junto a La cueva corre un arroyo que cuenta con casi 50 cascadas que sirven de música de fondo del natural restaurante, ambientado con antorchas, que ayudadas con estufas de cuarzo -prendidas merced a un grupo electrógeno que funciona a 100 metros-, contrastan con la nieve que pinta de blanco las lengas circundantes.
El sin nombre, como los lugareños llaman a ese arroyo, ha pasado a denominarse arroyo de La cueva que junto con otro situado más al sudeste tienen su confluencia a escasos 300 metros, en un desnivel de dos kilómetros de distancia.
Una cocina de leña, construida con un antiguo caño de fundición de origen holandés y utilizado en el primer dragado del canal Mitre del Río de la Plata, comienza a encender el apetito.
El hogar fue cavado en la roca para mantener una temperatura ambiente agradable.
Mientras los huéspedes se acercan al punto de partida de las motos para nieve, el fuego ya comenzó a calentar lo que en poco tiempo pueden saborear.
A 1500 metros de altura, en un refugio natural, se cocina con agua filtrada de la laguna Punta Princesa, que se traslada en los medios de elevación.
En rodajas de lengas, hechas mesas y sillas -forradas en cuero- y bajo faroles colgados de columnas de llao llao, Micaela, la cocinera, sirve canapés de pescado ahumado, vino, gaseosa y agua; salchichas y champignons en fondue de queso o salteados al estragón.
Tartas de manzana o frambuesa son el bocadillo final de la comida. La cueva ofrece almuerzo y cena luego de las excursiones guiadas por el cerro Catedral.

Pistas para deslizarse

SAN CARLOS DE BARILOCHE.- Las excursiones en motos para nieve se realizan con guía entre media y una hora. La travesía se hace a diario, de 9 a 18.
Parten de la base del cerro con dos guías cada media hora. La capacidad de cada moto es de dos pasajeros; el precio por media hora es de 40 pesos y por una, 50. La ruta que se sigue durante el día es por la ladera sudeste del cerro Catedral. También se efectúan paseos nocturnos por la zona de pistas, por el camino a La Cueva o hasta la pista Amancay y por el área de Robles hasta el filo de la montaña para tener una vista del cerro Tronador y la cordillera.
La comida que se sirve en La cueva se ofrece -en invierno- sólo de noche, a las 21. Se trata de un menú fijo: canapés de mousse de salmón ahumado, fondue de quesos suizos, frambuesas de la zona con crema o helado y bebidas (vino o gaseosas) por 50 pesos por persona. este precio incluye el ascenso desde la base del catedral hasta el refugio.
Debido a que la capacidad de este sitio está limitada a la cantidad de mesas que sirve, para 28 personas aproximadamente, se realizan reservas y ofrecen más datos por el 068-31092.

Para hacer base

Para llegar hasta San Carlos de Bariloche, LAPA ofrece vuelos diarios, a las 11, por 290 pesos ida y vuelta. Aerolíneas Argentinas ofrece la posibilidad de viajar a diario, de lunes a viernes, a las 9 y a las 11.15, y los fines de semana, a las 11.40 y a las 12.10; el precio del pasaje de ida y vuelta es de 538 pesos; hay cinco promociones de cupo limitado y venta anticipada.
Los remises o taxis desde el aeropuerto hasta la Villa Cerro Catedral cuestan aproximadamente 22 pesos. Desde la terminal del aeropuerto parten ómnibus cada 15 minutos que llevan a la villa por 2,20 a 2,40 pesos.
La villa cuenta con dos hoteles:
  • Hotel Catedral, situado 20 metros arriba de la base, donde se ofrecen habitaciones dobles con media pensión por 143 pesos por día, las que tienen vista al cerro, y 115, las que dan a la villa y al lago Gutiérrez. Además, cuenta con departamentos con media pensión por 72 pesos por persona. Dispone de dos restaurantes, La Raclette y Restaurante del Lago. El primero sirve un menú a la carta por 25 pesos, y el segundo cuenta con platos diarios con diferentes opciones por 20 pesos y uno infantil por 10. Hay bar, spa y salas de juegos para chicos y juegos de salón.
  • Hotel Piregué se encuentra entre los medios de elevación (entre las sillas comunes y las séxtuples del shopping). Ofrece habitaciones dobles con desayuno e impuestos a 165 pesos por persona (se cobra por habitación, 330 pesos), las que tienen vista al cerro, y 200 pesos, aquellas que dan al lago.
Del 16 al 23 del actual es la última semana de temporada alta y una habitación doble cuesta 480 y 560, respectivamente. El restaurante del hotel ofrece diariamente un menú para esquiadores por 28 dólares para mayores y 20 para menores. Allí se ofrece una guardería para huéspedes sin cargo y el alquiler de equipos es de 18 a 25 pesos por día y de 108 a 150 por semana.

La montaña está de temporada

Cartelera: este centro invernal transforma sus pistas en escenarios, a los que se suben los más destacados deportistas.
Este mes:
  • Viernes 22: Memorial Robles, segunda carrera homenaje en la que sólo participan esquiadores de categoría cadetes.
  • Sábado 23: Carrera del Periodista Memorial Isabel Moreiras (trabajadora de prensa de Río Negro que el año último falleció por el hantavirus), organizada por Jorge Cabrera, de radio FM Top 101.5, de Bariloche.
  • Domingo 31: Padres e hijos del diario La Nacion, abierta no sólo a los papás lectores y sus chicos, sino a todos los interesados en competir en pareja con su hijo; serán dos carreras y luego se suman los tiempos.

En septiembre

  • Domingo 14: Desafío Robles, carrera de supervivencia, en la que los esquiadores se ponen a prueba al superar obstáculos durante casi tres horas.
  • Sábado 20: Triatlón de la nieve, carrera de esquí desde Punta Princesa hasta la plaza de ciclismo, bajando más de 10 kilómetros, y pedestre, haciendo otro tanto a pie.

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