
Publicado por Silvia
Todas las parejas que conozco se pelean de una manera distinta. Algunas se dicen cosas horribles e hirientes y a los tres minutos están como si nada. Otras son más del "no te hablo por un día". Hay algunas que saltan por cualquier pavada pero se llevan genial y otras que acumulan odio hasta que un día estallan y después cuesta remontarlo. También están las que, al menos en público, no dejan ver ni una mínima discrepancia... no sé cómo lo hacen, pero son pura armonía.
Silvio y yo todavía no unificamos nuestra manera de pelearnos. Si fuera por mí, me gustaría que cuando uno se enoja con el otro le diga de todo y el otro conteste a la misma altura si lo cree necesario, así queda liberado y el tema se lleva hasta las últimas consecuencias. Pero cuando lo pongo en práctica, Silvio me corta en seco con un "yo en esos términos no discuto" y se va al otro ambiente de la casa, sale del departamento, prende la tele o cualquier otra cosa con tal de dejar de hablarme.
Su modalidad ONU de diplomacia y calma sólo genera más y más enojo en mí, tanto que al tema que me enojaba le tengo que agregar cuán en contra estoy de la gente que cree que pelearse no es conveniente en una pareja y que "mejor lo dejamos para hablar en otro momento más tranquilos". Yo le digo que es un negador, él me dice que yo amo pelearme, y así nunca terminamos de enojarnos y amigarnos por un tema.
Siempre les digo que Silvio es muy ordenado, ¿no? Bueno, en estos casos, lo que hace es meter la suciedad debajo de la alfombra.
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