

Hasta 1896, cuando abrió sus puertas las Galeries Lafayette, el último de los grandes almacenes, éstos se multiplicaron a un ritmo sostenido.
De todas estas empresas, pocas resistieron el paso del tiempo y los cambios de hábito de los consumidores (y sobre todo el paso de tres guerras y una crisis en los años 30). En algunos rincones de París todavía es posible ver huellas de publicidades pintadas de más de medio siglo, o carteles olvidados, así como avisos en revistas que pasaron a ser de colección. Son nombres que ya fueron olvidados: Magasins Dufayel, Grands Magasins Réunis, Tapis Rouge, Colosse de Rhodes, Siége de Corinthe (rivalizaban también en los nombres: Alfombra Roja, Coloso de Rodas, Asedio de Corinto).
Los que sobrevivieron se ganaron un capítulo aparte en la historia. Son cinco. El decano es Au Bon Marché, el único que está en la orilla izquierda.
Aunque era el más grande de su época, hoy es el más pequeño del club. Tras haber vivido durante décadas gracias a su historia y la figura de su creador, se transformó en el más elegante y exclusivo de todos. Su ubicación lo aleja de los circuitos turísticos, y es una alternativa para los que buscan un París más de barrio.
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