
El corazón de la bahía
Bajo el sol californiano, una de las ciudades norteamericanas que más enamora a los turistas, con la diversidad, la tolerancia y lo natural como estandartes
22 de agosto de 2010

SAN FRANCISCO.- "Acá sólo se comen los productos de temporada, sólo alimentos frescos. Esta es una de las ciudades más saludables de América." Tal vez la afirmación de Tom Medin, guía que ofrece un tour gastronómico por la zona de North Beach con degustaciones gourmet, sea un poco exagerada, pero no por eso menos cierta.
San Francisco, en la gran bahía de California, hace culto de la estética y la vida sana. Los lugares de comidas rápidas y hamburgueserías se cuentan con los dedos de una mano. En cambio proliferan los restaurantes étnicos y de cocina saludable.
La comida natural, orgánica y sin conservantes invade las góndolas en supermercados y ferias. Los habitantes conservan un buen estado físico, muy lejos del estereotipo clásico. La comida ayuda, pero seguramente también colabora subir a diario las empinadas y famosas colinas, y salir a correr o andar en bicicleta por el Embarcadero, como se los ve a diario.
En los rankings de calidad de vida la ciudad suele figurar en los primeros puestos en Estados Unidos. Este año, por ejemplo, en el estudio de la consultora Mercer Human Resource se ubicó segunda detrás de Honolulu.
Y también encabeza los rankings entre las preferidas por los turistas. En la encuesta anual que la revista Conde Nast Traveler realiza entre sus lectores ganó 17 veces consecutivas como la mejor ciudad de Estados Unidos para visitar.
Así que en una ciudad autoproclamada healthy , y para estar a tono, alquilar una bicicleta y lanzarse a recorrer San Francisco en dos ruedas resulta una experiencia de lo más recomendable.
Cuesta arriba
A pesar de las subidas y bajadas, es una urbe lo suficientemente compacta como para animarse a la bicicleteada.
Además, el tiempo suele ayudar, lejos de las temperaturas extremas de otras ciudades. Ni veranos calurosos ni inviernos bajo la nieve. Eso sí, ventoso casi siempre.
Aunque se pueden elegir recorridos más urbanos, como Castro, Mission la zona de Union Square, o incluso el Golden Gate Park, la gran costanera sobre la bahía (Embarcadero), el parque Presidio y el emblema de la ciudad -el puente Golden Gate- conforman un circuito imperdible y muy demandado.
Hacia ya fui, con bastante poco resistencia para subir las pendientes, pero con muchas ganas de descubrir una de las ciudades más fotogénicas, liberales y a escala humana de Estados Unidos.
El mercado del Ferry Building es un buen lugar para comenzar el día, antes de emprender la bicicleteada. El gran edificio construido en 1898, antes dedicado al transporte, ahora a la comida, está sobre la bahía, justo a la altura de Market St, una de las principales.
Los negocios están dedicados exclusivamente a paladares gourmet. La oferta es amplísima, desde quesos artesanales, pescados, carnes, especias de lugares remotos hasta locales con decenas de variedades de hongos frescos, aceites de oliva y fiambres.
Un buen lugar para desayunar y cargar energías antes de subirse a la bici.
Es sábado a la mañana y atrás del edificio funciona una feria al aire libre que vende productos orgánicos, con degustación incluida. Aunque el plan no sea hacer las compras para la semana, vale la pena probar la fruta y la verdura. Sin duda, eso de los alimentos saludables y naturales aquí se nota en su máxima expresión. Frutas y verduras de colores fuertes y sabores intensos, todos con el cartel de CCOF, la certificación orgánica.
Desde ahí el recorrido sigue por el Embarcadero y el Fisherman´s Wharf, bordeando la bahía, zona de buenos restaurantes, hoteles, museos y comercios, una de las áreas más turísticas de la ciudad. En el Pier 39 hay un gran paseo de compras al aire libre con juegos para chicos y el Acuario, que quedarán para otro momento.
Por ahora, terreno prácticamente llano, sin pendientes y en algunos sectores con bicisendas. Desde el Muelle Municipal, vale la pena el desvío, se obtiene una gran vista de San Francisco.
Lo que dejó el terremoto
Adelante se distingue el distrito de la Marina, una de las zonas más lujosas, con grandes mansiones, tiendas caras y restaurantes de moda, que tiene una historia paradójica: el desarrollo del lugar comenzó justamente con el terremoto y posterior incendio de la ciudad en 1906. Los escombros de los edificios se depositaron en esta zona pantanosa, como sólidos cimientos, y luego, en 1915, se realizó en la zona la exposición Panama-Pacific International, que le dio más protagonismo.
De aquella expo todavía queda en pie el Palacio de Fine Arts, actual sede del Museo Exploratorium, de ciencia y arte, en las puerta del Presidio, un antiguo sector militar y actual gran parque.
Aquí comienza lo mejor..., o lo peor, según como se mire: las empinadas subidas para acceder al Golden Gate.
El gran puente, emblema de la ciudad, fue habilitado en 1937, luego de cuatro años de construcción.
Los casi dos kilómetros y medio (incluyendo las áreas de aproximación) parecen eternos. Arriba el viento se encarga de desestabilizar al ciclista. Pero las vistas increíbles de la ciudad imponen paradas. Los ciclistas tienen un carril exclusivo, casi tan transitado como los seis de los autos, que obliga a conservar la derecha y mirar atrás a cada momento.
Del otro lado, Sausalito recibe con una gran costanera y restaurantes para un merecido descanso después de los más de 15 kilómetros de recorrido. Por supuesto que el regreso es en ferry (¡basta de pedales!) con suficiente espacio para las cientos de bicicletas que se embarcan luego de haber pedaleado por el ícono de San Francisco.
Tranvías históricos y con larga vía
Aunque parezcan más propios de un parque de diversiones que de una ciudad moderna, los tranvías son el mejor medio de transporte para remontar las empinadas colinas de San Francisco, a menos que las piernas resistan.
Nadie que pase por la ciudad debería perderse al menos un viaje en estos emblemáticos cable cars (como los llaman), que ofrecen tres rutas por la zona céntrica.
Aunque suene ridículo, al principio cuesta entender desde cómo pararlos hasta dónde sentarse. El sistema tiene su lógica. Paran en medio de la calle, exactamente en medio de las intersecciones, donde no hay pendiente. Los pasajeros suelen correr para treparse por las escaleras y subir sin mucho orden por cualquiera de las puertas, mientras el guarda da instrucciones precisas sobre dónde ubicarse.
Aunque hay ubicaciones interiores, los más codiciados son los asientos externos y transversales, sobre todo las posiciones para viajar parado, prácticamente colgado de los palos, en los estribos.
Los tranvías circulan por San Francisco desde 1873 y en su momento favorecieron la construcción edilicia en las zonas altas, donde nadie quería subir. El terremoto de 1906 y el posterior incendio destruyeron buena parte de la red de tranvías, y con la reconstrucción sólo se recuperaron unas pocas líneas a esta altura históricas.
Colores y sabores como en China
Desde el aeropuerto, donde los carteles están en inglés y chino, se percibe la importancia y magnitud de la comunidad del gigante asiático en San Francisco. De hecho el primer contacto con un habitante de la ciudad en nuestro viaje, el oficial de Migraciones, tenía rasgos orientales.
En el Barrio Chino, bastión oriental en lo más occidental de Occidente, casi no hay señales norteamericanas. Desde que se cruza la Puerta del Dragón, calles angostas repletas de comercios con todo lo que uno se pueda imaginar de la China, construcciones con forma de pagoda, mercados, templos budistas y, sobre todo, mucho color, ruido, olor y movimiento dominan la escena.
Para descubrir los mejores negocios y saber un poco más de esta comunidad, que se creó en 1870, se ofrecen visitas guiadas de dos horas a los sitios imperdibles.
Desde la esquina de California y Grant, Frank Yee, el guía, comienza el circuito con mucha filosofía oriental y una visita a un templo budista, en un primer piso, por una pequeña escalera. Sin carteles que lo anuncien..., bueno, sin carteles en inglés, al menos.
El tour sigue: "Somos lo que comemos, por eso es importante comer sano", explica frente a otra de las primeras escalas en una farmacia de hierbas, con preparados a base de ginseng que prolonga la vida en el 805 de Stockton.
En la fábrica de galletitas Golden Gate Fortune (56 Ross Alley), con elaboración a la vista, se puede probar y comprar las famosas galletitas de la suerte. Fabrican 10.000 por día. Sobre Stockton Street están los mercados de comidas, donde no quedan dudas de que los alimentos son bien fresquitos: peces, ranas, pollos, gallinas en fuentones y jaulas esperan para ser matados y vendidos.
Se recorren casas de comida para llevar con platos exóticos, negocios con especias, la plaza Portsmouth, bien de la comunidad, donde habitualmente se realizan festivales y siempre hay alguien jugando al ajedrez chino.
Después del tour y antes de lanzarse de lleno a buscar los más coloridos suvenires made in China se almuerza en un restaurante típico (Kan´s Restaurant), con palitos, mesa con plataforma giratoria y recetas poco habituales.
DATOS UTILES
Cómo llegar
LAN opera a San Francisco 4 frecuencias semanales vía Lima. Tarifa desde US$ 999 (final con impuestos). LAN, 0810-9999-LAN (526); www.lan.com
Paquetes
Un viaje de 7 días, con aéreo, 6 noches de alojamiento en San Francisco en hotel a elección, alquiler de auto con kilometraje libre y seguro básico y City Pass de San Francisco (Muni & Cable Car ilimitado, ingreso a museos, etcétera), en el hotel Ritz Carlton, US$ 2478; en el Grand Hyatt, 1818; en el Renoir, 1688 (paquetes en base doble).
Alojamiento
Ritz Carlton, de cinco estrellas. A la vuelta del Barrio Chino está en un edificio que es patrimonio de la ciudad. Tarifa desde US$ 450 la habitación doble. www.ritzcarlton.com
Otras opciones. Hoteles de 3 y cuatro estrellas, entre 150 y 220 dólares.
Transporte
Es muy sencillo moverse por la ciudad, tanto a pie como con transporte público.
Los tranvías son muy útiles para trepar las empinadas colinas, aunque sólo ofrecen recorridos por la zona céntrica. El viaje cuesta US$ 5.
La línea F, que recorre la Market ST y toda la zona del Embarcadero hasta el Fisherman´s Wharf, tiene un trayecto panorámico, casi como un city tour. Tarifa, US$ 2 (igual que los ómnibus de línea).
City Pass
Para los que se quedan varios días en la ciudad, una buena manera de ahorrar en transporte y entradas a museos es el City Pass, que incluye Muni & Cable Car ilimitado, crucero de la bahía Blue & Gold Fleet, Aquarium of the Bay y entradas a los principales museos. Válido por 9 días. Adultos, US$ 64; menores, 39.
También hay pases sólo para medios de transporte. Un día, 13. Tres, 20.
Alquiler de bicicletas
Bike & Roll. Se alquilan por hora (desde US$, 8), día (desde 32)y también ofrecen salidas guiadas (60). Proveen casco y candado para estacionar la bici. 899, Columbus Ave. www.bikeandroll.com
El ferry de Sausalito a San Francisco cuesta US$ 10.
Gastronomía
Etnica, variada y muy alejada del fast food, la cocina de San Francisco es para disfrutar. Según el lugar, platos entre 10 y 30 dólares.
Visita a Alcatraz
Los ferries para la visita a la cárcel salen del Pier 33. Tarifa, US$ 26 (incluye el audioguía). www.alcatrazcruises.com
Chinatown
El city tour por el Barrio Chino cuesta 30 dólares y dura dos horas (sólo en inglés). Opción US$ 15 más con almuerzo. www.allaboutchinatown.com
En Internet
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