
Al repasar la historia del cine, se cae en cuenta de que el séptimo arte le ha concedido bastantes minutos al esquí. Justo es reconocer que detrás de varias secuencias de la saga James Bond estuvo un destacado director de películas de esquí -él mismo también esquiador-, el alemán Willy Bogner, que le tributó al tema varios títulos propios del cine de acción, entre los que puede rescatarse Fire and Ice (Fuego y hielo, 1987).
Pero palabras mayores son las escasas. Alfred Hitchcock permitió que el deporte de las nieves pasara fugazmente por delante de su cámara en El hombre que sabía demasiado (1934) y en Cuéntame tu vida (1945). En esta última, Ingrid Bergman es la psiquiatra que ayuda a Gregory Peck a recorrer los confusos pliegues de su identidad como si fuera una pista de esquí, un bloque original de 20 minutos diseñado nada más ni nada menos que por el pintor Salvador Dalí, pero que quedó reducido a 3 minutos en la versión definitiva del film.
Celuloide argentino
En el cine de nuestro país, por su parte, Juan José Jusid convirtió a Guillermo Francella en un ex esquiador profesional que viaja con su hijo a Sierra Nevada para enseñarle los secretos de su oficio. Una vez en España, la trama abandona las pistas blancas y se interna en otras más sinuosas y previsibles, las del encuentro con su ex esposa.
Dejando en suspenso el tema de los documentales, hay muchas otras películas que podrían explicarse con dos frases. Ski Troop Attack (1959), por ejemplo. En ella, el polifacético Roger Corman se dirigió a sí mismo interpretando a un nazi sobre esquís en un film bélico de poca monta.
Ski party (1965) es una comedia musical de Alan Rafkin, que transcurre en un colegio de ski con la fórmula remanida de "chicos buscando chicas". Lo mejor: la aparición de James Brown, que no esquía, pero canta I feel good.
Adams of Eagle Lake (1975) es la historia de un sheriff en un bucólico ski-resort de California.
La liviana Ski Patrol (1990) versa sobre un inversionista que quiere sabotear la inspección de seguridad en un popular resort de esquí para quedarse con él.
Ski School (1991), de Damian Lee, trata sobre dos grupos rivales de esquiadores capaces de cualquier cosa por sacarse mutuamente de las pistas. Un olvidable compendio de chistes tontos, desnudos y esquí. Su secuela de 1995, Ski School II, es algo más graciosa, aunque también abunda en desnudos. La dirigió David Mitchel, nuevamente responsable de Ski Hard.
Acompañado por una auténtica campeona de esquí, Suzy Chaffee (la esquiadora de Vermont que, en 1992, logró que el esquí de estilo libre se incluyera en los Juegos Olímpicos), Don Johnson protagonizó un thriller nevado en Ski lift to death (1978).
Bastante denostada por la crítica especializada, que la tildó de amoral y liviana, en 1999 llegó Friends & Lovers, con Robert Downey Jr., Stephen Baldwin y Claudia Schiffer. Consiste en un esquí weekend, que transcurre en un fin de semana, dentro de un centro de esquí, a donde llega un padre que intenta reconciliarse con su hijo, y un hijo que no sabe despegarse de sus amigos. Downey Jr. interpreta a un gracioso instructor alemán y los guionistas fueron generosos con él: le tocó compartir escenas de amor con la modelo alemana.
El cine adulto usó el esquí como bonito telón de fondo, excusa para iniciar algún romance o campo de emociones garantizadas. Para el imaginario del cine infantil, por otra parte, el mundo del esquí es algo así como la cáscara de banana que alguien tira en la vereda: el preludio de un gag efectivo.
Por sólo mencionar algunos, 20th Century Fox apostó a los perritos esquiadores en Swiss Ski Yodelers (1940). La Paramount se atrevió con una parodia sobre las montañas nevadas de Suiza en The ski´s the limit (1949). Los Alpes suizos también fueron el escenario de las correrías de Tom y Jerry, en The Ski Bunny (1975) y las laderas de Aspen fueron eternizadas en el trabajo homónimo (Aspen, 2002).
El Gato Félix se calzó los esquíes en 1960, con The Ski Jump. Olivia, Brutus y Popeye protagonizaron Ski Jump Chump (1960), entre otras aventuras heladas. Los prolíficos William Hanna y Joseph Barbera lanzaron, entre otros títulos, Ski sickness (1966), con el perro Precious Pupp y su dulce abuelita.
MTV, por su parte, filmó en el 2000 Ski Cats. En 1992, Walt Disney rodó Ski Patrol para contar los desastres que puede causar una ambulancia en una pista de esquí.
Los deportes invernales también parecen atraer a los japoneses. En la lejana isla asiática también incursionaron en el esquí animado con Ski for Terror (1965), Snow, Mountains, Friendship! (1992); Ski Run For Beginners (1995); Ski Trip Love Games (1996) y la serie Kuro no Dansho (1998).
Loco por la nieve
En el documental There´s something about McConkey (2001), Shane McConkey ejecuta con tanta soltura sus piruetas de esquiador que hace pensar a quien lo mira que está perdiendo el tiempo al no intentarlo. Deportista de alto riesgo, no sólo se desliza sobre las montañas nevadas, sino que salta desde ellas. En búsqueda de mayores dosis de peligro, también salta al vacío desde puentes y edificios. En la película, sus amigos y familiares se preguntan: ¿tanto vértigo le habrá afectado la razón?
Motivación documental Para adictos a las emociones extremas
No se necesita ser un deportista de alto riesgo para disfrutar de la belleza y el despliegue cinematográfico de algunos de los mejores documentales que el séptimo arte le tributó al esquí. A continuación, algunos ejemplos.
High Velocity Skiing and Biathlon (2001). Lise Meloche (7 medallas mundiales en esquí cross-country) y David McMahon (atleta de alto rendimiento) son cultores del rendimiento físico extremo, como queda demostrado en este trabajo filmado en bosques canadienses. En él demuestran su timing coreográfico y su destreza para hacer con el cuerpo exactamente lo que se les antoja.
Mind the Addiction (2002). Con buenas tomas y música energizante, esta película ofrece descensos capaces de cortar el aliento en dos deportes de montaña: esquí y snowboard. Algunos fanáticos la recomiendan incluso para ver con los chicos.
Warren Miller´s Power of Snow Collection (2003). Pionero en el rodaje deportivo, Warren Miller es el nombre más famoso del siglo XX en el registro fílmico del esquí de alto riesgo. Esta colección de cuatro títulos le rinde homenaje.
Hay escenas de alto riesgo filmadas en múltiples escenarios alrededor del mundo. Desde la montañas de Aspen a los picos nevados de Nueva Zelanda, y desde un glaciar en Kenya hasta las cumbres de Irán y Alaska. También incluye imágenes grabadas en las islas Georgias del Sur, en la Antártida argentina.
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