Conocer el laberinto de riachos del delta del Paraná y alojarse en ese sosiego isleño implica acertar con el lugar adecuado.
Hay quienes decidieron abrir allí las puertas de amplias residencias u otros tipos de hospedajes, un servicio turístico que no se experimentaba en Tigre desde los románticos tiempos del Tigre Hotel, donde Rubén Darío había deshilvanado algún poema a la vista del río Luján.
Para los que tienen un plan de viaje abierto, la travesía por riachos en alguna excursión, un almuerzo o una cena en las parrillas costeras o en los comedores de alguno de los clubes de regatas de la zona y una moderada noche de casino (entrada sin cargo, continuidad de shows y comedores económicos) son opciones más que interesantes.
Como en la propia casa
El bed & breakfast (B&B) del matrimonio Alcácer Mackinlay es una vieja casona con parque y piscina equidistante de las estaciones Beccar (ferrocarril TBA) y Punta Chica (Tren de la Costa). Está a cuatro cuadras de la estación Beccar, a la altura de Libertador al 17500 (girar por Ayacucho media cuadra hacia el río hasta el 650).
Los Mackinlay (María Elena y José María, que reservan por el 4747-0019), que hablan en inglés y francés, disponen de cuatro habitaciones (tres con baño privado), un parque de 1700 metros cuadrados con piscina, un gran living con hogar y piso de roble europeo. El alojamiento cuesta entre 20 y 30 pesos por día -base doble-, con desayuno y estacionamiento al aire libre.
Los huéspedes pueden asar en el parque, acceder a la cocina y su heladera, y hasta recibir amigos, previo aviso a los anfitriones. La residencia tiene estacionamiento de cortesía en el jardín delantero.
El B&B de la familia Escauriza, en cambio, tiene el privilegio de su ubicación: Lavalle 557, calle costera del río Tigre. Está frente al embarcadero Cacciola, ideal para quienes quieran combinar desde allí un viaje fluvial a Carmelo, Uruguay.
Es un chalet de estilo Tudor de dos plantas, con las habitaciones que miran al río o bien al parque con una buena piscina y un gran quincho para que los huéspedes hagan sus asados y hasta reciban visitas.
La anfitriona principal de la familia es Alejandra Escauriza (habla inglés y entiende francés e italiano). La tarifa de temporada baja -de mayo a septiembre- es de 30 pesos con desayuno continental, de panes y dulces caseros, jugo natural y frutas. Reservan por el 4749-2499 o el fax 4749-3150.
Hospedaje con historia
Sin bien no es estrictamente un B&B, el residencial de la Fundación Agustín M. García resulta un novedoso hospedaje en Tigre, pulcro y con estacionamiento sin cargo bajo techo y al aire libre.
Tiene 22 habitaciones con baño privado en la planta alta, próximas al comedor, y una amplia sala de estar, con grandes ventanales al parque.
En la planta baja funcionan las oficinas de la fundación (que lleva el nombre de quien fue varias veces intendente de Tigre y donó todos sus bienes).
El hospedaje, con desayuno, cuesta a razón de 50 pesos la habitación doble y está sobre la avenida Liniers (1547), frente a la parroquia de Tigre y de espaldas al río Reconquista.
Históricamente es un predio importante, porque es allí y en sus cercanías donde estuvo el desaparecido puerto de Las Conchas y no lejos desembarcó Santiago de Liniers para emprender la reconquista de Buenos Aires durante la Primera Invasión Inglesa.
Ofrece un menú que incluye entrada, plato principal y postre por 6 pesos, con bebidas aparte. Para reservas, comunicarse por el 4749-0140.
Cómo se llega
Para llegar a Tigre se puede elegir el ferrocarril TBA, hasta su terminal frente al río Tigre; el Tren de la Costa, o el automóvil, vía Acceso Norte, con un peaje de 1,40 peso. Una vez en Tigre se puede visitar el Puerto de Frutos, tomar alguna de las excursiones que salen a recorrer el Delta o comer en algún club de regatas para redondear un paseo diferente.
Francisco N. Juárez
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