El misterio de las estatuas que levitan

Ya no alcanza con un personaje original, un disfraz llamativo y una actuación magistral. Desde hace un tiempo, las calles de Londres están invadidas por estatuas que levitan, que mágicamente, flotan. Algunas como sentadas en el aire, otras directamente paradas a medio metro del piso.

Sí, a la vista del peatón, sólo están unidas a tierra firme por un palo, que toman delicadamente con la mano, que simula ser una suerte de apoyo. Mirando con detenimiento nada las une con la vereda. Ni hilos, ni nada. Sólo habría que pensar en unos bíceps extremadamente desarrollados que sostienen el cuerpo con una mano y un equilibrio envidiable.

Estas estatus voladoras tienen mucho éxito: siempre están rodeadas por un semicírculo de gente, que las mira con la boca abierta, buscando el truco, se saca fotos con ellas y por supuesto aporta su contribución.

A simple vista no hay manera de descubrirlo, aunque se de tres vuelas alrededor de ellas.

Pero claro, obviamente hay truco. Y bastante complejo, por cierto, casi digno de un ingeniero. Si prefiere mantener la ilusión, mejor no siga leyenda esta nota. Si la curiosidad puede más les cuento: ponen una plataforma en el piso, (que luego tapan con mantas) insertan allí el palo con el que se sostienen y por adentro de este bastón pasan una especie de caño que luego meten por la manga del saco, que suele ser amplio. A este último caño, todo por adentro de la ropa, conectan la plataforma donde se sientan o sobre la que se paran. Y magia... quedan como en el aire.

Por si no quedó claro, en You Tube hay varios videos que muestran paso a paso cómo levitan.

Incluso hay otros modelos de esta nueva generación de estatuas que parece que se estuvieran cayendo para atrás. Sólo tienen apoyado un pie en el suelo y el resto del cuerpo, en posición casi paralela al piso, en el aire. También utilizan el mismo sistema. A pesar del truco, debe ser tan difícil permanecer en esas posiciones que se merecen las monedas y un fuerte aplauso.