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El overlanding se abre camino

Lo último en viajes por la Patagonia y el noroeste argentino son las travesías en grupo en grandes vehículos todoterreno, donde los pasajeros acampan y participan intensamente en cada tarea




Si nunca escuchó hablar de overlanding, haga su apuesta: estamos hablando de, 1) sobrevolar un lugar determinado, al ras del suelo; 2) recorrer por tierra distancias extensas; 3) aterrizar en parajes agrestes; 4) sobreventa de pasajes; 5) una marca de ropa de alta montaña.
La opción correcta es la segunda, aunque las demás realmente fueron respuestas recogidas durante un rápido sondeo para saber hasta qué punto el viajero medio argentino sabe en qué consiste esta otra forma de hacer turismo.
De hecho, el término viene del inglés to travel long distances across land, y no es ni más ni menos que hacer grandes distancias por tierra. Lo novedoso del asunto, en todo caso, es que estos viajes se hacen en camiones todoterreno, con capacidad para unas 20 personas, en asientos reclinables y equipados a pleno: sistemas GPS, handies, teléfono satelital, energía eléctrica, heladeras, horno, baño, agua caliente, y la lista sigue...
Y aunque el overlanding viene practicándose desde hace tiempo en varias regiones del mundo, sobre todo en Africa, donde las travesías pueden durar de dos semanas a seis meses recorriendo un puñado de países, en la Argentina se introdujo tímidamente hace un par de años.

No sólo mochileros

“El 90 por ciento de nuestros clientes son extranjeros, principalmente europeos”, cuenta Miguel von der Heyden, cuya empresa, Cross Border Overland Adventures, hace circuitos en la Patagonia a bordo de un flamante Ford Cargo rojo, uniendo El Calafate con Puerto Madryn en viajes de 10 o 15 días.
“Al argentino le cuesta entender el concepto de overlanding. Lo ve como un turismo de mochileros”, dice.
Acampar es, sin duda, parte de la experiencia. Las empresas proveen las carpas, las colchonetas y, de hacer falta, también las bolsas de dormir. Aunque además, según los recorridos, se alterna el alojamiento con hoteles y cascos de estancias.
“Los que eligen este tipo de programas son aventureros, gente que no quiere sentarse y que venga un chef de bonete a servirle la comida. Acá uno pela las papas, el otro pone la mesa, el otro despliega el toldo...”, comenta Heyden.
En este sentido, los cultores del overlanding resaltan el carácter participativo del mismo, el hecho de que todos trabajen.
“Convivir en la ruta es una experiencia inigualable, que genera una comunión muy fuerte en el grupo”, dice Sebastián Di Nardo, director de Tohol Expediciones, que hace excursiones de entre cinco y 20 días en la Patagonia a bordo de su camión insignia, un Mercedes Benz amarillo.
“Hacer overlanding por caminos alternativos, inaccesibles para otro tipo de vehículos, con amigos y durante varios días, es mucho más que viajar. Es la diferencia entre conocer un lugar, tomarse, por ejemplo, un avión a El Calafate, de ahí otro a Ushuaia y de ahí otro a Bariloche, y en cambio, vivir un lugar”, ejemplifica Di Nardo.

El precio de la experiencia

¿Cuánto cuesta aproximadamente esta experiencia de vida? En promedio, un overlanding en la Patagonia, una de las regiones donde más se practica, y la preferida de los extranjeros, sale entre 70 y 85 dólares por día, por persona.
El precio incluye el transporte, las comidas, los guías bilingües y el alojamiento en carpas, no así en hoteles o estancias.
De todos modos, las agencias que ofrecen overlanding no son necesariamente minas de oro. Por empezar, armar y equipar uno de estos súper camiones puede rondar los 100.000 dólares.
Después está el tema de los controles: las regulaciones, que no son pocas, parecen más apropiadas para un colectivo de larga distancia que para un camión todoterreno. Y según se quejan las agencias, la varilla de control que se aplica para vehículos locales no es la misma que para los extranjeros, porque también hay agencias de otros países que hacen overlanding en la Argentina.
Por último, las habilitaciones para operar los overland son regionales, es decir, que las excursiones deben limitarse a una determinada región; por ejemplo, no pueden hacer la Patagonia y el norte argentino.
Mil Outdoor Adventure, otra agencia que concentra sus excursiones en el Sur, tuvo una inversión extra: capacitó a sus pilotos de camiones Iveco en Inglaterra, en las escuelas de conducción de Land Rover.
Por ahora, los circuitos overland que ofrece Mil Outdoors son de un día e incluso menos, todos alrededor de El Calafate: Ruta de la India Dormida, Barrancas de Anita, Balcón de El Calafate; cuestan unos $ 165 con almuerzo. “Muchas de las excursiones se acomodan a pasajeros que tienen un par de horas libres, a los que tal vez se les demoró un vuelo o están por el día en Calafate”, cuenta Silvia Gorchs, gerente de la agencia.
¿Por qué hacerlas en camiones? “Porque el riesgo de erosión es mucho menor. En lugar de hacer 10 viajes en una camioneta 4x4, hacemos uno o dos en un camión con capacidad para 25 personas. Algunos de los paisajes tienen 85 millones de años y ésta es la mejor manera de cuidarlos”, sintetiza.
A veces, las razones para elegir un viaje de overlanding van más allá de lo ecológico, o incluso lo económico.
Como Angeles Novillo Almada, argentina, de 37 años y nómada por definición, que hace dos años recorrió Africa en camión porque, dice, era lo más seguro. “Visité países como Uganda, Ruanda, Zimbabwe y otros de riesgo bastante alto. No es fácil viajar sola y menos siendo mujer, así que opté por esta alternativa.”
Durante dos meses, y a ritmo de colimba, Angeles armó y desarmó carpas, durmió a la intemperie, limpió ollas, tragó kilómetros de polvo y presenció cómo sus compañeros de viaje, veinteañeros ellos, se enamoraban, se peleaban, se volvían a enamorar.
“Qué te puedo decir, es una experiencia intensa. ¿Si la recomiendo? Sí, claro. Sin lugar a dudas.”
Fotos: gentileza de Miguel Von Der Heyden, Sebastián Di Nardo, y Archivo

Oxígeno sobre ruedas

Si de novedades o experiencias originales sobre ruedas se trata, entonces no está de más mencionar el oxibus, una suerte de minibus que cuenta con una atmósfera controlada de oxígeno en su interior.
La idea surgió de la agencia MoviTrack, que hace excursiones y circuitos de overlanding en Salta y Jujuy, y que diseñó estos vehículos para recorrer caminos de montaña, donde justamente escasea el oxígeno.
Del mismo modo que algunos trenes de altura tienen máscaras de oxígeno debajo de los asientos, el oxibus viene equipado con dos enormes tubos, de oxígeno, claro, en su techo, lo que en cierta manera le da el aspecto de dibujito de Futurama.
"Ingeniería alemana y calidez argentina", dice la gente de Movitrack, la empresa que nació de la luna de miel de los alemanes Heike y Frank Neumann por el noroeste argentino, en 1991. Hechizada por los paisajes, la pareja se radicó en Salta y, en 1998, abrió su agencia.

Direcciones

  • Tohol Expediciones: tiene programas de un mínimo de 4 días y un máximo de 20. www.toholexpediciones.com
  • Cross Border Overland Adventures: Full Patagonia y Patagonia Express son sus caballitos de batalla. www.xborder.com.ar
  • Hay viajes a medida para grupos de ciclistas, kayakistas, u otros que buscan hacer sus propios recorridos.

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