

PALM BEACH, Aruba.- Cuando en una imborrable mañana de febrero de 1942 el submarino alemán U-156 hundió hasta el fondo del mar al tanquero Pedernales y, dos minutos más tarde, al Oranjestad, nadie imaginó que de esa manera Aruba se convertiría en uno de los destinos de buceo más importantes del mundo.
Dos años antes, en un hecho cargado de heroísmo y misterio, el capitán del Antilla, un carguero alemán de 120 metros de eslora que se encontraba a orillas de la isla, tomó una decisión que sellaría el oscuro destino de su barco.
Transcurría la Segunda Guerra Mundial y Alemania había atacado los Países Bajos. Fue así que la guardia holandesa asentada en Aruba quiso capturar al carguero y llevarlo hasta la costa. Pero el capitán ordenó a su tripulación abrir las compuertas, y decidió hundir el barco antes de caer en manos enemigas.
A más de 50 años de este hecho, el Antilla es el naufragio más famoso y junto a otros barcos hundidos durante la Segunda Guerra Mundial descansa en el mar rodeado por una flora y fauna tropical, que es un paraíso para buceadores y que también puede ser visitado por los que practican snorkeling.
Según creció el éxito del buceo de naufragios, las autoridades de la isla pusieron en práctica el sentido común: hundieron barcos y aviones, y hoy tienen 13 esqueletos de metal a lo largo de toda la isla, en una extensión de unos 30 kilómetros.
Así como en el Norte de la isla se encuentran el Antilla y el Pedernales, en el Sur están los mejores arrecifes y paredes de coral, además del naufragio del Jane Sea. Este barco de 50 metros fue hundido intencionalmente en 1988 y permanece casi intacto sobre el fondo del mar.
Pero de todos los naufragios, el que más llama la atención es el del California, que se hundió en 1912 en uno de los sectores menos accesibles de la isla. Se dice que antes de hundirse mandó señales de auxilio al Titanic, pero evidentemente este último también tuvo sus problemas y decidió dormir sus sueños de grandeza en completo silencio.
Toda una industria
Por medio de 9 operadores turísticos, más de 150 buceadores se echan al mar cada día en Aruba, una cifra que convierte a esta isla en uno de los destinos de buceo más importantes del mundo.
El curso para principiantes, con equipamiento, cuesta desde 80 dólares. El curso para que los niños aprendan a respirar bajo el agua, desde 40 dólares. El curso para refrescar conocimientos, con equipo incluido, desde 75 dólares. Para los que ya tienen experiencia, una salida de mañana con dos tanques cuesta desde 67 dólares, y un buceo nocturno con un tanque, desde 50 dólares.
Pero si se cuenta con el tiempo y las ganas de volver al país con un certificado de buzo profesional se puede hacer un curso completo, que cuesta, según la escuela y las salidas que se realicen, de 200 a 600 dólares.
Para sumergirse
De arrecifes: es la forma de buceo más popular, ideal para descubrir corales de grandes dimensiones y sorprenderse con las especies marinas que habitan en el lugar.
Nocturno: la temperatura del agua es ideal y toda la vida marina luce diferente durante la noche.
De naufragios: es la especialidad de la isla. Hay 13 naufragios, entre barcos y aviones, que relatan historias desde las profundidades del mar.
Precaución: el buceo de naufragios no es peligroso, siempre y cuando se lo practique sin penetrar en el interior de las embarcaciones.
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