ALTA GRACIA, Córdoba.- Los primeros viajeros arribados mediante la fórmula de fam-tour, que se instalaron por unos días en la estancia El Potrerillo de Alta Gracia, pusieron a prueba las virtudes turísticas enmarcadas por la señorial propiedad rural e histórica, a 45 kilómetros de la capital de Córdoba y a 63 de su aeropuerto.
Dispusieron de una piscina, jugaron golf y emprendieron una cabalgata, actividades programadas para la gozosa evaluación previa a ingresar en el turismo de estancias, arranque fijado para este fin de año. Antes de Navidad, la estancia recibió a los primeros turistas.
Las dos muy hispanas y sobrias plantas del casco que erigió el escritor, jurisconsulto y diplomático Enrique Larreta en 1924 -compró la extensión seis años antes y él mismo trazó los planos con un hijo arquitecto-, lucen entre la serranía que trepa por encima del valle del arroyo Paredones.
El casco, de porte altivo, resulta a la vez acogedor en lo hotelero: cobija una esmerada atención destinada a quienes, entre delicias asadas bajo un quincho encaramado sobre una laguna -vecina de uno de los tres hoyos de golf habilitados-, y sabrosas cenas servidas con vajilla de alcurnia, buscan la buena vida y el relax.
Coronado de tejas y con balcones en extramuros -que en América sólo abundan en la vieja Lima o en Quito-, no le fueron retaceados los floridos jardines que perfuman la lectura de los bebedores de sol, junto a la piscina, o colorean los flancos del piadoso sendero que lleva a la capilla, una joya de recogimiento que antes del mediodía estalla y multiplica los colores de los vitraux.
Allí preside una Virgencita de las Mercedes, cuyo rostro pintó el propio Larreta en homenaje a su hija homónima. Se asegura que el autor de La gloria de Don Ramiro pintaba por las tardes y sólo era interrumpido cuando la visita era de importancia o habitual, como lo hacía el vecino Manuel de Falla. Escribía por la mañana, como lo fueron algunos sonetos para su libro La calle, la vida y la muerte.
La historia grande
El Potrerillo es una fracción de la estancia jesuítica de Alta Gracia, que la orden desarrolló hasta que el rey decidió su expulsión de América. Poco después perteneció a Santiago de Liniers, el héroe de la Reconquista, residente por pocos meses en el viejo casco: pero se alzó contra la Junta de Mayo y ésta designó a Juan J. Castelli para ahogar esa contrarrevolución y cumplir, sin titubeos y en otro paraje cordobés, la trágica orden de fusilamiento de los conjurados.
El casco original de la estancia jesuítica, a cinco kilómetros de El Potrerillo, quedó atrapado por el trazado urbano de la ciudad y constituye el Centro Histórico, que fue residencia de la orden, con el tajamar en el que se espeja la reliquia, hoy Museo Casa del Virrey Liniers -con una biblioteca de más de 1500 volúmenes y valiosos manuscritos- junto a la parroquia Nuestra Señora de la Merced.
Se visita en turnos partidos, con entrada a 2 pesos (0457-21303). Los miércoles son de acceso sin cargo. Desde ese epicentro, si se toma por la avenida del Tajamar y se busca la avenida Sarmiento, es posible llegar hasta el abandonado Sierras Hotel, a cuyas tertulias -más de medio siglo atrás- asistieron los padres de un chico asmático que el mundo conoció como el Che Guevara.
Desde el hotel, por Pellegrini, en camino de los nueve hoyos del Golf Club Alta Gracia, está la casa donde vivió y murió Manuel de Falla, hoy museo de entrada libre (se abona una colaboración de un peso y se consultan horarios por el 0457-215920).
Otro vecino fue Gabriel Dubois, escultor parisiense y discípulo de Rodin, que colaboró en modelar -entre otras obras- la estatua del Negro Falucho.
Si se retoma la avenida Sarmiento, luego flanco de Los Paredones, la obra jesuítica complementaria del sistema hidráulico del Tajamar, se está en camino de El Potrerillo.
Son quinientas quebradas hectáreas, mitad de monte virgen propicio para el avistaje de aves y una fauna que recluta liebres, zorros, iguanas y pumas. Son parte del atractivo para quienes visiten, tal vez vivan o vacacionen en el lugar, si se materializa el sueño de construir un reducido, pero privilegiado country club.
Mobiliario del virrey
Los dueños de casa, Ignacio Zuberbühler -el nieto mayor de Larreta y su esposa, Cyntia Earnshaw, se ocupan de todos los detalles, pero atiende Adela Harning, una espigada anfitriona amante del esquí y experimentada en hotelería.
Hay siete habitaciones y cuatro baños, distribuidos entre la planta alta del casco principal -camino acechado por dos pumas embalsamados- al que se suma la disponibilidad de un reciclado anexo. Abundan adornos de época y cuadros del Alto Perú, mientras que la batalla que preside las cenas del comedor es una de las victorias de Alejandro Farnesio.
Hay una pequeña silla que perteneció a la casa de Jerónimo Luis de Cabrera, y las de cuero repujado del comedor registran antigüedad virreinal.
Menú casero
Las comidas provienen de recetas familiares, con el sano y casero estilo de campo que, si es parrillero y cordobés, siempre anota un chivo expiatorio. La piscina, pero también las lagunillas de pequeños diques del arroyo son lugares óptimos para las zambullidas. Ya están en uso tres de los dieciocho hoyos de la cancha de par 72 en plena construcción, además de un driving, todo elegido en un paradisíaco paisaje.
Ignacio (de 71 años), piloto activo, y Cyntia (61) -que cuando soplan los alisios vuelan a Cabo Verde a practicar windsurf- son anfitriones apasionados del golf, como sus dos hijos varones de envidiable handicap.
Resultan excelentes cicerones para los programas opcionales. Una de las propuestas es practicar windsurf, jet ski y otros deportes náuticos en el dique Los Molinos; también se sugieren largas cabalgatas con un alto para una churrasqueada a mitad de camino, o bien otros circuitos, como el que enlaza todo lo jesuítico.
De hoyo en hoyo
A quienes quieren jugar en el 9 hoyos del golf club local, se les reservan salidas tarifadas a 15 pesos por green-fee.
Al llegar a El Potrerillo, después de transponer un arco, la fachada y el portal reproducen la cara frontal del convento de San Bernardo de Salta.
Pero desde el aire, a bordo de un servicio de helicópteros que es posible contratar desde el aeropuerto cordobés, la aventura fascinante empieza con el plácido aterrizaje en ese paraíso con historia.
Francisco N. Juárez
Hay caprichos que sólo son geográficos
- En las zonas montañosas de clima frío y húmedo no es raro encontrarse con un pequeño arroyo que al salvar un desnivel se transforma en una hermosa cascada, como el Velo de la Novia, en la cordillera de Tierra del Fuego.
- En las zonas semiáridas, escasas en ríos de caudal permanente, como sucede en las sierras Pampeanas, por lo general las corrientes fluviales nacen de vertientes que logran tener suficiente caudal para que el agua se encauce y fluya.
- Entre los árboles autóctonos de nuestro país uno de los más destacados es el quebracho colorado (Schinopsis balansae) caracterizado por el color y la dureza de sumadera. Crece en la región chaqueña, particularmente en la oriental y su área de distribución ha disminuido sensiblemente debido a la intensa tala que fue objeto en el pasado.
- Hay un área en el norte del Neuquén que es motivo de investigaciones y exploraciones geológicas, a la cual no se le ha asignado definitivamente su correlación con otras entidades. Se trata de las elevaciones montañosas y las zonas adyacentes que no pertenecen a la cordillera de los Andes, y se halla al Oriente de esta entidad.
- Una de las zonas marinas de dinámica más intensa y tempestuosa es la que bordea la isla de los Estados. Se suma la característica de su topografía con laderas escarpadas, lo cual ocasiona que el acceso a su entorno sea complejo y, por lo tanto, se conserve prácticamente virgen.
- La influencia en el modelado y la conformación de un paisaje debido a las intensas coladas de lavas basálticas, es un hecho que se ha repetido numerosas veces en los paisajes de nuestro país. Generalmente, el ascenso del material ígneo se produjo desde grietas ubicadas a gran profundidad.
- En el área cordillerana de Mendoza existen interesantes contrastes. Suelen encontrarse en sitios más húmedos zonas que difieren de la vegetación general de tipo esteparia; allí crecen praderas fértiles que ponen una nota distintiva en el paisaje.
- Si hubiera posibilidad de remontarse al pasado, como por ejemplo al período triásico de la era mesozoica, en zonas como Ischigualasto, en San Juan, y sierra de las Quijadas, en San Luis, semidesérticas, se observaría, por el contrario, un ambiente con áreas cubiertas por lagos y frondosa vegetación.
- La flora del monte arbustivo que se extiende por el área semiárida de nuestro país tiene interesantes dispositivos para adaptarse a las condiciones ambientales de aridez. Una de ellas es la falta de hojas en las plantas para disminuir, de esta manera, el grado de evaporación.
- Los arroyos en la selva constituyen una manera de desplazarse sin perder puntos de referencia y una forma de orientarse siguiendo por las orillas en este ambiente intrincado.
- Una de las especies vegetales que intervienen en la configuración del Impenetrable de la región haqueña occidental, es el vinal (Prosopis ruscifolia), que posee espinas que superan los 20 centímetros de largo.
Alicia Terradas