El turismo gay, una industria en auge
Representa el 10% del flujo mundial de viajeros y se ha convertido en un segmento codiciado por empresas y destinos. Buenos Aires, sede de la VII conferencia internacional sobre el sector
10 de agosto de 2014
Está la imagen del chico cool sin remera, abdominales bien marcados, bailando al ritmo de música electrónica. Y están aquellas otras: la de una familia con dos padres o dos madres, de vacaciones en un crucero; la de una pareja del mismo sexo entrada en años, disfrutando de un trago; la de dos hombres tomados de la mano en una playa, lejos de ostentar cuerpos de atleta.
Adivinen con qué foto se identifica la mayor parte de la comunidad gay.
"Son muchos los estereotipos en relación al gay y el turismo no escapa a la regla", dice Pablo De Luca, organizador de Gnetwork360, la conferencia internacional de marketing y turismo LGBT -siglas que engloban a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales- que se celebró la semana última en el Alvear Art Hotel, y cuyo espíritu fue justamente romper con varios de estos estereotipos.
"Así como no nos identificamos con el flaquito sin remera, urbano y cool, también queremos desmitificar la imagen del gay superpoderoso, rico y culto. Somos como la media de la sociedad, sólo que disponemos de manera diferente de nuestro tiempo y dinero", agrega De Luca, también presidente de la Cámara de Comercio Gay Lésbica Argentina (Ccglar) y en pareja desde hace 11 años con Gustavo Noguera, vicepresidente de la Ccglar (aunque ambos mantienen sus trabajos en una empresa textil y en una compañía de cosméticos, respectivamente).
Que no todo el turismo gay es de alta gama es algo en lo que insiste De Luca. "No es que gastamos más que el heterosexual, sino que viajamos más."
De hecho, de ser un grupo desconocido y prácticamente exótico de consumidores, el turismo LGBT ha pasado a tener una relevancia y un peso innegable en el mundo de los viajes, moviendo más del 10% del volumen de turistas a nivel mundial. O, lo que es lo mismo, unos 150 mil millones de dólares al año (lo mismo que Estados Unidos y Alemania juntos, segundos y terceros emisores de turistas en el mundo, detrás de China). Y es más: mientras el crecimiento del turismo en general fue del 3% en 2013, el turismo LGBT alcanzó el 9,7%, según cifras del World Travel and Tourism Council.
Fue justamente al darse cuenta del tremendo potencial que ofrece este segmento del mercado en materia de viajes, que Pablo y Gustavo decidieron organizar un primer evento, allá por 2007.
"Era más una especie de cóctel y networking que de conferencia. Decir ronda de negocios sería pretencioso. Invitamos unas 40 o 50 empresas, y vinieron 220. Ahí nos dimos cuenta de que había mucho interés", recuerda De Luca.
Así, la cosa fue creciendo año a año, a puro pulmón. En esta séptima edición se registraron más de 2000 participantes, desde guías de turismo hasta megaempresas como Delta Airlines, y 48 conferencistas. Además, la conferencia ya cuenta con el auspicio tanto del Ministerio de Turismo de la Nación (a través del Inprotur) como del Ente de Turismo de Buenos Aires.
Conocer las tendencias de este segmento de mercado, compartir experiencias exitosas, seguir las estrategias de comunicación LGBT aplicadas a tecnología y redes sociales o presentar destinos de más de 15 países fueron algunos de los temas que se abordaron en las tres jornadas de capacitación del encuentro, que concluyó este viernes y tuvo carácter gratuito.
Encuentro que, vale destacar, en algunos casos trascendió el turismo gay. "En 2013 asistió una representante de turismo religioso -ilustra De Luca-. Porque aunque parezca que el turismo gay y el turismo religioso van por caminos diferentes, el hecho es que se puede aprender del trabajo de promoción turística de cualquier segmento."
Ejemplo argentino
La Argentina figura como modelo entre los destinos que mejor promueven el turismo gay y la igualdad de derechos en el exterior. Según De Luca, "no sirve de nada tener dinero e infraestructura si no lo acompañás con una política de igualdad de género".
De hecho, sociedades conservadoras como Salta o Mendoza (que por ejemplo cuenta con su propia Fiesta de la Vendimia Gay) comienzan a pisar fuerte en lo que atañe a la promoción de turismo LGBT. Puerto Madryn, Jujuy o Ushuaia, por poner algunos ejemplos, también están adaptando los tiempos de la reglamentación del matrimonio igualitario para que, en tan sólo 5 días hábiles, una pareja gay extranjera se pueda casar en sus respectivos distritos o provincias.
"Los casamientos entre parejas del mimso sexo también son una fuente importante de turismo. Hace poco se casó un senador australiano con su novio alemán en la estancia Villa María, y trajeron 40 invitados", ejemplifica De Luca.
Otro dato interesante relacionado a la Argentina es que, por tercer año consecutivo, el país fue elegido entre los dos destinos preferidos por el segmento de turismo gay de alta gama, sólo superado por Tailandia. Más allá de sus ofertas naturales, de arte o gastronomía, la Argentina es vista por este segmento como un destino lo suficientemente sofisticado, pero también exótico.
Para todos y todas
El famoso acrónimo de Dink, Double Income No Kids (doble sueldo, ningún hijo), acuñado en los 80 para referirse a las parejas homosexuales, podría estar en vías de extinción. No sólo porque son cada vez más las parejas heterosexuales que deciden no tener hijos, o postergar lo máximo posible la paternidad, sino que el modelo tradicional de familia también está mutando. En este sentido, según un estudio de mercado que cubrió el 85% de América latina (28.359 encuestados) , el 67% de los gays y lesbianes consultados declararon verse a futuro con uno o varios hijos.
Ante este escenario, no sorprende que crezca el número de propuestas de vacaciones que apuntan hacia este nicho. Una de las pioneras es R Cruises, fundada para ofrecer cruceros a tursitas homosexuales con hijos, en un mabiente donde puedan sentirse cómodos y acompañados de amigos. Hya varias salidas al año y los barcos siempre zarpan al tope de su capacidad.