
El Vaticano, Francia, Washington, Bélgica y California: cinco lugares para fans de los mapas
Del Vaticano a California, museos, colecciones privadas y otras curiosidades cartográficas
21 de mayo de 2017

1. Vaticano: la gran mapoteca
La Galleria Delle Carte Geografiche es una de las joyas de los Museos Vaticanos, en el corazón de Roma. Se trata de una larga sala de más de una cuadra de largo cuyas paredes están pintadas con 40 paneles de mapas y planos de ciudades que representan todas las regiones de Italia, tal como los cartógrafos las imaginaban y veían a fines del siglo XVI (cuando el papa Gregorio XIII encargó esa obra). Es como un atlas pintado sobre paredes. Se adelantó por varios siglos a la unificación de Italia, ya que presenta casi todo el actual territorio itálico, desde el Véneto hasta las islas de Cerdeña y Sicilia. Entre los planos urbanos en perspectiva están los de Roma, Nápoles y Siracusa.
2. Francia: el primero de las Américas

Réplica a escala del planisferio Waldseemüller
El primer mapamundi que representó el Nuevo Mundo fue dibujado por el monje Martin Waldseemüller a principios del siglo XVI, en un monasterio del este de Francia. El original fue comprado en diez millones de dólares por la biblioteca del Congreso de Washington. Se pagó esa fortuna porque se lo considera como el “Acta de nacimiento de las Américas”. En Saint-Dié, el pueblo del monasterio, no pudieron conservarlo, pero revindican el legado de haber sido un gran centro intelectual durante el Renacimiento y se dieron el título de Capital Mundial de la Geografía. Se organiza un festival temático cada año en octubre, durante el cual se entrega el “Nobel de la Geografía”. Los turistas pueden seguir un circuito geográfico cuyo punto culminante es una réplica a gran escala del planisferio de Waldseemüller.
3. Washington: la mayor colección
El planisferio de Waldseemüller se puede ver, junto a otros mapas históricos, en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Es un ensamblaje de doce folios que mide más de dos metros de largo. La visita no revela el principal misterio del documento: los navegantes europeos sólo habían explorado parte de las costas atlánticas americanas en 1507, por lo tanto ¿cómo pudieron los monjes dibujar una larga cadena montañosa en el oeste? La Biblioteca del Congreso está abierta al público durante visitas guiadas. Para acceder a las salas de lecturas y consultar los libros y mapas hay que presentar una RIC (reader identification card), que se genera con un documento de identidad. Además de los mapas, la biblioteca tiene la mayor colección de incunables, entre los que resaltan 48 (!) ejemplares de la Biblia de Gutenberg, una primera edición completa de la Enciclopedia de Diderot y un atlas de Ptolomeo, publicado en Venecia en 1475.
4. Bélgica: vida y obra de Mercator

El cart?grafo belga Gerard Mercator
Cerca de Amberes, en las Flandes, la pequeña ciudad de Sint Niklaas ha dedicado un museo a Gerardus Mercator. Los alumnos de todo el mundo aprenden su nombre en la escuela cuando estudian la proyección que lleva su nombre (es la forma más clásica de representar nuestro planeta sobre un mapa). Mercator nació en Rupelmonde, una localidad cercana, donde tiene su estatua en la plaza frente a la iglesia. El museo de St. Niklaas muestra mapas originales del siglo XVI y dos globos realizados por Mercator mismo: uno figura la Tierra tal como se la conocía en 1541 y el otro es una cartografía del cielo. Como curiosidad, Mercator pensaba que la isla de Tierra del Fuego formaba parte de un inmenso continente austral que hacía de “contrapeso” a los del norte. El cartógrafo murió en Duisburgo, en Alemania, cerca de la frontera holandesa. Ahí también tiene su estatua. Además, un fondo de documentos y de mapas que le pertenecieron se puede consultar en los archivos municipales.
5. California: los tesoros de Stanford

Las joyas de la colección Rumsey
David Rumsey es uno de los mayores coleccionistas de mapas en el mundo. Este académico norteamericano donó sus archivos y rarezas a la Universidad de Stanford, en la Sillicon Valley. El David Rumsey Map Center abrió sus puertas en abril del año pasado. Es un centro de documentación y de formación que ofrece acceso a una asombrosa suma de material, tanto impreso como digital. Hay más de 150.000 mapas, atlas antiguos y piezas que provienen de otros fondos, como los mapas que muestran California como una isla, del coleccionista Glen McLaughlin. Además de ese nuevo centro, el campus de Stanford es un hito turístico en el sur de San Francisco porque tiene una de las mayores colecciones de obras de Rodin en el parque de su entrada.
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