
Viajamos a San Francisco con el sueño de recorrer los escenarios que aparecen en la película Vértigo (1958), dirigida por Alfred Hitchcock y protagonizada por Jimmy Stewart y Kim Novak. Esta obra maestra muestra la ciudad de San Francisco en todo su esplendor, y la simbiosis que existe entre el film y la ciudad hace que pueda ser tomado como una verdadera guía turística.
Un crucero por el Golden Gate fue un excelente comienzo para conocer la ciudad. El mar era de un azul inmaculado y las gaviotas estaban a la orden del día: siempre había una siguiéndonos (¿vigilándonos tal vez?) de cerca. Cuando se empieza a vislumbrar el puente rojo, que llega hasta el cielo y es el clásico símbolo de la ciudad, uno se da cuenta de lo que es capaz el hombre si se lo propone. Al costado estaba la famosa bahía, donde Stewart rescata a Novak de las aguas del Pacífico.
Ya de vuelta en tierra viajamos hasta la misión Dolores, auténtico resabio de la herencia española en California, de la cual el idioma es la expresión más palpable. Fue la primera misión en la ciudad, tiene 233 años y nunca ha sido remodelada ("sólo una pequeña capa de pintura", nos aclararon). Adentro tiene un cementerio (que se muestra en Vértigo), donde lamentablemente no encontramos la tumba de Carlota Valdés. Nos explicaron que fue un personaje ficticio de Hitchcock, pero siempre nos quedará la duda.
En Muir Woods (bosque declarado monumento nacional) disfrutamos de las sequias, escuchamos el agua fluir por los pequeños arroyos y vimos el famoso árbol donde están señaladas las fechas importantes para Estados Unidos. Ahí es donde Kim Novak señala y dice: "Por acá nací?, y por acá morí".
El recorrido continuó en el Palacio de la Legión de Honor, museo que es, literalmente, el Louvre en chiquito (con pirámide y todo). Nos explicaron que tuvieron que pedir permiso a París para su construcción. En él hay obras del Greco, esculturas de Rodin (hasta un Pensador). Preguntamos primero de todo por el retrato de nuestra tan mencionada Carlota. Parece que ése también fue un "invento" del genial director inglés. Colgaban una copia hasta el año último sólo como curiosidad en el café.
Fuimos al hotel Vértigo (antes llamado, como en la película, Empire). De ahí, al 900 de la Lombard St, preciosa cuadra denominada cariñosamente Crookedest (torcida). Es una calle en zigzag. Al llegar abajo y girar la cabeza parece una pintura.
Para terminar el día, una cena en John Grill´s, bar temático sobre "El halcón maltés" (libro y film). El guitarrista del lugar tocaba la exquisita música de la película "Laura". Le pedimos "As time goes by", y terminó con "Moon River". Nos volvimos al hotel con un tranvía llamado F, otro símbolo de la ciudad, en lo que fue la conclusión del viaje por San Francisco. Viaje que, al igual que el Halcón Maltés, está hecho del material con que se forjan los sueños.
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