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El vuelo del cóndor

Alaska, el mejor explorador del cerro




USHUAIA.- Freeride, relax, música y diversión. Esos son los conceptos que Alaska atesora en su corazón. El encarna la utopía del esquiador libre: "No conozco los nombres ni los colores de las pistas", afirma sin preocupación. Cuando está en lo que llama "planeta nieve", nada le importa; sólo deslizarse y disfrutar. Lo de Alaska y la montaña fue amor a primera vista, desde que subió al teleférico del Catedral, allá por 1965. Después vinieron otras cumbres y los shows de ballet acrobático, saltos y bumps.
Además de darle a la criolla y cocinar las mejores milanesas de la isla (receta de su madre Maggie), Alaska es un explorador incansable de las laderas vírgenes del Castor. El fue uno de los que abrió el Kuntur-ñán, que en voz quechua significa "sendero del cóndor". Lo descubrieron hace tres años y finalmente, después de mucha hacha y mediciones, esta temporada lograron inaugurarlo, aunque para la mayoría todavía es un secreto. Uno de los iniciados en esta senda es Mickey, el primer instructor en llevar a sus alumnos a vivir la sensación del Kuntur. "Ninguno se imagina lo que va a experimentar", dice.
Alaska adora el fuera de pista. "Yo, a las pistas las cruzo, no las ando; a menos que el terreno backcountry se presente extremadamente adverso", explica. Su filosofía de libertad en el mundo blanco se resume en dos palabras, que pronuncia como una sentencia a la que tuvo la suerte de ser condenado: "Nací freerider".
Su consejo es esquiar con música. Su último chiche son unas gafas con mp3. "Tengo una canción específica para cada recorrido", dice. Sus temas preferidos esta temporada son While Earth Sleeps, de Peter Gabriel/Deep Forest y Snow of the Sahara, de Enigma/Deep Forest. También escucha Café del Mar y otra música que lo ayuda "a levantar vuelo y flotar".
Alaska define su estilo en una palabra: efortless (sin esfuerzo). "Si te duelen las piernas, es que estás haciendo algo mal", explica. Su combustible está oculto en una Camelpack donde alterna desde agua hasta champagne, pasando por cerveza o alguna otra bebida espirituosa. Todo sea para sobrevivir en la montaña.

Alaska style

Seudónimo
Alaska-nush.
Hijos
5, lo visitan cada invierno.
Especialización
Ballet acrobático, freeride.
Anécdota favorita
"Vi a los Stones y a los Beatles en Inglaterra, 1965".
Dixit
"El esquí es 80% pensamiento y 20% ejecución".

Un freeride celestial

Por Alaska
"Para disfrutar del Kuntur-ñán primero se debe llegar hasta la cota 1057 (cumbre) con la silla A2. Ahí tenés que sacarte las tablas y caminar hacia arriba, a tu izquierda, unos 50 metros. Entonces empieza el descenso, bastante difícil al principio, con una inclinación de 30 grados. Se baja hasta el último col (valle entre picos de montaña) y es allí donde el paraíso se abre interminable: la ladera oeste es un manto blanco y de pendiente suave, que invita a un freeride celestial. Con 300 metros de desnivel y 800 metros lineales, se pueden llegar a esquiar 2000 metros si se desciende en curvas largas, copiando el vuelo del cóndor sobre la nieve virgen. El circuito tiene una duración de 35 minutos, sin contar la aerosilla. Aquellos que llegan al cerro desde Ushuaia por la Ruta 3 te pueden ver a lo lejos, planeando como un Kuntur.
Por Fernando Madera
Para LA NACION

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