

DENPASAR, Bali.- Paisajes tropicales, rincones exóticos y turismo de aventura, una perfecta combinación en la isla de los dioses, donde todo es mágico, hasta para el más distraído.
Sus 5500 km2 despliegan cuantiosas bondades para disfrutarlas a pleno sobre un suelo montañoso, volcánico y marítimo. El estrecho de Bali la separa de Java, pero ambas islas forman parte de Indonesia, místico país asiático integrado también por miles de pequeños archipiélagos que desparraman una frondosa naturaleza e imponentes templos, donde, salvo en Bali, impera el budismo.
En gran parte, el océano Indico baña las costas balinesas, y en el interior persiste la silueta del Gunung Agung, imponente volcán de 3140 metros.
En Denpasar, la capital de la isla, se concentra la mayor población. En las horas laborales, las calles céntricas están colmadas de gente y también de motos que van y vienen por todos lados. Por la practicidad y el bajo costo es el vehículo más utilizado.
Los balineses son muy amables, ingenuos, educados al extremo y curiosos por conocer la vida de los visitantes. Llaman la atención sus típicas vestimentas, entre las que se destaca el udang, turbante que en los hombres es de uso corriente. Las mujeres llevan distintos brazaletes y largas cabelleras con tocados de flores o rodetes.
Los habitantes tienen una notable aficción por lo espiritual y lo artístico. Adoran un gran número de dioses relacionados con el amor, la fertilidad, la tierra y los malos espíritus, entre otros.
Artesanías y cultos
Las viviendas están adornadas con mascarones y estatuas referidas al culto y a Sanghyang Widi, el ser supremo. La mayoría de los nativos son hábiles para tallar, pintar y esculpir, y logran un cálido equilibrio en colores y formatos, en cuyas imágenes se refleja el entorno oriental de la isla. Casi la totalidad de la población practica una versión religiosa del hinduismo, traída por los primeros isleños. En la ciudad, además del balinés, se habla el baasa, lengua oficial indonesa, aunque en las zonas turísticas, el inglés se entiende perfectamente.
Hacia el noroeste de la capital están Batubalan, Celuk y Mas, pintorescas aldeas donde abundan las artesanías. Trabajos en oro, plata, tallas de madera y esculturas, representan dioses, figuras rituales y ornamentos. Al ir de compras o adquirir algún recuerdo es conveniente regatear. Vale la pena visitar la típica casa balinesa, a la que se ingresa por un labrado pórtico que lleva a un amplio ambiente con techo de paja, un sitio para las ceremonias y un diminuto templete familiar.
Hay grandes patios ofrendados a distintas divinidades, con altares que no superan los dos metros y techados negros hechos con fibra de coco. Otros poseen escalinatas, formas piramidales y ornamentaciones en piedra.
El templo madre es el de Besakih, contruido en las laderas del Agung. Están también las meru, especie de pagodas o torres altas, con varios tejados según su importancia. Para visitarlos hay que taparse las piernas, gesto de respeto a los dioses.
El arroz es el principal recurso de la isla e ingrediente infaltable en los platos típicos locales (en las comidas, el arroz se coloca en un recipiente aparte y cada uno se sirve a gusto).
En las playas es habitual ver a las mujeres depositar ofrendas sobre la arena, confeccionadas con hojas de bananero que contienen arroz cocido y diminutas florcitas amarillas. En las áreas naturales se puede encontrar el enorme baniano o higuera india, árbol sagrado para los balineses, porque según cuentan, los espíritus benefactores se ocultan en la malla de sus raíces aéreas.
La costa de Bali es esencialmente turística. Afloran increíbles playas de arenas blancas, vistosas palmeras, y un mar demasiado seductor. Kuta es el balneario más frecuentado, poblado de adictos al sol, amantes del jet ski, bebedores de daikiris y aficionados al surf en busca de grandes olas.
Una tarde, un suave cántico venía desde un grupo de jovencitas sentadas a orillas del mar. Depositaron unas flores en las aguas y balbucearon algunas palabras. "Siempre debe haber una lucha entre el bien y el mal, explica el guía, y ellas lo están pidiendo. Debe ser eterna, y nunca ganada por alguna de las fuerzas. Sólo así, el universo seguirá en equilibrio."
Datos útiles
Cómo llegar: el pasaje aéreo, de ida y vuelta, hasta Bali cuesta alrededor de 1600 dólares, con tasas e impuestos.
Alojamiento: hay desde hosterías y moteles de 20 dólares por noche, hasta resorts de cinco estrellas que cobran unos 2000 dólares por día.
- No es un lugar caro. Es un destino frecuente de jóvenes que viajan con mochila y poco dinero. Siempre hay que estar dispuesto a negociar y regatear los precios. Los comerciantes son muy insistentes.
En Internet:
Marcelo Ruggieri
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