
A BORDO DEL MSC MELODY.- Lentamente, la enorme embarcación va dejando atrás las blancas arenas de la costa brasileña para internarse en el verde horizonte de aguas cálidas, serenas y transparentes. Un movimiento apenas perceptible acompaña su avance, mientras una estela blanca y espumosa va quedando atrás como una suerte de despedida no deseada.
Nadie, sin embargo, parece prestarle demasiada importancia a ese movimiento arrullador; quizá porque la belleza del paisaje es tan tremendamente abrumadora; quizá, porque el estado de distensión y regocijo en el que todos están inmersos es tan profundo que impide pensar en otra cosa que no sea disfrutar.
Ese estado de embelesamiento generalizado no es producto del azar. Es el resultado de una combinación casi perfecta de elementos, capaces de transformar un simple viaje de placer en una experiencia única, fascinante, inolvidable, que sólo puede encontrarse a bordo de un crucero.
Porque tal vez es muy difícil encontrar un programa que incluya viajar por mar con todas las comodidades imaginables mientras se recorren y conocen lugares encantadores, combinado con una gastronomía de excelente nivel, una oferta inabarcable de actividades y que, además, asegure la alegría, la diversión y la buena onda.
Sólo placer
Así mientras el Melody -el buque de la empresa italiana Mediterranean Shipping Company (MSC), que realiza su recorrido por la costa brasileña- avanza tras dejar atrás una de las encantadoras playas en las cuales hizo escala, unos dos centenares de personas descansan plácidamente sobre las cómodas reposeras de la cubierta principal, mientras el sol va bronceando sus cuerpos poco a poco; algunos metros más allá, otro numeroso grupo disfruta de la frescura de la enorme pileta.
A ambos lados, cinco pasajeros se relajan en las tibias aguas de los jacuzzi mientras saborean un trago helado. Otro grupo improvisa una especie de carnaval carioca incentivado por parte de la tripulación.
En el interior, en tanto, los menos adeptos al sol dividen suertes en partidas de naipes o dejan volar su imaginación atrapados en las páginas de un buen libro o se entregan a las encantadoras y relajantes manos de Lucy, la masajista.
También están los que prefieren descargar tensión y mantenerse en forma con una sesión de gimnasia, o aquellas que no pueden ocultar su coquetería deciden pasar algunas horas en el salón de belleza, mientras se preparan para pasar una noche inolvidable entre cenas, shows y espectáculos, que terminará en la disco ya entrada la madrugada...
Y pese a las diferencias, los pasajeros tienen algo en común: saben que en esta especie de resort flotante todo está perfectamente organizado y sincronizado como para que no haya ni espacio, ni tiempo, ni lugar para el aburrimiento o la rutina.
Por eso, cuando el próximo puerto de destino se aviste, la imagen se repetirá. Con otros matices, sin duda, pero con esa misma sensación mágica e indescriptible que hace de los cruceros una experiencia única e inolvidable.
Por Diego Cúneo
De la Redacción de LA NACION
De la Redacción de LA NACION
Los mitos y verdades de viajar embarcado
Para tener en cuenta antes de abordar
A BORDO DEL MSC MELODY.-- "Entre el común de la gente existen por lo menos tres grandes mitos respecto de los cruceros que, creo, tienen su base más en el desconocimiento y la falta de información que en cosas concretas. Estos mitos dicen que los cruceros son caros, que están llenos de personas mayores o jubilados, y que son aburridos. Creo que ninguna de esas creencias es cierta", afirma Máximo Conterno, representante para América latina de la firma italiana MSC Cruceros.
Más por menos
Así comienza a exponer las razones que le sirven de base para su argumentación: "Cuando la gente averigua y se informa, comienza a darse cuenta de que es prácticamente imposible conseguir un paquete o realizar un viaje de ocho días por la costa brasileña a un costo promedio de casi 100 dólares por persona, por día. Más, si en esa tarifa están incluidos el pasaje de ida y vuelta a Río de Janeiro en avión; el alojamiento en una habitación (camarote) confortable con baño, TV, frigobar y aire acondicionado; seis comidas diarias programadas en una mesa reservada a su nombre; la posibilidad de recorrer varias playas sin tener que quedarse una semana en un solo sitio y la infraestructura del barco, que incluye casino, discoteca, pileta, jacuzzi y gimnasio, entre otras comodidades".
Conterno agrega que respecto del tema de que los que realizan cruceros son sólo personas mayores, eso "era cierto hasta hace algunos años", pero que en la última década la tendencia cambió: "Hoy nos contratan personas de todas las edades: desde abuelos que soñaron con hacer un viaje por mar solos, o que quieren pasar unas vacaciones distintas con sus hijos y nietos, hasta grupos de chicos y chicas solos que buscan divertirse y conocer gente, además de parejas que están de luna de miel. Todos tienen su espacio y su diversión asegurada a bordo".
Un mundo de atractivos sobre el agua
Todo está pensado para aprovechar y disfrutar al máximo la estada a bordo. Es que las opciones se multiplican al punto de cubrir casi cualquier preferencia y gusto personal.
El Melody está equipado con tres piscinas (una cubierta y otra para niños), gimnasio, jacuzzi, sala de masajes, salón de belleza, casino, sala de juegos, sala de cartas, minishopping, cine-teatro, un anfiteatro, biblioteca, video y DVD, un centro infantil, dos restaurantes, siete bares (dos funcionan como piano bar) y dos discotecas (una exclusiva para adolescentes).
Para viajeros desprevenidos
Algunos consejos para no quedar varados por falta de información.
- Las propinas no están incluidas ni se cargan a la cuenta; se acostumbra entregarlas en mano el último día tanto al personal que se ocupa de la limpieza como a los mozos.
- Casi nadie se maneja con dinero (excepto para pagar las apuestas del casino), ya que todos los gastos se cargan en una tarjeta magnética.
- Es recomendable llevar un traje, o saco y corbata porque es la vestimenta sugerida para las cenas de gala.
- Los horarios se respetan a rajatabla. Se exige puntualidad.
Datos útiles
Itinerarios
Especial Río-Río US$ 660
Por persona, en cabina interna, base doble. En base triple o cuádruple, desde US$ 810 y el tercer pasajero adulto o el cuarto menor viajan gratis compartiendo la misma cabina. Los aéreos entre Buenos Aires y Río, ida y vuelta, cuestan US$ 275 más impuestos. También hay que tener en cuenta las tasas portuarias: los adultos pagan US$ 140 y los menores de 12 años, US$ 70.
Por persona, en cabina interna, base doble. En base triple o cuádruple, desde US$ 810 y el tercer pasajero adulto o el cuarto menor viajan gratis compartiendo la misma cabina. Los aéreos entre Buenos Aires y Río, ida y vuelta, cuestan US$ 275 más impuestos. También hay que tener en cuenta las tasas portuarias: los adultos pagan US$ 140 y los menores de 12 años, US$ 70.
El itinerario que se ofrece para el último crucero de la temporada, que sale el próximo sábado, amarra en Río de Janeiro, Salvador de Bahía, Buzios, Arraial do Cabo (Cabo Frío), Santos y Río de Janeiro.
Por el Mediterráneo
La temporada se abre en abril y continúa hasta noviembre. Se ofrecen 14 itinerarios de 7, 11 o 14 noches de duración. Según el crucero elegido, se puede embarcar en Génova, Venecia, Nápoles o Barcelona, y los países que se visitan son Italia, España, Francia, Marruecos, Túnez, Grecia, Turquía, Egipto, Portugal y Ucrania, entre otros.
Las tarifas, con tasas portuarias incluidas y sin los aéreos, van desde US$ 890 por persona, cabina interna, base doble, por 5 o 7 noches; mientras que la opción de 11 noches cuesta US$ 1250 y la de 14 noches, US$ 2240.
Más Información
MSC Cruceros Argentina, Paraguay 610, P. 16; 4313-3700. www.msccruceros.com.ar
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