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En la ciudad de San Francisco, una nueva clase de peregrino

Asís, donde nació el santo, comenzó a recibir a turistas no católicos en busca de experiencias místicas




ASÍS, Italia (The New York Times).-Desde hace siglos, los peregrinos llegan a Asís para recorrer los mismos senderos estrechos y escarpados en los que hace 800 años un monje, con vestidura harapienta e ideas revolucionarias, llamado Francisco, predicaba mensajes antimaterialistas que estremecían a la Iglesia Católica Romana del Medioevo.
Francisco, quien junto con Catalina de Siena es uno de los dos santos patronos de Italia, constituye una figura internacional para cientos de millones de católicos, y en honor a él el Papa actual tomó su nombre. La ciudad natal del santo, recostada en las amplias laderas del monte Subasio, atrae a entre cuatro y cinco millones de turistas al año. Sin embargo, en los últimos tiempos, entre los visitantes, hay una nueva clase de peregrino.
Además de los grupos eclesiásticos que descienden de a multitudes de ómnibus repletos y de los contingentes de hermanos franciscanos con su típico hábito color marrón, la ciudad seduce a turistas no católicos, gente que busca el rejuvenecimiento en los ashram de la India o en un masaje con aceites esenciales de ayurveda. Ellos vienen atraídos por la misma esencia mística que cada vez más peregrinos religiosos tradicionales dicen sentir en los bosques que rodean la ciudad natal de Francisco.
"Asís es uno de los lugares especiales en los que uno puede entrar en sintonía con una energía espiritual", comentó Katharina Daboul, quien a veces dirige la Casa de Retiro y Ermita (Simple Peace Hermitage), un centro de meditación del lugar. Paramahansa Yogananda, un gurú hindú que introdujo el yoga en Occidente, colocó a Francisco con Buda y Jesús en su panteón ecuménico de guías espirituales. Yogananda dijo haber visto una visión de Francisco mientras pronunciaba un discurso en la década de los años 1950. A partir de ese momento lo consideró un ícono espiritual y con el tiempo visitó Asís.
Francisco, que nació en Asís y murió allí a los 44 años de edad, en 1226, fue, en muchos aspectos, el modelo del hippie. Un hombre de la aristocracia que abandonó todos sus bienes terrenales para seguir los pasos de Jesús. Desde ese entonces, durante siglos, muchos peregrinos recorrieron el camino que Francisco emprendió en los bosques escarpados del monte Subasio. Sin embargo, hasta hace muy poco, la mayoría pertenecía al culto católico.
La nueva ola de turistas descubre en Asís una meca del comercio eclesiástico. En las mañanas soleadas de domingo, resuenan las campanas mientras monjas envueltas en hábitos crujientes y monjes con túnicas marrones entrecruzan las piazzas blanquecinas con sus típicos soquetes y sandalias, expulsando a las palomas hacia los campos de heno y girasoles del valle de los alrededores. Puestos de suvenirs venden tallas en madera del símbolo tau con el que Francisco firmaba sus cartas; imanes de cerámica para la heladera; y pósters de Francisco, que fue canonizado dos años después de su muerte.
Estos turistas buscan la paz interior más que comprar chucherías. Yalgunos pagan servicios fuera del alcance de las masas empobrecidas por las que lucha este Papa. Se abrieron varios spas en la zona desde que el Gobierno lanzó un incentivo que cubre algunos costos de construcción para los hoteles que los agreguen.
El Reverendo Enzo Fortunato, vocero de la Basílica di San Francesco, un gran atractivo turístico en Asís, comentó que había notado la afluencia de un nuevo tipo de peregrino y que eso no lo sorprendía, y expresó: "El Asís de Francesco siempre representó la aceptación de la diversidad".

Alojamientos de lujo

Los retiros New Age de Asís no son todos refugios espartanos para quienes buscan la paz con el equipo de yoga a cuestas. En un barrio romano del extremo norte de la ciudad, los viajeros acaudalados pueden reservar una habitación de lujo con un mural restaurado en la pared en el Nun Assisi Relais Hotel and Spa Museum, adaptado en un antiguo convento del siglo XIII, e inaugurado en 2010.
El propietario del hotel, Massimo Falcinelli, pensó al principio transformar la nave central del convento, pero tuvo que cambiar de planes cuando los obreros descubrieron un complejo de baños romanos.
Al igual que muchos sitios religiosos de Italia, el convento había sido construido sobre ruinas paganas, en este caso un templo y un baño. Falcinelli decidió incorporar los baños - y el tema de las aguas curativas - a su hotel.
La antigua cocina del convento es ahora la barra de vinos, y la capilla, una sala de reuniones. Bajando las escaleras, hay un antiguo spa restaurado.
Los romanos llamaban al agua de las termas del Subasio "agua mágica", y Asís es lo que ellos llamaban un genius loci, "un lugar con una atmósfera especial para la salud, un lugar que eleva tu alma hasta un nivel superior", comentó la gerente del hotel, Chiara Mencarelli.
En el Nun Relais, Konstantín Mirzajev, ingeniero ruso, radicado en Praga, describió su experiencia como huésped: "Cuando estoy en el spa y observo las arcadas de piedra del anfiteatro romano, me siento como un romano antiguo. Tengo la sensación de haber viajado en el tiempo, a través de los siglos, y puedo disfrutar del lujo que los romanos conocían tan bien".
Al preguntársele sobre los toques de lujuria en un lugar conocido por rehuir a todo eso, el Reverendo Stephen Platten, obispo anglicano oriundo de Londres, que visita con frecuencia Asís, respondió: "Pienso que la gente debe disfrutar. Entonces espero que el lujo no los anestesie y los meta dentro de su propia burbuja, alejados del mensaje de San Francisco".
Si bien estas nuevas atracciones turísticas coexisten en su mayoría con la comunidad tradicional, un lugar de retiro, el Centro Ananda, tuvo una integración más complicada. Inaugurado en la década de los 90 por un grupo de seguidores de Yogananda sobre 1,62 hectáreas en la cima del monte, hoy cuenta con una escuela de yoga, hospedaje, una agencia inmobiliaria y una granja.
Alrededor de 150 personas viven en el lugar, en cabañas terracota. El complejo tiene un centro de sanación holística que ofrece masajes y tratamientos de spa, y un templo de meditación. Llegan visitantes de toda Europa a estudiar yoga, y la cantidad aumenta a las centenas en temporada alta de junio a agosto.
Yogananda escribió que el hinduismo y Jesús dejaban enseñanzas similares, pero el Centro Ananda fue denunciado por las autoridades locales de ser un culto y organización delictiva. La policía hizo una redada en el lugar en 2004 y arrestó a siete de los líderes de la secta, que fueron inmediatamente liberados. Los fiscales los acusaban de trata, lavado de cerebro, crimen organizado y conductas coercitivas, pero un juez levantó los cargos.
La relación de Ananda con las autoridades católicas locales sigue siendo tirante. "La Iglesia nos ve como la competencia", dijo una californiana que vestía una túnica azul, quien dice llamarse Shivani Lucki. Y agregó que por el momento, el centro sigue existiendo en armonía con las autoridades.
A poca distancia de Asís, pero a unos kilómetros cuesta arriba por un sendero angosto de grava llamado Alle Porte del Paradiso (Camino a la Puerta del Paraíso) se encuentra la Casa de Retiro y Ermita, un competidor más pequeño y resistente en el negocio local. Fue proclamado por publicaciones de viajeros como uno de los 10 mejores centros de meditación en el mundo, debido a sus vistas de la campiña de la región de Umbría y su proximidad a los paseos espirituales de Asís. La casa de retiro es una sencilla alquería de piedra rodeada de rosales y arbustos de lavanda.
El lugar fue fundado por Ruth y Bruce Davis, escritores de California que guiaron excursiones de distintos credos, en inglés y alemán a Asís durante años. "Les atraía nuestra formación en la psicología espiritual y querían seguir los pasos de San Francisco", comentó Ruth Davis sobre los turistas que los contrataban.
Los recién llegados no desplazaron a los lugares de retiro tradicionales. La pensión San Antonio funciona desde 1931, y la maneja una orden religiosa norteamericana, las Hermanas Franciscanas de la Expiación. Detrás de las puertas de hierro sobre una saliente empinada con vistas panorámicas de Asís y de la Basílica de Santa Clara, los visitantes pasan primero debajo de la palabra "Expiación", luego son guiados por la Hermana Susan, una de las cinco monjas que viven allí, hasta una sala de estar austera decorada con retratos de Cristo. Susan no tuvo nada malo que decir sobre los turistas de distintas confesiones y sus lugares de retiro.
"Estamos abiertas a personas de todas las tradiciones, extraños o seguidores", comentó. "Este es un lugar seguro para el descanso, el retiro o la peregrinación. O sólo para estar".
Nina Burleigh
(Traducción: Andrea Arko)

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por Redacción OHLALÁ!


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