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En la valija, primero la salud

Prevención: antes de viajar es importante tener en cuenta cuáles son las condiciones sanitarias del destino para tomar las debidas precauciones.




Cuando se está organizando un viaje, mil cosas ocupan la mente. Elegir la ropa adecuada al clima del destino, buscar mapas, marcar rutas, conseguir alojamiento y pasajes, hacer trámites de pasaporte y visas, y un sinfín de preparativos que llevan más tiempo de lo esperado. Por eso, averiguar sobre las prevenciones apropiadas para cuidar la salud en los lugares donde transcurrirá nuestra estada queda para último momento o, directamente, se olvida.
Por supuesto que no todos los viajes son iguales. Si los países elegidos son Estados Unidos, Canadá, Australia o los del continente europeo, no habrá necesidad de una prevención que difiera de la cotidiana. Pero cuando se apunta hacia zonas tropicales, como determinados sectores de Asia y América, y principalmente Africa, conocer las enfermedades características del lugar y la manera de prevenirlas con vacunas y tratamientos médicos es fundamental.
"Todos estos viajes, y en especial a zonas cercanas al ecuador, necesitan una atención preferencial y personalizada. El asesoramiento médico es muy importante; hay que obtenerlo lo antes posible, sin demoras", aseveró el doctor Mario Masana Wilson, director de la Dirección de Sanidad de Fronteras y Terminales de Transporte del Ministerio de Salud y Acción Social.
En esta dependencia se brinda asesoramiento sobre las medidas preventivas aconsejadas para cada zona del mundo en concreto y se aplica oficialmente la vacuna contra la fiebre amarilla (para entrar en algunos países es obligatorio presentar el certificado de que la vacunación fue realizada en organismos oficiales); todo en forma gratuita.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral transmitida por un mosquito, el Aedes aegypti , el mismo del dengue. Es mortal en el 60% de los casos, en personas no vacunadas. La vacuna es altamente efectiva, y aunque puede provocar algún malestar momentáneo, en general no causa mayores problemas.
La vacunación se tiene que realizar, como mínimo, 10 días antes de entrar en zonas con problema, para que los anticuerpos estén en una cantidad importante sólo 10 días después de la aplicación. En ese momento empieza a tener resistencia el organismo. Los anticuerpos de la vacuna duran 10 años.
Otra de las enfermedades que merece prevención rutinaria es el paludismo o malaria. También se transmite por un mosquito, pero no es un virus, es una parasitosis, y alguna cepa específica puede provocar la muerte. No se vacuna, hay que tomar medicación semanas antes de viajar, durante la permanencia y semanas después del viaje. El parásito cambia de acuerdo con el lugar, por eso se da medicación según las zonas.
Además, es posible vacunarse contra la fiebre tifoidea y la hepatitis A y B; enfermedades que en algunas áreas son endémicas. Tampoco hay que olvidarse de que estén actualizadas las vacunas que comúnmente se aplican durante la infancia.
Masana Wilson aconseja: "Una vez que se decida el destino, lo mejor es acercarse a la Dirección.Cuanto antes se complete el plan de vacunación, las reacciones que presente el organismo podrán ser solucionadas".

El mapa en movimiento

Marcar en un mapa mundial las diferentes enfermedades que afectan cada región de la Tierra es una tarea que, aunque parezca extraño, carece de utilidad. Las enfermedades son dinámicas, no estáticas. En una zona que hoy está libre de, por ejemplo, fiebre amarilla, en un par de meses puede aparecer un brote y con él la necesidad de la vacunación.
Por eso hay que consultar en el momento en que se hace el viaje. La Dirección tiene comunicación directa con la Organización Mundial de la Salud y recibe periódicamente un boletín con las novedades de todas partes.
De cualquier manera, hay regiones que son una constante. Siempre que se emprenda un viaje a determinadas zonas de Africa, Asia, América del Sur y Central y el Caribe, lo mejor es consultar. "Sin prevención tenemos todas las posibilidades de contagiarnos de todo, porque el ser humano es ávido de contagio. Genéticamente no hay ninguna defensa, todos estamos igual. Con una buena prevención tenemos mínimas posibilidades de contraer alguna de las enfermedades", concluyó Masana Wilson.
La Dirección de Sanidad de Fronteras y Terminales de Transporte atiende de lunes a viernes, entre las 15 y las 16. Está situada en Ingeniero Huergo 690 (4343-1190).
Para la aplicación de la vacuna contra la fiebre amarilla hay que llevar una jeringa de un centímetro, el pasaporte y el documento. Además es posible aplicarse otras vacunas que tengan que ver con el viaje, siempre llevando los productos. También brinda asesoramiento en forma gratuita el hospital Muñiz, que tiene un equipo de profesionales abocados a consultas sobre problemas surgidos después de los viajes.

Algunas recomendaciones

Las enfermedades entran por la piel, el tubo digestivo, la respiración, o el tacto. La prevención tiene que ser integral.
Utilizar factor de protección solar mayor de 15.
Tener en cuenta las prevenciones para el cólera y el SIDA. En Africa, por ejemplo, se registra uno de los porcentajes más altos de casos de HIV.

Alimentos y bebidas

  • Beber agua potable. Si no, hervirla tres minutos o agregarle dos gotas de lavandina por litro o usar tabletas potabilizadoras. Evitar el consumo de hielo.
  • Evitar el consumo de alimentos crudos, excepto frutas y verduras que puedan pelarse.
  • Consumir alimentos bien cocidos y preferentemente calientes.
  • Comer pescados y mariscos calientes.
  • Las bebidas envasadas son seguras.

Diarrea del viajero

  • La mayoría de las diarreas remiten espontáneamente. Lo importante es la hidratación.
  • Aumentar la ingesta de líquidos: agua potable, té, caldo o gaseosas.
  • Si dura más de 24 horas, beber sales de rehidratación oral (SRO) o mezclar una cucharadita al ras de azúcar más una de sal en un litro de agua.
  • Si se tienen otros síntomas o dura más de tres días, consultar al médico.

Picaduras de insectos

  • Restringir las actividades al aire libre entre el atardecer y el amanecer. Utilizar repelentes cada cuatro horas.
  • Protegerse con ropa adecuada, preferentemente blanca.
  • En caso de ser picado, no hacer torniquete.
  • Evitar baños de inmersión en fuentes de agua dulce.

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por Redacción OHLALÁ!


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