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En Miramar, los chicos andan como Pancho por su casa

Juegan, arman castillos de arena y usan la bici para todo; los padres, chochos




MIRAMAR.- Si hay sol, en Miramar los chicos tienen playa suficiente para correr, armar castillos de arena, volcanes, pozos y bañarse en un mar calmo y tempestuoso a la vez, con olas que son el deleite de los más grandes por su tamaño. Si de tan independientes los más pequeños se pierden, el clima familiar hace que los aplausos solidarios entre los patios de los 44 balnearios logren ubicar rápidamente a los padres.
Si llueve, los niños pueden ir solos hasta la calle peatonal 9 de Julio y jugar en los videojuegos, tomar helados o simplemente pasear y mojarse un poco.
Lo interesante es que las familias que descansan acá saben que los locos bajitos, como dice Serrat, son bienvenidos y están a salvo, y que la calle es de ellos para que anden libremente en bicicleta. En líneas generales, las personas que circulan en auto manejan despacio, pero debería haber una mayor conciencia al respecto.
Pregúntele a cualquier infante que fue a Miramar adónde prefiere veranear y le dirá que en este balneario. Es un axioma que no falla, por más que los grandes prefieran variar un poco.

La historia

Miramar se levanta hoy sobre lo que fue el establecimiento El Saboyardo, de Andrés De La Plaza. Su familia residía en el casco de la estancia, construido en 1871.
El campo en cuestión se situaba sobre la costa, a "siete leguas al sudoeste de Mar del Plata, entre los arroyos El Durazno y La Totora, distantes 8 km el uno del otro", según informa la página de Internet http://www.miramar-digital.com Tras la muerte de Andrés, se hizo cargo su hijo Fortunato, juez de paz de la ciudad de Mar del Plata. Su cuñado, José María Dupuy, fue quien lo convenció, en 1887, de convertir la propiedad en un pueblo balneario.
Dupuy se encargó de los trámites para realizar el proyecto, interesando al ingeniero Rómulo Otamendi y al agrimensor Eugenio Moy. De esta forma, en octubre de 1887 quedó confeccionado el plano. El nombre que se impuso fue el propuesto por Dupuy, Mira Mar.
"El prestigio de Fortunato De La Plaza le dio un importante impulso inicial al naciente pueblo: no sólo los primeros pobladores provenían de Mar del Plata (ciudad de la que don Fortunato era intendente en ese momento), sino que invitó a sus amistades a una excursión hasta Miramar, el 21 de febrero de 1888, hecho que motivó la publicación en la prensa escrita de la época, del listado de apellidos ilustres que formaron parte de la comitiva", reseña la citada página.
El 15 de abril del mismo año se fundó el famoso almacén La Chata, entre las actuales calles 9 de Julio y 38. El 20 de septiembre, el Poder Ejecutivo aprobó el pedido de De La Plaza para fundar el pueblo.
En 1890, se formó el juzgado administrativo, que quedó a cargo de Dupuy, la primera autoridad de Miramar. En ese mismo año el balneario ya contaba con un hotel de prestigio, el Argentino, en la esquina de las actuales calles 9 de Julio y 2.
A cuatro kilómetros de la ciudad balnearia, el tradicional Dormy de los años 30, hoy Miramar Links, presenta un aspecto distinto. Y es que desde hace unos meses un nuevo grupo empresario se hizo cargo de sus instalaciones, reabriéndose el antiguo Hotel del Club, conocido como Dormy-House. El mismo fue reconvertido en apart y cuenta con 10 departamentos de 1 a 3 dormitorios, canchas de tenis, dos piletas y un spa del mar.
La cancha luce más verde debido al intenso riego artificial, y mantiene su estilo escocés. Son links donde la naturaleza es protagonista. El golfista deberá considerar el viento, una variable muy importante en su juego.
El vocablo inglés links se remonta a los comienzos de este deporte: en la costa este de Escocia había unas tierras conocidas con ese nombre. Se llamaban así porque eran terrenos no apropiados para arar ni cultivar nada ya que la arena se hallaba muy próxima a la superficie.
Muchos golfistas profesionales eligieron esta cancha para practicar durante su preparación para jugar torneos en los links británicos. Tal fue el caso de Roberto De Vicenzo y Florentino Molina, entre otros.

Panqueques y helados

Los mariscos de la Cantina El Muelle; las rabas, la tortilla o el revuelto Gramajo del restaurante del balneario Charly; el panquekazo abierto relleno de dulce de leche, chocolate, crema, nueces, helado y ensalada de fruta, o el tradicional de dulce de leche del bar Mickey (21, esquina 14), imbatible desde 1945; los wafles al paso como en Mar del Plata; los helados de la heladería Caballo Loco; la visita al Vivero Dunícola y su curioso Centro de Energía; el paseo por la granja-restaurante Los Dulces de Ofelia o por el parque Los Patricios; la excursión a Mar del Sur -a pie o en auto, a 15 km-, para comer en Marashka, el restaurante croata con inmejorables ravioles y goulash, visitar el viejo hotel Atlántico, construido entre 1882 y 1886, si está abierto, o ir a la playa oceánica y desértica, entre otras actividades: los programas posibles son los mismos de siempre.
Y son igual de lindos, ya que Miramar permanece fiel a su estilo familiar, que hizo de ésta la ciudad de los niños.
Silvina Beccar Varela

Circo Caracol: destreza pura

Los que estén de vacaciones en Miramar tienen una cita con la elegancia, la sensualidad, la destreza y el humor. Sí, todo eso en un solo espectáculo: el circo Caracol.
Este show callejero es un verdadero circo al aire libre, que lleva a escena los creativos números de una trapecista, un nonciclista y un malabarista. Además, es gratis; cuando termina la función los artistas pasan la gorra.
Dónde: en el anfiteatro De las Artes, calle 21 entre 24 y 26, y en el shopping Down Town, calle 22 y 23.

Datos útiles

Cómo llegar

En tren desde $ 19
En tren desde Constitución, con salidas diarias a las 7.20 por 19 pesos en clase turista, 25,50 pesos en primera.
En micro desde $ 28
Desde Retiro con asientos semicama.
El avión sólo llega a Mar del Plata y se consiguen boletos desde $ 60.65. De allí el transfer cuesta $ 15. Los vuelos directos a Miramar no están operando por ahora.

Dónde alojarse

Los hoteles por día en base doble cuestan desde $ 25 en adelante. Los precios de los departamentos van de $ 400 a $ 600 por 1 ambiente, hasta 3 ambientes por $ 700 por quincena.
El derecho a acampar cuesta $ 6 por día por persona.

Comidas

Menú fijo desde $ 5; tenedor libre por $ 7; a la carta, con postre, $ 12 por persona, aproximadamente. No se pierda los panqueques ni los licuados de Mickey, las exquisitas rabas del restaurante del balneario Charly al atardecer, los mariscos de El Muelle, la sopa de verduras del Miramar Palace Hotel o los tragos en la bellísima barra del bar de Links Miramar, ex Dormy.

Balnearios

Carpa por día $ 15
Sombrilla $ 10

Golf

Lunes a viernes $ 20
Salidas hasta las 11. Los sábados y domingos cuesta $ 25.
Caballeros $ 20 Salidas después de las 11. Damas y menores, $ 15.
Tarifa promocional 9 hoyos a partir de las 17: caballeros, $ 15; damas y menores, $ 10.
Secretaría del Club, 02291-420833. E-mail: jansaldo@elsitio.net

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por Redacción OHLALÁ!

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