En Montecarlo apuestan al laberinto
Perderse entre los meandros de vegetación más grandes de América del Sur es una atracción que persiguen cientos de viajeros de distintas nacionalidades que llegan atraídos por las múltiples propuestas que tiene la provincia
10 de julio de 1998
POSADAS.- Montecarlo tiene los ojos claros, las mejillas blancas como muñecas de pinturas renacentistas. Es un pueblo de raíces indígenas que ha sabido aceptar el desembarco de los colonos sajones que hoy pasean por su tierra.
Inmerso en el corazón mesopotámico de la provincia de Misiones, tiene una sola avenida asfaltada que lo cruza de lado a lado. Su extraño mapa demográfico, producto de las migraciones de principios de siglo, hace que la piel tostada de rasgos indígenas se mezcle en las veredas, las sendas y en los almacenes, con los rizos amarillos de las muchachas alemanas.
Las calles son de adoquín partido, rojizo, opaco de polvo, y hay árboles de flores amarillas decorando el vientre de cada cuadra. En los alrededores, el té es un mosaico lustroso, cortado al ras esperando crecer hasta la próxima cosecha.
El parque Vortisch, en una de las esquinas más importantes de la ciudad, y el laberinto que serpentea en su interior, han hecho de este poblado una de las principales atracciones de la región, tanto para el turismo nacional como internacional.
No es difícil llegar hasta allí, ya que la ruta que une la ciudad de Posadas con Puerto Iguazú pasa muy cerca. Lo más interesante para hacer quizá sea viajar hasta la capital misionera y descansar un par de días. Después, hay colectivos que parten hacia Montecarlo cada hora.
Senderos entre la fronda
Es un jardín en el que los senderos acostumbran a bifurcarse. Un sitio en el que perderse es una situación normal. Un espacio de pasajes secretos y corredores truncados, con ciertas reminiscencias mitológicas de minotauros y medusas.
Seguramente, allí Jorge Luis Borges hubiese podido disfrutar en persona de su adoración por los laberintos; confesada solapadamente en Los dos reyes y los dos laberintos y en Las ruinas circulares, dos de las tantas manifestaciones de ese romance entre su literatura y esta clase de encrucijadas.
Valeriano, con su andar lento, la mirada baja y una eterna sonrisa a cuestas, recibe a sus huéspedes cotidianos. Exhibiendo cierta delicadeza monástica, abre de par en par las puertas del parque, sostenidas entre dos árboles que seguramente conocen la historia de la región. "Canafístolas es el nombre de esas plantas centenarias que dan la bienvenida y mantienen erguido el techo de tejas a dos aguas de la entrada", explica Valeriano con aires de botánico experimentado.
La atracción del pueblo
El Vortisch es la atracción principal del poblado no sólo por el laberinto que se extiende en su interior, sino también por la variada colección de orquídeas (más de 2500 especies) que adornan cada sendero, cada rincón del lugar. No en vano Montecarlo fue declarada, hace unos años, Capital Nacional de la Orquídea.
El lugar, que en realidad ocupa una manzana entera, es obra de Billy Vaden, un viejo alemán que pudo cumplir el sueño de su infancia. En 1989 viajó en busca de los planos de lo que sería el más importante laberinto de América del Sur, y en pocos años plantó y vio crecer el cerco de ligustrina que modelaría los diferentes senderos sin salida.
Hoy, es Valeriano el que se encarga cada día de ir recortando los 1700 metros de pasillos y las 510 esquinas, para que estén prolijamente podadas al llegar los visitantes. "Hay un puente mirador para observar todo desde arriba y ayudar a quienes quieran escapar rápidamente -cuenta Valeriano-. Para salir del laberinto hay dos caminos que son los correctos: uno de 350 metros de largo y otro de 580. El tiempo aproximado que se tarda la primera vez en descubrir la salida, es de entre 40 minutos y 1 hora, pero hay personas que han llegado a pasarse de 3 a 4 horas dentro, incluso algunos se llevan la vianda y almuerzan en un descanso entre las paredes altas de la vegetación".
La fiesta de la orquídea
Más allá de esa atracción, el parque es también uno de los jardines botánicos principales del país. Hay orquídeas sobre los árboles, debajo de puentes, en canteros, en almácigos y en invernaderos. Hay especies exóticas de cañas de la India, guayabas, araucarias, lapachos negros de flor rosada, azaleas, ficus, tulipaneros y una gran cantidad de plantas comunes en los trópicos que conviven sin contradicciones en el Vorstich.
Valeriano, día tras día, mientras relojea el crecimiento del ligustro del laberinto, cuida como un padre celoso cada uno de los ejemplares que adornan ese espacio.
Entretanto, espera septiembre y que llegue, como todos los años, la Fiesta Nacional de la Orquídea. Entonces vendrán viajeros de todas partes para admirar su tarea, y perderse por un tiempo entre las paredes de aquellos senderos que con tanta paciencia mantiene intactos a través del tiempo.
"Nunca van a dejar de bifurcarse -suele comentar, mostrando cierta cultura literaria-, al menos mientras yo esté a cargo".
Cuando cae la tarde, él cierra los portones del parque y se marcha hacia su casita, perdida en el corazón del bosque misionero.
Martín Correa Urquiza
Datos útiles
Cómo llegar a Montecarlo
- Para llegar a Montecarlo hay dos vías básicas: existe la posibilidad de viajar en colectivo directamente desde Buenos aires, a través de los servicios que realizan las empresas de colectivos como Expreso Singer, Crucero del Norte o Vía Bariloche, que salen todos los días desde Retiro y llegan directamente a Montecarlo.
El precio del pasaje oscila entre los 40 y los 45 pesos.
La otra posibilidad es ir hasta Posadas, descansar unas horas y después tomar uno de los colectivos que unen cada hora a la capital misionera con Montecarlo.
Las compañías que hacen ese recorrido son Tigre, Kleim, Central Argentino y Martignoni. El costo de ese ticket es de 15 pesos.
Alojamiento
- Residencial Kaiken: habitaciones entre 13 y 30 pesos.
Avda. Libertador 1911
- Residencial Ideal: Hab. entre 15 y 35
Poll s/Nº
- Hostería Helecia: Hab. entre 18 y 38.
Avda. Libertador 2882
- La entrada al parque y al laberinto cuesta $ 1 por todo el día.
Traslados en Oberá
- Oberá es un foco de turismo que está separado por sus particularidades del resto de las atracciones provinciales.
Para llegar hasta allí, todos los días hay dos servicios que conectan la ciudad de Posadas con Oberá (95 kilómetros). El pasaje cuesta alredeor de 15 pesos.
Informes
- Oficina de Turismo: Plazoleta Guemes, Tel. (0755) 21808
Hoteles
- El Edén: Tel.: (0755) 22036
- Cuatro Pinos: (0755) 21306
- Cabaña del Parque: (0755) 2600
- Real: (0755) 21331
- Szewald: (0755) 21602
Restaurantes
- Mesón J.C.: 9 de Julio y Entre Ríos.
- Enguete: A. Núñez Cabeza de Vaca 450
- El Lapacho: Sarmiento 1230
- Dapasi: Sarmiento 1400
- Vinicius: Sarmiento y Salta
Paseos
- El jardín de los pájaros de doña Frida está en la Avda. Sarmiento y Catamarca.
- El ingreso al salto Chávez es gratuito.
- En el salto Berrondo se cobra $ 3.- por carpa, por día, y $ 2 por vehículo.
- El ingreso a la reserva ecológica de Puerto Aventura cuesta $ 3 y está bien señalizado.