En San Rafael ya está todo a punto

En los últimos dos años, la culinaria sanrafaelina creció en propuestas: abrieron varios restaurantes con interesantes cartas, algunas de éstas relacionadas con las bodegas y el vino, y también se aggiornaron los clásicos, fenómeno vinculado obviamente con el desarrollo del turismo.

Los mejores lugares son los pequeños reductos gourmand del interior del departamento de San Rafael: si bien existe toda una gama de restaurantes tradicionales en los que los domingos la familia se junta a comer en la arteria principal de la ciudad, fueron apareciendo sitios más pequeños con planteos novedosos ya no tan céntricos, sino más recoletos.

Las tres escuelas de gastronomía de San Rafael aportaron al sector mano de obra calificada: "La consigna es simple: necesitamos dejar de fascinarnos con los ingredientes, estilos y cuestiones foráneas. Nadie viene a Mendoza a comer sushi. Me parece perfecto que exista esa alternativa, porque en la variedad uno encuentra la calidad, pero es importante tener claro que está también lo nuestro, y que no es sólo el asado y el chivo a la llama", define Diego Coll Benegas, gerente de turismo de Algodón Wine Estates Viñas del Golf, que pronto relanzará el restó de campo especializado en comidas al horno de barro, con cuatro flamantes habitaciones en el lodge con bodega y cancha de golf, sobre la ruta 144.

Hacia el Oeste, a cinco kilómetros del centro de la ciudad de San Rafael, en el distrito Las Paredes, la casa de campo L Obrador abrió sus puertas en enero de 2006 de la mano de Daniel Ancina.

Es una casa de familia que huele a dulce de ciruelas, damascos, pelones. Estos hacedores de dulces realizan exquisitas conservas con los frutos mendocinos. Ofrecen delicados frascos con uvas, frutillas, higos, tomates, peras, melón, zapallos, alcayota, entre otros dulces hechos artesanalmente, por precios de $ 8 a 10 pesos.

Por las tardes, el olor a leña del fuego del hogar se une al del horno de barro donde se cocinan empanadas, chivitos, carne a la masa

Con reserva, en la mesa del comedor de la casa se puede degustar un menú fijo compuesto por aceitunas rellenas con queso o en pasta, fiambres, pan casero y empanadas como entrada; el plato principal puede ser carne a la masa, chivito, pollo al disco o costillar al horno de barro, acompañado por alguna guarnición. El precio del menú con postre, café y vino es de 60 pesos.

Tanto lo de Diego Coll Benegas en el restó de Viñas del Golf como lo de Ana Paula Gutiérrez de Restauro puede definirse como cocina de autor. El primero fue distinguido con la medalla de oro 2007 del Concurso de Great Wine Capitals como el mejor restaurante vinculado con el vino.

Dice Ana Paula: "Mi propuesta es ofrecer un espacio donde se pueda disfrutar de los vinos de las bodegas de San Rafael con platos elaborados con productos locales, rescatando técnicas de preparaciones regionales: platos como el tomaticán, milanesitas de queso rebozadas con quinoa, ahumados de Secretos del Monte, chivito y trucha de Malargüe con crema de jarilla, ravioli de aceitunas rellenos de tomates secos y queso, conejo al disco de arado..., por ejemplo".

En Restauro también se realizan degustaciones gratuitas de productos gourmet de la zona con una reseña de la cocina regional.

Ahora que llega el frío son más interesantes las propuestas para la hora del té o el after hour (sí, en San Rafael), luego de cabalgar o caminar por algún rincón de este valle diáfano regado por los ríos Diamante y Atuel.

Patricia y Miriam reciben a los turistas en la casa de té rural Las Tardecitas del Atuel, a partir de las 17.30. Ofrecen servicios de té y repostería casera en dos modalidades: la primera cuenta con pan y dulces caseros, variedad de tortas, bocaditos y té en hebras sin límite por $ 46 para dos. La segunda consiste en un té-cena con una canasta de pan con dulces caseros, variedad de tortas y bocaditos, tostadas saborizadas, untables salados, tostado mixto, bocaditos de queso y tomate seco al oliva y Malbec, más el té en hebras libre por $ 62 (comen tres personas).

Por la noche, sirven fondue de queso o bourguignone con vinos sanrafaelinos (Alfredo Roca, Bianchi, Jean Rivier, Goyenechea, Viñas del Golf) o cerveza artesanal.

Y como San Rafael es una ciudad de provincia cada vez más cosmopolita, de a poco va surgiendo una vida nocturna joven y sofisticada en sitios como el wine bar Vinomio. Amalia y Celina Ianotti reciclaron una antigua casona para servir platos frescos con mucha influencia italiana, como bruschettas, pizzas, tablas de fiambres regionales, todo con luz tenue y música chill out. La bruschetta Ahijuna trae pan de campo tostado con aceite de oliva, queso crema, tomate fresco, jamón crudo y albahaca por $ 15: los vinos de la pequeña cava van desde 14 hasta 120 pesos.

Finalmente, en el hospedaje de campo Pueblo Viejo, un complejo de cabañas preciosas, llegó recientemente un italiano de la isla de Cerdeña para hacerse cargo del Ristorante La Posta Pueblo Viejo. Cocina casera italiana, con antipasti, pastas y un largo etcétera.

Si el lector es un viajero gourmet de los que no se conforman con sentarse a comer en un restaurante y quiere atesorar delicias para su cabaña o valija, deberá buscar los jamones crudos de El Sosneado, los chivos y lechones de Cuadro Benegas, los fiambres caseros de la Villa 25 de Mayo "Es que tenemos tradición, inmigrantes, hierbas, vino, leña, hornos de barro, ríos, huertas: cualquier combinación que surja a partir de estas variables puede considerarse cuyana", concluye Diego Coll Benegas, uno de los promotores de la divulgación de esta nueva cocina cuyana. Sanrafaelina, para ser más exactos.