Ubicación
Está en plena estepa patagónica, dentro de la estancia Alice y a media hora de El Calafate. Desde sus enormes ventanales se puede admirar el lago Argentino, el valle de la Anita, las Torres del Paine, el brazo Rico o los Andes con sus glaciares.
Puro confort
Se define como un lodge de campo que refleja el estilo de las antiguas estancias patagónicas. Aunque, claro, las 17 habitaciones son algo más que simples cuartos: cómodas y espaciosas, con vistas soberbias mire para donde se mire. La decoración es cálida y austera, con alfombras tejidas por mapuches de Bariloche, cuadros indígenas, sillones de cuero y muebles antiguos (a pesar de la aparente mezcla, nada desentona). La atención del staff, impecable, merece un reconocimiento aparte.
Para desenchufarse
No hay TV en los cuartos para garantizar una mayor conexión con la paz del entorno, aunque sí hay sala de TV, además de Wi Fi y una biblioteca con libros sobre leyendas indígenas o glaciología, entre otros. Para mayor relax también está la piscina climatizada, sauna y sala de masajes.
Sello Relais & Chateaux
Cuenta Rodrigo Braun, gerente general de Eolo, que los representantes de la prestigiosa colección de hoteles llegaron como una suerte de agentes encubiertos. Se alojaron como simples huéspedes y, al final de la estada, ofrecieron a Eolo la membresía. Hace un año que el hotel es miembro de Relais & Châteaux, asociación reconocida por sus excepcionales estándares de calidad.
Gastronomía
Patricio Farías Viale está a cargo de la cocina de Eolo, que se distingue por sus platos internacionales con toques patagónicos, presentados en 14 juegos de vajilla antigua.
Tarifas
Varían según habitación y temporada. Ejemplo: dos noches en una suite superior doble sale US$ 720 por persona (hasta el 20 de diciembre y del 3 de enero al 20 de marzo de 2011). Incluye pensión completa, transfers in/out, Internet, uso de las instalaciones y actividades como mountain bike.