La ciudad de Escobar se hizo conocida por la Fiesta de la Flor. Sin embargo, este rincón, a 50 km de Buenos Aires, tiene aún mucho más para ofrecer: la ruta de los viveros, las parrillas y los recreos, el Paseo de Artesanos, los productores independientes, el puerto sobre el Paraná de las Palmas y sus opciones ribereñas.
En el Apihuerto de Adriana Ameri se arman plantines y se aprende sobre los productos derivados de la miel. Técnicamente Benavídez -sólo se puede entrar si no llueve- es un sitio perfecto para descubrir el mundo de las plantas y las abejas. Por otra parte, en Aromáticas Adriana, por precios irrisorios uno puede volver a casa con un vivero entero y aprender de plantas lo que en un año entero de un curso de jardinería. Salvando las distancias, claro, porque ya lo decía Atahualpa Yupanqui: ¡A qué le llaman distancia!/ Eso me habrán de explicar / Sólo están lejos las cosas/ que no sabemos mirar.
"Empecé hace ocho años con rosas de corte. Hoy preparo plantaciones a campos, jardines; vendo aromáticas", contó Adriana Birocco, técnica en floricultura y jardinería. Hoy vende palmeras Pindo (de $ 150 a 1500) y más de 70 variedades de aromáticas como romero, ciboulette, estragón, curry, jengibre, cúrcuma, ajíes picantes, plantas de valeriana, malva, melisa y borraja. Los plantines cuestan de 1,50 a 3 pesos.
La ruta verde
Más fácil de visitar -no hay que transitar caminos de tierra para llegar-, el Vivero Hisaki de la Av. San Martín abrió sus puertas hace 40 años y sigue en manos de la familia fundadora. Margarita Hisaki contó que su abuelo, Suejiro Hisaki, llegó a la Argentina en 1927. Luego de dos años se radicó en Escobar y arrendó un campo para hacer flores de corte. Ya con el establecimiento en producción y sus cuatro hijos nacidos en la Argentina trajo de Japón al ingeniero Yasuo Inomata. Fue él quien realizó el Jardín Japonés de Escobar como ofrenda de las 140 familias de la colectividad japonesa radicadas en la zona, y también el de Buenos Aires, entre otros trabajos. El parque Japonés de Escobar, abierto al público en la intersección de las calles Spadaccini y Alberdi, es del tipo llamado tsukiyama sansui (montaña-agua). Las farolas de piedras, las especies de plantas y los peces fueron traídos de Japón. Pero también dentro del vivero Hisaki existe un jardín secreto que se puede visitar: "Al fondo, una perla escondida con un portal de entrada y la posibilidad de dejar los problemas y malos pensamientos afuera del recorrido", dijo Margarita. Esa es la esencia de un jardín japonés: que no esté a la vista, sino que el visitante lo descubra con sus merodeos, apreciando la simetría de las flores o el color sobre el agua de las flores de loto.
Así como la algarabía de colores invita a visitar viveros y plantaciones y comprar a precios accesibles, lo mismo sucede con las artesanías escobarenses. En el Paseo de Artesanos -creado hace cuatro años en forma cooperativa- "se puede comprar artesanías en cuero, mimbre, madera, tejidos, pintura decorativa, velas, bijouterie, adornos y carteras", contó el delegado del lugar, Ricardo Morillas. Lo interesante es que se consiguen trabajos muy bonitos a precios muy distintos de Buenos Aires, Tigre o San Isidro.
Finalmente, a la hora de comer o pasar el día completo, las parrillas invitan al descanso. En Pequeña Holanda se puede pasar el día de campo, comer un asado pantagruélico entre animales de la granja y realizar un sinfín de actividades. Los niños hacen pan, andan a caballo, suben por la palestra y aprenden del campo mientras los padres disfrutan de un asado completo y un muy buen servicio, en un predio de 43 hectáreas sobre la ruta 25.
A metros de allí, la parrilla Rogelio mantiene la misma línea para grandes y chicos, pero con un parque más pequeño y menos actividades, ya sobre un canal del río.
Sobre la ruta 25, la parrilla La Sabrosa es una opción excelente, sin lujos, para comer otro asado en un lugar simple, sin actividades. El dueño, Peter Laukeninks, se jacta de sus champiñones a la parrilla y de su carne, siempre buena y abundante.
Esta somera descripción apenas da cuenta de los atractivos de un lugar poco difundido, tan cerca de Buenos Aires, pero tan lejos por eso de la distancia de Yupanqui, y con tanto para conocer. Los circuitos diseñados por la Dirección de Turismo del municipio de Escobar, a cargo de Federico Guazzardi, incluyen la ruta de la flor, los viveros, las plazas, los jardines como el Japonés, los edificios históricos y el delta del Paraná.
Datos útiles
- Vivero Hisaki: Av. San Martín 1205, Escobar, (03488) 420746.
- Apihuerto: Belgrano 1541, Benavídez; (03488) 445324.
- Aromáticas Adriana: J. Estensoro y Abrantes, s/n; (03488) 493373.
- Pequeña Holanda: (día de campo y restaurante) ruta 25 y río Luján; (15) 4184-3231, 4773-5091.
- Parrilla y Vegetales La Sabrosa: Av. San Martín 1900; (03488) 428849. Restaurante Don Rogelio: ruta 25 y río Luján; (15) 5150-5077.
- Normando Bistró Restaurante: Mitre 399, esquina Travi, Escobar; (03488) 426200.
- Paseo de Artesanos: Tapia de Cruz y la vía, armarescobar@yahoo.com.ar . Abierto viernes, sábado y domingo, de 15 a 20.30.
- Dirección de Turismo: Colectora Este e Italia, Escobar; (03488) 430550, www.escobar.gov.ar
Por Silvina Beccar Varela