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Estrés, caída de pelo y cepillado




¡Hola! Me alegro que les haya gustado más el segundo peinado con clips. Como les prometí, hoy les hice un post sobre la caída del pelo que es un tema interesante para tratar en este blog, porque es un problema que preocupa a mucha gente. Hoy no voy a hablar de la pérdida del cabello de los hombres, sino que me voy a referir a la caída en términos generales. Si quieren, otro día les escribo sobre la pérdida del pelo en el género masculino (alopecia androgénica).
Para empezar, hablemos de por qué es que se cae el pelo. La caída del cabello (en cierta cantidad) es algo absolutamente normal. Lo que ocurre, es que a lo largo de nuestras vidas la mayor parte de las fibras capilares crecen activamente mientras que alternadamente, un pequeño número de folículos pilosos desprenden sus hebras para recomenzar el ciclo nuevamente, lo que provoca que día a día perdamos cabello. A medida que envejecemos, la cantidad de folículos pilosos activos se va reduciendo y además la fibra capilar se vuelve más fina. Esto genera un aumento en la caída del pelo cuando somos mayores. En las mujeres, este proceso comienza aproximadamente a los 40 años, aunque varía con cada persona.
Por otra parte, además de los patrones de crecimiento, existen otros factores que contribuyen a la caída del cabello: cambios hormonales, medicaciones, daños externos (tinturas, exceso de calor, exposición solar excesiva), factores genéticos, alimentación y estrés. El daño en el pelo, aumenta la pérdida del mismo, ya que las fibras capilares comienzan a debilitarse y a quebrarse. Una forma de notar que el cabello dañado comienza a quebrarse es observar la estática del pelo después de peinarse, cuando ésta aumenta repentinamente, es un síntoma de que el cabello se ha vuelto quebradizo y seguramente haya aumentado la caída a causa de la degeneración de la fibra capilar.
Como dije antes, la caída del pelo es un proceso normal y necesario. Para que se den una idea, una persona saludable promedio, puede perder entre 50 y 80 hebras de cabello por día, aunque es difícil contabilizar, ya que muchas se pierden durante la actividad diaria.
Está comprobado que el estrés puede aumentar la caída del pelo y que en situaciones de pérdida de un familiar, divorcio, problemas laborales o la cercanía a una intervención quirúrgica pueden amplificar la pérdida de cabello. Lo que ocurre es que el estrés causa una pérdida del espesor natural y la movilidad del cuero cabelludo, que se vuelve rígido y se afirma al cráneo. Esta situación afecta el funcionamiento de la circulación de la zona y las raíces pilosas al tener una nutrición restringida, comienzan a elaborar cabellos cada vez más finos y débiles que caen de forma prematura.
Este es un proceso complejo, ya que es difícil eliminar las causas del estrés, que son la fuente del problema y sobre el cual no se puede aconsejar demasiado porque decir: "no te estreses" es muy fácil, pero es casi imposible cumplir ya que, muchas veces, los factores de estrés más fuertes son imposibles de controlar. De cualquier manera, existen algunas técnicas, para incluso en situaciones de estrés, reducir un poco la caída.
Como dije antes, la vida y el crecimiento del cabello dependen de la raíz. El único medio por el cual se nutre esta raíz pilosa, es a través de la irrigación sanguínea del cuero cabelludo. Por eso, para ayudar a reducir los efectos de los nervios, es fundamental recuperar la circulación en el área. Para ello, existe una estrategia que se denomina gimnasia capilar. Se trata de un conjunto de técnicas de fisioterapia compuestas de una serie de estímulos y módulos que incluyen masajes descontracturantes, digitopuntura, sesiones de ultrasonido y alta frecuencia, crioterapia, electroterapia, termoterapia y láser. La gimnasia capilar se brinda en centros especializados y suele ser bastante costosa. Ésta, requiere de un tiempo para obtener resultados visibles (para cambios visibles hay que esperar varios meses) pero realmente funciona. A aquellos que pueden costear los precios de estos centros, se los recomiendo, porque además son técnicas súper relajantes que dan la sensación de ir a un spa.
De cualquier manera, existen alternativas que se pueden realizar en casa. En principio, son muy útiles los masajes capilares. Esto implica masajear la cabeza moviendo el cuero cabelludo de atrás para adelante despacio y constantemente y presionar con la punta de los dedos ávidamente. Los masajes sirven siempre y cuando se realicen con frecuencia y constancia durante varios meses, ayudando a aumentar la irrigación del cuero cabelludo, fortaleciendo los folículos pilosos. Además, se cree que los masajes en cuello y espalda ayudan a bajar el nivel de tensión en el cuello y la cabeza y contribuyen a reducir la caída del pelo por estrés.
Los productos especiales para la caída contribuyen, porque disminuyen la seborrea (o grasa excesiva del cuero cabelludo). Cada folículo piloso se encuentra anexado a una o más glándulas sebáceas. La secreción de estas glándulas se denomina sebo y cumple una función muy importante, porque lubrica la piel y el cabello, evitando que este último se vuelva frágil y quebradizo. Lo que ocurre es que cuando la producción de grasa es excesiva, este sebo comienza a rodear el pelo, oprimiéndolo y obstruyendo el folículo piloso. En consecuencia, el cabello se afina y se cae prematuramente. Al caer es reemplazado por un cabello cada vez más fino y débil. Los productos para la caída del pelo, buscan estimular la nutrición capilar y reducir el exceso de grasa en el mismo y no son una solución por sí solos, pero son un buen complemento a la gimnasia y los masajes capilares.
Igualmente, es fundamental aclarar que, si estás padeciendo una caída de cabello excesiva de manera repentina, no se lo atribuyas directamente al estrés sin consultar a un médico porque puede ser indicador de otros problemas, por ejemplo, problemas en la glándula tiroidea.
Por último, quería hablar de un mito que escuché muchas veces de que el cepillado puede causar un aumento en la pérdida de pelo. Esto es FALSO. El cepillado hace que se suelten las fibras capilares que de todas formas estaban listas para caer, pero no aumenta la probabilidad de que la fibra que estaba bien caiga. El único problema es que el cepillado excesivo puede dañar el pelo y volverlo más quebradizo, pero no aumenta la caída de raíz.
Aprovecho ese comentario, para darles un par de tips de cómo cepillar el pelo. Si está enredado, hay que comenzar por la parte inferior, para no agregar tensión excesiva en la base de la fibra. Con excepción del cabello enrulado (que no se puede peinar cuando está seco, porque levanta las cutículas y lo vuelvan más áspero, como expliqué en el post de el amor/odio por los rulos) es mejor evitar cepillar el pelo cuando está húmedo, ya que se encuentra más vulnerable al daño. El pelo húmedo ese hincha volviéndose muy frágil (el pelo mojado absorbe 30% de su peso de agua). Por este motivo, es más fácil que se quiebre. La mejor forma de desenredar el cabello, es utilizando un peine de dientes anchos. Traten de no peinar con cepillo hasta que este casi seco. Si secás el pelo con secador y cepillo, intentá usar el que tenga menor cantidad posible de dientes para que deje pasar el aire.
Espero que les haya interesado el post. Quiero recordarles una vez más, que no duden en consultar a un médico si ven cambios bruscos y repentinos en la caída del pelo sin motivo aparente. No se pierde nada consultando a un especialista en estos temas y todos tendemos a tener respuestas para todo y a escuchar la opinión de cualquiera. No hay nada mejor, que consultar a un médico que va a poder respondernos las dudas que tengamos sobre nuestro cuerpo y nuestra salud.
¡Qué tengan un lindo miércoles!
Maia

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por Redacción OHLALÁ!

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