
FEDERACION, Entre Ríos.-- En esta ciudad, el boca en boca logró lo que a veces no consiguen las mejores campañas publicitarias: el éxito de un complejo de aguas termales que nació por necesidad, y hoy es uno de los más visitados del país.
La historia de este pueblo que, a mediados de la década del setenta, fue literalmente tapado por las aguas del embalse de Salto Grande, es tan rica en pérdidas y revanchas que el visitante se sorprende ante una ciudad tan bien ordenada. La actual Federación es tan nueva que el 25 de marzo próximo festejará sus primeros 25 años de vida.
Lo que alguna vez fue un destino de Semana Santa y vacaciones de invierno, este verano --además de las aguas termales-- fue buscado también por la tranquilidad de las amplias playas sobre el gran lago artificial de la represa y la calidez de las aguas claras, con lecho de arena y piedras.
Son las mismas aguas del río Uruguay que, interrumpido en 1979 por la gran represa de Salto Grande, hoy forman un espejo de 78.000 hectáreas que puede utilizarse para balneario y deportes náuticos. Las familias son mayoría en Federación, aunque también hay parejas jóvenes y, por supuesto, gente mayor que frecuenta el termalismo.
La ventaja del complejo termal de esta ciudad es que está pensado para todos. Hay un sector pasivo con varias piletas tranquilas que brindan hidromasajes, y otro que combina la recreación con la salud y posee piscinas olímpicas donde chicos y grandes nadan y se divierten.
El lugar es muy grande y muy verde; tiene sombrillas, reposeras, confitería y restaurante, y un spa que propone las técnicas más sofisticadas.
Este gran centro termal, que comenzó a funcionar en 1997 y cada año incorpora nuevas piletas y servicios, fue estratégicamente ubicado en el centro de un gran predio de nueve hectáreas, donde de a poco se fueron instalando los principales hoteles y aparts de Federación.
A pocas cuadras de la ciudad, sobre la vieja ruta 14, un lugar ideal para disfrutar el encanto de esta región es Paso de la Barca, un complejo a la orilla del lago, con un pequeño zoológico, piscina, un gran jardín y un muelle privado, donde se disfrutan tardes de silencio y hasta noches de asado junto al agua.
Además de los balnearios y las diversas propuestas de diversión en el agua, se ofrecen paseos naturales como el que recorre la reserva natural Chaviyú.
Hay paseos en bicicleta, excursiones históricas donde se recuerda el pasado de este pueblo y recorridos por la zona de producción, con sus plantas de empaque de cítricos y sus históricos aserraderos.
Visita guiada
Son dignos de conocer también el parque el Aromito, con árboles autóctonos y la típica selva en galería; la Feria de Artesanos; el Rincón del Sol, con su laberinto; la posta gauchesca, y si hay tiempo, la represa de Salto Grande y el Museo de Ayuí, a unos cuarenta kilómetros. En la excursión que recorre la ciudad, se aprecia el amable trazado de las amplias calles, la costanera con curvas que permiten distinguir los diversos paisajes sobre el lago, la plaza de la Libertad y el Museo del Asentamiento.
Instalado en un edificio que es réplica de lo que fue la iglesia de la vieja Federación, en él se advierte la sensibilidad de un pueblo que, aun en pleno apogeo, se niega a que su historia desaparezca con las aguas.
Datos útiles
Cómo llegar
En auto, por Acceso Norte, luego puente Zárate-Brazo Largo y ruta nacional 14 hasta el km 286. Luego desvío de 18 km hacia el Este por la ruta 44.
Alojamiento
Hotel $ 40-105
Para dos personas.
Para dos personas.
Bungalow $ 35-95
Para dos personas.
Para dos personas.
Internet
Javier Martínez Zuviría
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