
De un pasaporte nuevo. ¡Al fin!
Una vez leí algo que decía:
Si te pareces a la foto de tu pasaporte, probablemente necesites esas vacaciones.
Si te pareces a la foto de tu pasaporte, probablemente necesites esas vacaciones.
Bueno, no se puede explicar bien mi cara en la foto. Es una mezcla de presidiaria con susto, con cara de estreñimiento de mujer que toma el yogur ese para ir al baño (me enfurece que lo cataloguen como una dolencia femenina cuando JAMÁS me sucedió además de parecerme innecesario hablar del tema) y finalmente alguien que necesita seriamente replantear su palidez invernal y corte de flequillo patético. En pocas palabras: soy la novia de Frankenstein. Yo no me permitiría salir del país; nos dejaría mal parados a todos.
¿Es posible que no pueda tener un solo documento con una foto decente?
Posar no es lo mío. Mi carrera de modelo también se ha derrumbado. Deberían poner un puestito de Photoshop a la salida para unos mínimos retoques. Con lo que te cobran la renovación, ahora que lo pienso, debería estar incluido...
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
