•

Flores, espinas y leyendas aborígenes

Entre el Valle Calchaquí y el de Lerma, 65.000 hectáreas para explorar con una cuota de misticismo

30 de enero de 2005

SALTA.- Son 65.000 hectáreas de sierras y quebradas secas, que están entre 2700 y 5000 metros de altitud, salpicadas por extensos cardonales que dominan la formación arbustiva bien típica de la Prepuna salteña. "Quizá sea uno de los lugares más bonitos de Salta", acotan sin falsa modestia los lugareños.

Sin embargo, la vegetación sufrió aquí cierto deterioro durante más de 300 años de ocupación humana, lo que llevó a proteger estas comunidades de grandes cactáceas muy cerca de la localidad de Cachi, en el centro-oeste de la provincia. Declarado Parque Nacional en 1966, Los Cardones impacta por su gran belleza, que reluce entre el Valle Calchaquí y el de Lerma.

Conviene recorrerlo en vehículo propio ya que hay que transitar por un camino de cornisa que atraviesa la espectacular Cuesta del Obispo y obliga a realizar distintas paradas, recompensadas por fantásticos paisajes. Además, como otros parques nacionales jóvenes, el área aún no cuenta con todos los servicios turísticos, por lo que se recomienda ir provisto de alimentos, agua y protectores solares.

Más allá del Valle Encantado

El apasionante anticipo montañoso, con abismos tan atrapantes como seguros, es vigilado por los altos cardones. Así, la ruta provincial 33 brinda fabulosas postales durante algo más de 25 kilómetros hasta dar, por fin, con el puesto del guardaparque y la entrada al predio.

No hay tregua. Vendrá luego una larga recta que cruza el Valle Encantado, a cuyos lados se despliega ya el parque nacional. Vale la pena bajar del vehículo en ciertos puntos para caminar por las distintas sendas. Los más audaces pueden incluso hacer ascensos por las serranías. En todo caso, éste es un parque ideal para los safaris fotográficos, las travesías, las cabalgatas y la observación de flora y fauna.

Estos cardones responden al tipo Trichocereus pasacana, de estructura esbelta y espinas curvas. Llaman la atención, sobre todo cuando el sol ilumina de contraluz sus agujas. Y con suerte se puede ver algún pájaro carpintero, que suele construir su morada en huecos de la planta y se alimenta de insectos que se acercan a sus flores.

Además del cardón, en el parque se protege algunos animales en peligro de extinción o regresión, como la vicuña y el taruca o huemul del Norte. Hay más de cien especies de aves, como el inambú serrano y el aguilucho puneño, entre otras.

Si las vistas espectaculares no alcanzan, Los Cardones invita además a un espléndido viaje a través del tiempo: un circuito donde se observan restos de la presencia de antiquísimos animales y comunidades extintas. Hay huellas paleontológicas de dinosaurios de apenas 70 millones de años y depósitos de caliza con fósiles de peces. Es que estas tierras fueron pobladas por enormes reptiles mesozoicos y han sido asiento de grupos incaicos, autores de las pinturas rupestres.

Atención viajeros místicos: no dejen pasar la oportunidad de encontrarse con Pasakana, hija del cacique inca Kuraka. Cuando su padre no consintió su casamiento, Pasakana escapó con su prometido, Kehuaillu, y pidió protección a la Pachamama. La pareja fue resguardada en las entrañas de la tierra, desde donde Kehuaillu surgió envuelto en un poncho verde de cardón, dentro del cual mantiene abrazada a su amor. Cuando Pasakana quiere ver la grandeza de los cerros, para no ser reconocida, se asoma en forma de flor y deslumbra con su belleza...

Datos útiles

Cómo llegar

En auto: desde la ciudad de Salta son 120 kilómetros, por la RN 68, hasta la localidad de El Carril y, de allí, por la

RP 33 en dirección a Cachi, hasta destino (Cachi se encuentra 36 kilómetros más adelante).

Sugerencias

Llevar ropa cómoda y, según la época, de abrigo. Para caminatas, calzado con suela antideslizante. Acampar en zonas indicadas por el guardaparque. También es aconsejable comunicar la duración de su estada.