
Entre el tango y París, el romance lleva casi un siglo. Y como en todos los romances, las lunas de miel se alternaron con épocas de distanciamiento. Fue tan fuerte el impacto del tango en la capital francesa cuando su desembarco, tras las puertas abiertas por Carlos Gardel, que se lanzó la moda de los tes tango, donde se bailaba vestido con faldas tango, por supuesto de un color rojo tango.
Al margen de las canciones, el baile conoció el mismo éxito, hasta que su sensualidad fue poco a poco censurada en los salones burgueses. En los años 40 y 50, el tango era ya una simple danza de baile, los famosos "bals du samedi soir" (bailes del sábado por la noche), en los cuales las orquestas, encabezadas por un acordeón, alternaban las marchas, los tangos, las javas y otras rumbas.
Hay que esperar a los años 80 para que la música porteña recobre toda su fuerza y conquiste París por segunda vez. Brotaron las salas de baile, florecieron los cursos, se llenaron los conciertos ofrecidos por los numerosos músicos argentinos instalados en Francia, entre los cuales brilla el Cuarteto Cedrón.
Hasta se publicó una revista enteramente dedicada al tango. La Maison de l’Amérique Latine y las radios latinas integran esta música entre toda la movida cubana y brasileña.
El viejo baile, acompañante inmutable de las fiestas de casamiento y del 14 de Julio, pasó a ser de nuevo un ritmo de moda, y aún más: un objeto cultural.
Las asociaciones organizan no sólo clases y bailes, sino también conferencias, conciertos y ediciones de CD.
Entre las voces se destacan la de Sandra Rumolino, instalada en París desde 1983, a menudo acompañada por la orquesta de Juan José Mosalini, a quienes sus admiradores llaman el Embajador del Tango en Europa. Mosalini fundó
Para escuchar
- Cuarteto Cedrón "Para vos y yo" , Gotan/Mélodie, 1998.
- Juan José Mosalini, "Bordoneon 900", Indigo, 1998.
Algunas direcciones:
- Le Temps du Tango, 73 Av. Ravera, Bagneux (Suburbios de París).
- Tangueando, 5 Place du Prieuré, Ambares (en las afueras de Bordeaux).
- Les Trottoirs de Marseille, 8, rue Duguesclin, Marsella.
Pierre Dumas
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