
PUERTO AYORA (El Mercurio, de Santiago).- Aquí todo está impecablemente limpio. Por más que uno se esfuerce en buscar un papel en el piso, es difícil encontrarlo. Incluso se tiene la sensación de que la gente no fuma para no contaminar.
Claro que acá es más que una mera sensación. En Galápagos se cuida hasta el más ínfimo detalle cuando se trata de preservar el ecosistema en el que viven especies animales únicas en el mundo, como las tortugas gigantes, los piqueros de patas azules y los sayapas (cangrejos de lava).
Pero la excesiva protección de las islas es también la única forma que tienen los galapagueños y las autoridades ecuatorianas de defender la actividad turística de las islas, una de las principales fuentes de ingreso para el país.
Cada año llegan hasta acá unas 80 mil personas que recorren las islas para ver iguanas, lobos de mar y fragatas volando con la papada roja inflada. O bucean en busca de tiburones martillo, pingüinos y, si tienen suerte, ballenas.
El 85% de estos visitantes toma a Santa Cruz como centro de operaciones, lo que se traduce en que casi todos los trabajos en la isla dependen del turismo.
Trabajo asegurado
"Aquí no hay desempleo, al contrario, sobra el trabajo" , dice Miguel Angel, guía turístico desde hace cuatro años, que cada tres meses debe retornar al continente, porque una ley dictada en 1998 le impide instalarse definitivamente en las islas.
"Casi no hay delincuencia -agrega el guía luego de haber recitado mitad en español, un cuarto en inglés y otro cuarto en francés, que los gemelos no son cráteres, sino dos grandes depresiones generadas por el colapso de una cámara magmática (una enorme burbuja de aire y gases en la formación volcánica)-. Y los sueldos son buenos. Por ejemplo, un guía puede ganar 1500 dólares o más por mes."
Pero los galapagueños se quejan de que no se fomenta el turismo con base local. "Los principales operadores turísticos son de Quito y Guayaquil, y los extranjeros vienen directamente a embarcarse en un yate", comenta Daniel Tenorio, nacido y criado en Santa Cruz.
Todo controlado
El archipiélago es, además de Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, Reserva Marina, por lo que las actividades en el mar están estrictamente controladas y la pesca deportiva, prohibida.
El encargado de preservar y manejar las áreas protegidas en el archipiélago (97 por ciento de toda su superficie) es el Servicio Parque Nacional Galápagos. Hace las veces de patrulla marítima para controlar los abusos de la pesca artesanal e industrial, de policía de migraciones al momento de controlar la entrada de los visitantes, de servicio agrícola y ganadero para impedir que entren productos orgánicos a las islas, de instituto de capacitación para los guías, y de centro de desarrollo científico para la preservación de las distintas especies.
Y es en esta última tarea en la que, desde 1959, recibe ayuda directa de la Fundación Darwin y de su estación científica instalada en Puerto Ayora. A simple vista, el Centro Darwin parece un zoológico construido en medio de la selva y especializado en tortugas gigantes (hay once subespecies en al archipiélago).
"Cuidado con ese recuadro que hay en el piso", se apura a decir el guía mientras recomienda a la gente salir del lugar. Ahí es donde se alimentan las tortugas y los zapatos pueden estar contaminados.
En el Centro Darwin, los biólogos y científicos se han encargado de recuperar las poblaciones de iguanas y de tortugas en las islas. Por eso hoy se puede ir a la zona del Chato en Santa Cruz a ver a las tortugas metidas en el fango, escondidas entre los matorrales, comiendo, o migrando de la parte baja de la isla hacia zonas más altas. Eso sí, ellas viven su vida y no están muy preocupadas por posar para las cámaras. Es más, se asustan fácilmente y casi hay que meterse en su caparazón para poder verles la cara.
Por las olas del Pacífico
La mejor forma de conocer el archipiélago es por el mar. Por eso hay más de 80 embarcaciones turísticas con guías autorizados que recorren los 56 sitios de visita terrestre y los 60 marinos.
La otra posibilidad es embarcarse por al menos cuatro días en un yate que recorre varias islas, como Baltra, Plaza, Santa Fe, San Cristóbal, Española, Santa Cruz y Bartolomé, entre otras.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión US$ 520
Hasta Guayaquil, de ida y vuelta, con tasas e impuestos. Desde allí hay vuelos hasta las islas.
Entrada
La entrada al parque cuesta cien dólares por persona y se debe pagar al llegar al aeropuerto de Baltra.
Voluntarios
Los interesados en hacer prácticas o participar como voluntarios en la fundación Darwin pueden enviar un mail a volunteer@spng.org.ec, o visitar su sitio en Internet: www.darwinfoundation.org .
Alojamiento
Hotel Royal Palm, en la isla Santa Cruz. Ofrece excursiones al resto del archipiélago. Habitación doble, desde 370 dólares
Hotel Las Ninfas: cerca del puerto, tiene paseos diarios en bote a las islas cercanas. Habitación doble, desde 68 dólares.
Gastronomía
Una buena alternativa es La Garrapata, con todas sus mesas en una terraza que da a la calle y cuyas especialidades son el pollo en salsa de piña (6 dólares), y los jugos de frutas naturales.
Más información
Embajada de Ecuador, Quintana 585 (4804-6408).
En Internet
Soledad Holley
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