Newsletter
Newsletter

Génova respira el aire marino y el olor de su famosa y rica faina

La patria de Colón no es pura historia




GENOVA.- Diez siglos de historia se sobreponen, entrecruzan y se funden en la espesa red de callejuelas genovesas que llegan hasta las colinas de Cariguano y Castelletto.
Esta es la ciudad que deslumbró a Flaubert en 1845, cuna de la cultura xeneize, patria de Cristóbal Colón, y cofre de una arquitectura medieval cuyo corazón palpita en el casco histórico de la que antiguamente se llamó Xenoa.
Por estos días, a orillas del mar Tirreno, en sus playas de Porto Fino amarra el yate Silvio Berlusconi y toman sol artistas de fama internacional, porque sus elegantes balnearios son una de las vidrieras más codiciadas de Italia, un escenario para mostrarse y ser visto.

Navegantes y mercaderes

Génova, capital de Liguria, paraíso de la farinata (faina), la torta pascualina y el pesto, fue en su momento uno de los centros más importantes del Mediterráneo, en épocas en que las enormes galeras de la flota genovesa navegaban repletas de mercancías para abastecer el comercio con los griegos, los etruscos y los fenicicios. Una verdadera potencia por aquellos tiempos.
Por su riqueza, por su poder y por sus palacios suntuosos, había merecido el superlativo de la Superba (arrogante, grandiosa, magnífica).
Su millón y pico de habitantes vive en una ciudad por demás pintoresca, construida entre la costa y las colinas, con un litoral en los que el mar tiene el doble protagonismo de ser una enorme fuente de trabajo y un imán para el turismo italiano y el resto de Europa central.
Por su posición geográfica, respaldada por los Apeninos, Génova goza de un clima soleado y agradable. Pero Génova -para vivirla- no es paseo de un día. Su riqueza monumental y artística no le dará respiro al viajero, ya de por sí atrapado por los paisajes de la costa y la montaña.
Desde su puerto -tan caro a los corazones argentinos-, partieron los italianos que vinieron a hacerse la América. Muchos eligieron nuestro país y los grupos principales decidieron levantar sus casas en lo que es hoy el histórico barrio de La Boca, con rasgos que se verán muy claros al recorrer los caruggi (callejuelas en algunos casos apenas mayores a un metro de ancho) del centro histórico genovés. Esta estrecha relación con nuestra historia le da a la ciudad un aire particular.
Vista desde el mar, si se tiene la posibilidad de realizar alguna de las excursiones por la bahía, Génova es un postal difícil de olvidar. De lejos se podrá admirar uno de sus orgullos: la famosa Torre de la Lanterna, el viejo faro de 117 metros de altura, construido en 1543 cuando la ciudad era toda una potencia.
Y al recorrerla a pie sucederá lo mismo, porque en muchas de sus esquinas o en las fachadas de las casas uno encontrará imágenes de la Virgen, esculpidas en piedra o mármol, ofrendadas por marinos que partían en largas travesías a descubrir tesoros ocultos en tierras hinóspitas.
Hay mucha historia para admirar. En el barrio de Porta Soprana (cuyos muros fueron levantados en 1155, formando parte del sistema defensivo de la ciudad) se encuentra la casa paterna del más famoso de los marinos genoveses: Cristóbal Colón; y no muy lejos de ella, la antigua iglesia de San Esteban, donde fue bautizado.
Hay palacios (hoy transformados en museos) como el Bianco y el Rosso o la Catedral de San Lorenzo, impostergables de conocer porque forman parte de aquella riqueza monumental y artística que se respira a cada paso.

Como un subibaja

Ciudad estratificada y vertical, Génova obliga a bajar y subir escalinatas a veces empinadas o bien usar funiculares, como el que va desde la vía Raggio y Largo Zecca hasta la cima de la colina, cuya estación se llama Alto Righi, desde donde se tiene una de las panorámicas más espectaculares.
Desde allí, aprovechando ese paseo, se puede acceder a otro de los tesoros genoveses: los fuertes.
Desde la terminal de este funicular, se puede llegar a tres fortificaciones: Begato, Puin y Sperone, que constituyen un pasaje directo y sin escalas a la historia de la ciudad.
En la costanera genovesa, más precisamente en el corazón del puerto, está el moderno Acuario Génova (considerado el más importante de Europa) cuya estructura es compartida por una edificación en tierra firme, a la que está adosado un gran barco, con casi tres mil metros cuadrados de exposición.
Hay mucha historia para admirar en Génova. Para los que disfrutan con visitas a los museos se recomienda, además de los ya mencionados, el Museo de Arte Oriental, la Galería Nacional del Palacio Spínola, el Palacio Real y el Museo Arqueológico con su exquisita colección de piezas griegas del siglo V.
Para quienes gozan de los paisajes costeros, la mejor propuesta es una excursión por el día para conocer la hermosa Riviera.
Entre las perlas de la Liguria, Portofino, Paraggi, Rapallo y Arenzano se destacan entre otras tantas localidades. También se puede optar por el Apenino genovés, con pueblitos como Torriglia, Fontanigorda y Santo Stefano d´Aveto. En la diminuta pero enriquecida Italia, todo parece estar cerca. Aun -como en este caso - en que haya tantos siglos acumulados de la historia, al alcance de la mano y listos para ver.
Carlos Manuel Couto

Una cocina para chuparse los dedos

Dicen los genoveses que viven en la capital gastronómica de Italia. Suena exagerado... pero no tanto. Las comidas típicas genovesas tienen un indiscutido sello, que las diferencian del resto.
Algunos manjares: las pastas (trenette) acompañadas por el clásico de las salsas: el pesto. Pueden ser fideos o los históricos ravioli con su sabroso relleno de carne y verdura, huevo y abundante queso parmesano.
Otro: la torta pascualina, que es una pequeña obra de arte en la que intervienen una exacta dosificación de hojaldre, alcachofas, huevos, manteca y queso. Hay más: la famosa farinata (faina) o la indescriptible fugaza con queso (focaccia al formaggio), dos delicias para comer en las pizerías de los viejos callejones (caruggi).
Y falta el vino: el Bianco Coronata, el Rosado della Val Nervia y los no menos generosos de las Cinque Terre.
Final feliz: hay una exquisita pastelería y un famoso de siempre, el pan dulce genovés.

Datos útiles

Cómo llegar

En avión US$ 1100
Hasta Génova, de ida y vuelta, con tasas e impuestos.

Alojamiento

* * * US$ 70
* * * * US$ 120
* * * * * US$ 250
Los precios son por habitación doble.

Gastronomía

En una cantina US$ 12-20
Con bebida incluida y comida de primera categoría.

Excursiones

City tour US$ 15-25
Por persona.

Traslados

Alquiler de auto US$ 240
Por semana

Más información

Ente Nacional Italiano de Turismo (ENIT), Avda. Córdoba 345. Atención: lunes a viernes, de 10 a 12 y de 15 a 17 (4311-3542).

En Internet

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?


por Redacción OHLALÁ!

Tapa de OHLALÁ! julio de Nico Ochiatto

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP